Denuncian que Arabia Saudí “compra” el puesto de sus universidades en los rankings

Un estudio publicado por SIRIS Academic afirma que durante la última década, decenas de los investigadores más citados del mundo, especialmente españoles, mienten sobre las universidades a las que están afiliados, y dicen estar vinculados a los principales centros educativos de Arabia Saudí, con el fin de que este país tenga mejores posiciones en los “ranking” de las mejores universidades del mundo.

“La gran cantidad de investigadores muy citados es la razón principal por la que algunas universidades saudíes están clasificadas entre las 150 mejores del mundo”, dice Domingo Docampo, matemático de la Universidad de Vigo en España, que consulta para SIRIS. (Lea: Fecode y gobierno nacional acuerdan el aumento salarial de los docentes)

Esta situación se empezó a conocer desde marzo de este año, cuando el reconocido científico español Rafael Luque fue suspendido por la Universidad de Córdoba, por un periodo de 13 años, debido a que en muchas de sus investigaciones sobre química verde, aparecía que era investigador de la Universidad Rey Saúd, en Arabia Saudí, o la Universidad de la Amistad de los Pueblos, con sede en Rusia, cuando tenía un contrato a tiempo completo con la facultad española, que le impedía trabajar para otras universidades.

Según el diario local, El País, desde Arabia Saudí se financiaban los estudios de Luque o le costeaban hoteles de lujo y viajes en clase ejecutiva para que cambiara la afiliación, y así beneficiara los centros educativos del país árabe. (Lea: La crítica situación por la que atraviesa la infraestructura de la U. Pedagógica)

“Afirmar una afiliación que no responde a una relación laboral, con el objetivo de subir el ranking de una institución, no está de acuerdo con las buenas prácticas científicas. La manipulación de indicadores es un subproducto de la idolatría de los rankings y los índices, que ha sido repetidamente denunciada como equivocada”, dijo Pere Puigdomènech, biólogo molecular de plantas y miembro del Foro de la Fundación Europea de la Ciencia.

El estudio publicado por SIRIS encontró que la cantidad de investigadores en la lista de los más citados que tienen una afiliación principal en Arabia Saudita aumentó de 27 a 109 entre 2014 y 2022.

“Estos investigadores trabajan en una variedad de disciplinas y muchos tienen afiliaciones secundarias en países como España, China, el Reino Unido, Alemania e India. La tendencia significa que Arabia Saudita está desproporcionadamente llena de investigadores altamente citados”, indica el estudio. (Lea: En Colombia, el 11.2% de los estudiantes de 15 años fue agredido por compañeros)

Aunque el informe de SIRIS no detalla acuerdos financieros específicos entre instituciones e investigadores, desde principios de la década de 2010, algunos líderes en diferentes áreas del conocimiento informaron que universidades sauditas se acercaron a ellos con ofertas de dinero a cambio de ser agregados a las afiliaciones de un investigador.

En 2011, la revista Science informó que 61 investigadores habían firmado contratos con la Universidad King Abdulaziz en Jeddah, que contenían diferentes términos financieros y niveles de contribución. Dicha institución y la Universidad King Saud (KSU) en Riyadh, reconocieron a la revista Nature que tenían programas para reclutar a los mejores científicos internacionales, pero afirmaron que usaban “las mejores prácticas para colaboraciones internacionales”.

Un estudio publicado por SIRIS Academic afirma que durante la última década, decenas de los investigadores más citados del mundo, especialmente españoles, mienten sobre las universidades a las que están afiliados, y dicen estar vinculados a los principales centros educativos de Arabia Saudí, con el fin de que este país tenga mejores posiciones en los “ranking” de las mejores universidades del mundo.

“La gran cantidad de investigadores muy citados es la razón principal por la que algunas universidades saudíes están clasificadas entre las 150 mejores del mundo”, dice Domingo Docampo, matemático de la Universidad de Vigo en España, que consulta para SIRIS. (Lea: Fecode y gobierno nacional acuerdan el aumento salarial de los docentes)

Esta situación se empezó a conocer desde marzo de este año, cuando el reconocido científico español Rafael Luque fue suspendido por la Universidad de Córdoba, por un periodo de 13 años, debido a que en muchas de sus investigaciones sobre química verde, aparecía que era investigador de la Universidad Rey Saúd, en Arabia Saudí, o la Universidad de la Amistad de los Pueblos, con sede en Rusia, cuando tenía un contrato a tiempo completo con la facultad española, que le impedía trabajar para otras universidades.

Según el diario local, El País, desde Arabia Saudí se financiaban los estudios de Luque o le costeaban hoteles de lujo y viajes en clase ejecutiva para que cambiara la afiliación, y así beneficiara los centros educativos del país árabe. (Lea: La crítica situación por la que atraviesa la infraestructura de la U. Pedagógica)

“Afirmar una afiliación que no responde a una relación laboral, con el objetivo de subir el ranking de una institución, no está de acuerdo con las buenas prácticas científicas. La manipulación de indicadores es un subproducto de la idolatría de los rankings y los índices, que ha sido repetidamente denunciada como equivocada”, dijo Pere Puigdomènech, biólogo molecular de plantas y miembro del Foro de la Fundación Europea de la Ciencia.

El estudio publicado por SIRIS encontró que la cantidad de investigadores en la lista de los más citados que tienen una afiliación principal en Arabia Saudita aumentó de 27 a 109 entre 2014 y 2022.

“Estos investigadores trabajan en una variedad de disciplinas y muchos tienen afiliaciones secundarias en países como España, China, el Reino Unido, Alemania e India. La tendencia significa que Arabia Saudita está desproporcionadamente llena de investigadores altamente citados”, indica el estudio. (Lea: En Colombia, el 11.2% de los estudiantes de 15 años fue agredido por compañeros)

Aunque el informe de SIRIS no detalla acuerdos financieros específicos entre instituciones e investigadores, desde principios de la década de 2010, algunos líderes en diferentes áreas del conocimiento informaron que universidades sauditas se acercaron a ellos con ofertas de dinero a cambio de ser agregados a las afiliaciones de un investigador.

En 2011, la revista Science informó que 61 investigadores habían firmado contratos con la Universidad King Abdulaziz en Jeddah, que contenían diferentes términos financieros y niveles de contribución. Dicha institución y la Universidad King Saud (KSU) en Riyadh, reconocieron a la revista Nature que tenían programas para reclutar a los mejores científicos internacionales, pero afirmaron que usaban “las mejores prácticas para colaboraciones internacionales”.