Déficit de aprendizaje, uno de los efectos de la pandemia a nivel mundial
Los niños y niñas de entornos socioeconómicos bajos, especialmente de los países con ingresos medianos y bajos, fueron los más afectados con el cierre de las escuelas. La dificultad para acceder a dispositivos tecnológicos que les permitían recibir las clases fue uno de los factores que ahora marcan una “desigualdad de aprendizaje a nivel mundial”.
La pandemia del covid-19 dejó varios efectos en la sociedad. A la muerte de millones de personas en el mundo se suman las pérdidas económicas, el deterioro de la salud mental, un aumento del riesgo de violencias domésticas, entre otras. La educación no fue ajena a la pandemia que paralizó el mundo. Diferentes estudios han demostrado que el aprendizaje escolar se vio afectado por esta situación. Las medidas tomadas por los gobiernos, entre las cuales incluyeron el cierre de las escuelas, afectaron el 95% de la población estudiantil en el mundo.
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La pandemia del covid-19 dejó varios efectos en la sociedad. A la muerte de millones de personas en el mundo se suman las pérdidas económicas, el deterioro de la salud mental, un aumento del riesgo de violencias domésticas, entre otras. La educación no fue ajena a la pandemia que paralizó el mundo. Diferentes estudios han demostrado que el aprendizaje escolar se vio afectado por esta situación. Las medidas tomadas por los gobiernos, entre las cuales incluyeron el cierre de las escuelas, afectaron el 95% de la población estudiantil en el mundo.
Un nuevo estudio publicado en Nature Human Behavior analizó 42 estudios sobre el progreso del aprendizaje durante la pandemia en 15 países, entre los que está Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Alemania, México y Colombia. La principal conclusión del estudio es que los estudiantes perdieron alrededor del 35% del aprendizaje de un año escolar normal. (Lea: Los docentes en Colombia (y América Latina) se rajan en su formación)
El déficit de aprendizaje, que abarca tanto un retraso en el progreso de aprendizaje esperado como una pérdida de habilidades y conocimientos ya adquiridos, fue más evidente en los países de medianos ingresos, y se espera que la situación sea más crítica en los de bajos ingresos, debido a que las escuelas ubicadas en estos países permanecieron más tiempo cerradas, y además han tenido menos recursos para facilitar el aprendizaje remoto.
De acuerdo con el estudio, los déficits son particularmente grandes entre los niños de entornos socioeconómicos bajos. Con el cierre de las escuelas, la educación migró hacia la tecnología, y los computadores o celulares se convirtieron en la herramienta principal para recibir las clases. Esto generó una desventaja en los niños y niñas a quienes se dificultaba acceder y utilizar la tecnología como herramienta de aprendizaje digital. Además, la calidad de su entorno de aprendizaje en el hogar, el apoyo de aprendizaje que reciben de maestros y padres, y su capacidad para estudiar de forma autónoma, fueron otros factores que se sumaron a la desventaja, según el documento publicado el 30 de enero. (Lea: ¿Preocupado por los útiles escolares? Estas son las recomendaciones de Mineducación)
“La pandemia reforzó la desigualdad de aprendizaje a nivel mundial. El acceso a equipos de aprendizaje, computadoras, recursos digitales, tener una habitación tranquila para trabajar… e inseguridad económica entre la familia, son algunos de los factores”, señaló Bastian Betthäuser, sociólogo de la Universidad de Oxford, Reino Unido, y coautor del estudio.
Pese a que el panorama es preocupante, esta no es una situación nueva, así lo afirmó Amanda Neitze, investigadora de la Escuela de Educación de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland. “Esos estudiantes estaban sufriendo antes de la pandemia, sufrieron más durante la pandemia y ahora, mientras tratamos de salir de esto, van a recibir menos que otros para recuperarse”.
