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Durante las últimas semanas el Ministerio de Salud emitió nuevas reglas sobre el uso de tapabocas en Colombia, una herramienta de bioseguridad que fue clave durante dos años para mitigar la pandemia del coronavirus. Entre las nuevas medidas que anunció la cartera, hay una que empezará a funcionar desde hoy lunes 16 de mayo: el tapabocas no será obligatorio en espacios abiertos y cerrados de las escuelas, colegios y universidades del país. (Le puede interesar: La travesía de un grupo de ucranianas para llegar al Mundial de Física en Colombia)
No obstante, el ministro de Salud, Fernando Ruiz, alertó que los “niños y niñas siguen manteniendo un riesgo frente al covid-19″ e hizo un llamado a los padres de familia y docentes para fortalecer los esquemas de vacunación de los menores.
“En Colombia, desde el inicio de la pandemia, han fallecido 358 niños, 549 niños ingresados a UCI y 3.191 niños hospitalizados a lo largo de este tiempo. Frente a estos datos, la cobertura que se ha logrado de vacunación, en promedio, en Colombia es relativamente baja. Con una dosis llevamos el 63,9 % y con dos dosis el 42,1 %”, dijo a finales de abril. (Le sugerimos: Inasistencia escolar en Colombia se redujo 10,9 % entre 2020 y 2021)
Mantener el tapabocas en entornos escolares, especialmente en colegios, era una medida que había sido cuestionada por algunos expertos en educación, ya que el uso de este elemento podría convertirse en una barrera para el aprendizaje, especialmente, en el de los más pequeños.
De hecho, en una comunicación corta publicada en el Scandinavian Journal of Public Health este año, el abogado y profesor de la Universidad Nacional de Australia, Stephen Thomson, señala que cualquier política de “no hacer daño” a los menores, debe tener “en cuenta el papel potencial que los tapabocas tienen en la interrupción de la comunicación emocional, especialmente en entornos educativos, o cómo su uso prolongado puede afectar el bienestar fisiológico, psicológico y psicosocial de niñas”.
“Observando que los niños y las escuelas parecen jugar solo un papel limitado en la transmisión del SARS-CoV-2, la reducción de la transmisión entre los niños puede lograrse mediante intervenciones no farmacéuticas más proporcionadas, como el distanciamiento físico, buena higiene de manos y mejor ventilación interior. Medidas menos intrusivas que no tienen la complejidad legal que sí tiene el uso de tapabocas, por lo que son una política más segura para combatir la propagación del covid-19″, agrega.
Uno de los artículos que cita, de hecho, es una texto de opinión que fue publicado en la revista Trends in Neuroscience and Education en el 2020, en el que se explica que cubrir la mitad inferior de la cara reduce la capacidad de comunicarse, interpretar e imitar las expresiones de aquellos con quienes interactuamos, algo clave cuando se trata de niños y niñas más pequeños. “Las emociones positivas se vuelven menos reconocibles y las emociones negativas se amplifican. El mimetismo emocional, el contagio y la emotividad en general se reducen y (por lo tanto), también lo hacen la vinculación entre profesores y alumnos, la cohesión del grupo y el aprendizaje, en los cuales las emociones son una parte importante”, concluye.