“Dañando la universidad no ganamos nada”, rectora de U. Nacional tras toma de edificio
En diálogo con El Espectador, la rectora Dolly Montoya aseguró que la toma del principal edificio administrativo de la Universidad Nacional se realizó de manera violenta y que es el resultado de la difusión de información poco precisa del proceso de elección. Por su parte, afirmó que no hay camino claro frente a la declaratoria de paro indefinido en varias sedes de la universidad tras la polémica elección del nuevo rector, José Ismael Peña.
En el edificio Uriel Gutiérrez, sede administrativa de la Universidad Nacional en Bogotá, continúa la toma por parte de encapuchados que protestan por la reciente elección del nuevo rector de la institución, que ha causado descontento entre ciertos sectores de la comunidad académica.
En conversación con El Espectador, la actual rectora de la institución, Dolly Montoya, aseguró que se trató de una acción violenta que afecta la autonomía universitaria, la institucionalidad y la dignidad de toda la universidad, pues se trata del centro administrativo desde el que coordinan las acciones de todas las sedes a nivel nacional.
En contexto: Encapuchados se tomaron edificio de la rectoría de la Universidad Nacional en Bogotá.
“Sobre quienes están participando en la protesta, lo único que sabemos es lo que consignan en una pancarta que colgaron en la fachada del edificio que dice que la asamblea universitaria debe manejar la universidad y que no debe haber rector. Aun así, lo quiero aclarar a todos los colombianos es que la rectoría tiene un sitio alterno en el claustro de San Agustín y que estamos funcionando desde lo administrativo normalmente”, explica la rectora Montoya.
Por su parte, Montoya aseguró que para la elección del rector no se cambiaron las reglas del proceso y todas las partes aceptaron las reglas del juego previamente a la votación en el Consejo Superior Universitario (CSU). “Hay un montón de rumores acolitados por mucha gente, donde se está dado por sentada una cantidad de cosas, mientras que el único documento válido debe ser el acta del Consejo Superior Universitario.”
Y agregó: “Si queremos cambiar la forma en la que designa el rector, no podemos hacerlo después de la elección, tenemos que hacerlo antes de los candidatos se presenten a la rectoría. Nosotros tratamos de establecer muchas comisiones de gobernabilidad antes del proceso, pero todas se disolvieron, ninguna funcionó”.
La toma del edificio de la rectoría de la universidad coincide con la declaratoria de paro indefinido en la mayoría de las sedes de la universidad, en protesta por la elección de Jose Ismael Peña como cabeza de la institución. Actualmente, a diferencia de cuatro sedes, en la mayoría de las instalaciones las actividades académicas se encuentran suspendidas, en particular en Bogotá, la sede más grande de la universidad, en donde se viven las principales dificultades.
Vale señalar que gran parte de la molestia por la designación del nuevo rector estuvo relacionada con que esta no habría respetado los resultados de la consulta previa a la comunidad, en la que Leopoldo Múnera se llevó gran parte de los votos. Además, otras de las críticas estuvieron relacionadas con el método de elección que provocó que este último candidato fuera sacado de la lista de elegibles durante las últimas rondas de la votación, realizada por el Consejo Superior Universitario (CSU).
Podría interesarle: Rectoría de la U. Nacional llama a la calma y defiende la elección de Ismael Peña.
Frente a la Asamblea Universitaria, que se instaló horas después de la elección de Peña, la rectora asegura que la universidad siempre ha estado abierta al diálogo con las diferentes representatividades de los estudiantes, pero aseveró que el hecho de establecer las cosas por la fuerza rompe la posibilidad de interlocución real entre los diferentes actores de la institución.
“No es dañando la universidad que se pueden cambiar los procesos académicos y toda la reglamentación de la universidad. Con eso no ganamos nada, ganamos cuando nos sentamos a transformar la universidad, cuando podemos hacer liderazgo colectivo y transformador, cuando todos tenemos el mismo norte”, indicó Montoya.
Así las cosas, por el momento parece no haber una solución concertada entre los diferentes sectores de la principal universidad pública del país, que seguirá en paro indefinido en medio del proceso de transición de la rectoría de la institución.
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En el edificio Uriel Gutiérrez, sede administrativa de la Universidad Nacional en Bogotá, continúa la toma por parte de encapuchados que protestan por la reciente elección del nuevo rector de la institución, que ha causado descontento entre ciertos sectores de la comunidad académica.
En conversación con El Espectador, la actual rectora de la institución, Dolly Montoya, aseguró que se trató de una acción violenta que afecta la autonomía universitaria, la institucionalidad y la dignidad de toda la universidad, pues se trata del centro administrativo desde el que coordinan las acciones de todas las sedes a nivel nacional.
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“Sobre quienes están participando en la protesta, lo único que sabemos es lo que consignan en una pancarta que colgaron en la fachada del edificio que dice que la asamblea universitaria debe manejar la universidad y que no debe haber rector. Aun así, lo quiero aclarar a todos los colombianos es que la rectoría tiene un sitio alterno en el claustro de San Agustín y que estamos funcionando desde lo administrativo normalmente”, explica la rectora Montoya.
Por su parte, Montoya aseguró que para la elección del rector no se cambiaron las reglas del proceso y todas las partes aceptaron las reglas del juego previamente a la votación en el Consejo Superior Universitario (CSU). “Hay un montón de rumores acolitados por mucha gente, donde se está dado por sentada una cantidad de cosas, mientras que el único documento válido debe ser el acta del Consejo Superior Universitario.”
Y agregó: “Si queremos cambiar la forma en la que designa el rector, no podemos hacerlo después de la elección, tenemos que hacerlo antes de los candidatos se presenten a la rectoría. Nosotros tratamos de establecer muchas comisiones de gobernabilidad antes del proceso, pero todas se disolvieron, ninguna funcionó”.
La toma del edificio de la rectoría de la universidad coincide con la declaratoria de paro indefinido en la mayoría de las sedes de la universidad, en protesta por la elección de Jose Ismael Peña como cabeza de la institución. Actualmente, a diferencia de cuatro sedes, en la mayoría de las instalaciones las actividades académicas se encuentran suspendidas, en particular en Bogotá, la sede más grande de la universidad, en donde se viven las principales dificultades.
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“No es dañando la universidad que se pueden cambiar los procesos académicos y toda la reglamentación de la universidad. Con eso no ganamos nada, ganamos cuando nos sentamos a transformar la universidad, cuando podemos hacer liderazgo colectivo y transformador, cuando todos tenemos el mismo norte”, indicó Montoya.
Así las cosas, por el momento parece no haber una solución concertada entre los diferentes sectores de la principal universidad pública del país, que seguirá en paro indefinido en medio del proceso de transición de la rectoría de la institución.
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