El panorama en Colombia
“El efecto de la instrucción presencial limitada se ve agravado por las consecuencias de la pandemia para el entorno de aprendizaje extraescolar de los niños, así como para su salud mental y física. Los encierros han restringido el movimiento de los niños y su capacidad para jugar, conocer a otros niños y participar en actividades extracurriculares”, dice el estudio, que a su vez indica que la mayor afectación respecto al déficit de aprendizaje se evidenció en el inicio de la pandemia.
De acuerdo con una encuesta realizada por el Instituto Colombiano de Neurociencias, en 2020, año en el que iniciaron las restricciones por el covid-19 en nuestro país, el 88% de los niños tuvo alguna afectación en la salud mental y el comportamiento, y el 42% vio afectadas sus habilidades académicas en cuarentena. (Lea también: Violencias basadas en género: de 316 IES, 261 entregaron sus protocolos)
Sin embargo, hay otros dos aspectos, que acapararon la atención en Colombia: la deserción escolar y el aumento de estudiantes repitentes. De acuerdo con las cifras del DANE, la inasistencia escolar en el país pasó de 2,7 % en 2019 a 16,4 % en 2020, lo que sugiere que la pandemia y la falta de conectividad generaron una pérdida importante en la educación de los niños y las niñas del país. Los estudiantes entre los 11 y 16 años fueron quienes más se “desconectaron” de las clases.
Esta situación fue más crítica en zonas rurales, especialmente en Vaupés, Amazonas, Vichada, Chocó y La Guajira, donde la cifra de inasistencia escolar pasó de 4,8% a 30,1%. Mientras en el país, el 66% de las personas que viven en las cabeceras cuentan con acceso a internet a través de conexión fija o móvil, el porcentaje disminuye a 23,9% en los centros poblados y rural disperso. (Lea también: La educación de 5 millones de niños en Ucrania está amenazada por la guerra: Unicef)
Respecto al segundo aspecto, el aumento de estudiantes repitentes, el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Pontificia Universidad Javeriana, realizó un informe en que evidencia que durante la pandemia se duplicó el número de estudiantes que repitieron el grado escolar. Mientras que en 2019 la cifra era de 203.000 estudiantes, en 2020 esta ascendió a 491.722, lo cual representa un aumento del 142 %, una cifra bastante alta si se le compara con el 2018, cuando el aumento fue del 27 %.
¿Por qué se les complicó más aprender matemáticas?
Además de determinar la afectación en los diferentes entornos socioeconómicos, el estudio también pudo evidenciar que hay un mayor déficit en áreas como las matemáticas, mientras que otras como la lectura pueden ser más llevaderas.
“Esto podría deberse a que los padres están mejor equipados para ayudar a sus hijos con la lectura y a que los niños mejoran sus habilidades de lectura (pero no sus habilidades matemáticas) cuando leen por placer fuera de la escuela”, sostuvo.
Estos factores podrían afectar las oportunidades de vida de los niños a través de su educación y las perspectivas del mercado laboral. A nivel social, puede tener implicaciones importantes para el crecimiento, la prosperidad y la cohesión social. (Lea: La OMS llama a proteger a las 5.000 millones de personas expuestas a grasas trans)
Si bien los esfuerzos de los niños, padres, docentes y encargados de formular políticas para adaptarse a las nuevas circunstancias han tenido éxito en la prevención de mayores déficits de aprendizaje, hasta el momento esta situación no se ha podido revertir. Por esto, los autores del estudio sugieren la creación de políticas “bien diseñadas, bien dotadas de recursos y decisivas para recuperar los déficits de aprendizaje”. Para esto es clave identificar y aprovechar las oportunidades para complementar y ampliar el aprendizaje regular en la escuela.
“Esto no va a ser algo que nos pongamos al día en uno o dos años, cuando todo vuelva a la normalidad; creo que va a durar una década. Necesitamos repensar la educación y hacer cambios sustanciales en la estructura y la forma en que hacemos la educación para compensar esto”, afirmó Amanda Neitze.