“Si el Consejo de Estado dice que mi nombramiento es ilegal, yo me retiro”, Múnera
El recién designado rector de la Universidad Nacional, Leopoldo Múnera, recibió en su casa a El Espectador. Entre otras cosas, explica por qué su elección no es ilegítima y qué va a hacer de ahora en adelante para, como él dice, reconstruir a la institución.
Paula Casas Mogollón
Al día siguiente de ser elegido como rector de la Universidad Nacional, Leopoldo Múnera fue al Claustro de San Agustín, en el centro de Bogotá. Allí se encontró con el viceministro de Educación Superior, Alejandro Álvarez, y, en una ceremonia breve, juró “desempeñar con lealtad y rectitud” los deberes como rector hasta mayo de 2027. El paso que el Gobierno le negó a Ismael Peña por más de dos meses, lo dio con Múnera en menos de 24 horas.
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Al día siguiente de ser elegido como rector de la Universidad Nacional, Leopoldo Múnera fue al Claustro de San Agustín, en el centro de Bogotá. Allí se encontró con el viceministro de Educación Superior, Alejandro Álvarez, y, en una ceremonia breve, juró “desempeñar con lealtad y rectitud” los deberes como rector hasta mayo de 2027. El paso que el Gobierno le negó a Ismael Peña por más de dos meses, lo dio con Múnera en menos de 24 horas.
El profesor Múnera sabe que su elección ha causado discordia. Desde la sala de su casa, en el norte de Bogotá, explicó horas después de ese evento, por qué su elección no es ilegítima, un adjetivo que él siempre usó para referirse a la designación de Peña.
Aunque las aguas parecen haberse apaciguado un poco tras el inesperado cambio que dio el Consejo Superior Universitario (CSU) y que fue respaldado por los sindicatos, pero visto con reproche por el representante de los profesores (Diego Torres), de los exrectores (Ignacio Mantilla) y la del Consejo Académico (Verónica Botero), la Universidad Nacional aún tiene un largo camino por recorrer antes de que se calmen los ánimos.
Para hacerlo, Múnera promete abrir una puerta al diálogo y empezar una reconstrucción colectiva. ¿A quién incluirá? ¿En qué consiste? Esto fue lo que conversó con El Espectador.
Como era de esperarse, hay varios profesores que le devuelven la crítica que usted le hizo de manera constante a Ismael Peña: que su rectoría carece de legitimidad. ¿Qué les responde?
No entiendo por qué dicen que carece de legitimidad. Tuve un apoyo absolutamente mayoritario en la consulta a la comunidad académica. Gané entre profesores, estudiantes y egresados. En términos de apoyo de la comunidad, hay una legitimidad clara. Por otro lado, la decisión que tomó el Consejo Superior la hizo con plena autonomía y de acuerdo con fundamentos legales invocados por sus miembros. No veo por qué pueden decir que es una designación ilegítima. No le veo el fundamento.
¿Ha habido algún otro momento en la historia de la Universidad Nacional en el que el CSU cambie su decisión frente a la elección del rector?
No creo, pero habría que revisar toda la historia de la Universidad Nacional. Se puede decir que no es frecuente, pero no podría asegurar de forma tajante que no ha sido así. Depende también de cómo se vea la cuestión, si aquí hay una doble designación o no. Si se aceptan los argumentos de la mayoría del CSU, la designación anterior nunca se culminó porque no hubo expedición de acta y acto administrativo. Es un debate jurídico abierto.
¿Cree que este cambio que hubo en la elección sienta un precedente para que otro Gobierno o ministerio de Educación actúe de manera similar y desconozca al rector elegido por el CSU?
No. Este cambio se dio por las irregularidades que se presentaron en la designación de Peña, pero no considero que cree un precedente. Me parece que tendrían que presentarse las mismas circunstancias. Espero que no suceda.
¿Cómo evitar, por poner un ejemplo, que un gobierno del Centro Democrático cambie al rector de la Universidad Nacional en un futuro después de que el CSU lo elija?
Evitarlo con las normas internas de la universidad misma. El problema es que se debilitó la institución universitaria con la forma como fue nombrado el profesor Peña.
¿Va a impulsar un cambio en la manera en como se elige al rector de la Universidad Nacional?
Creo que sí hay que hacer un cambio en la forma como se designa, porque no hay elección del rector de la Universidad Nacional. También es bueno que hagamos una discusión con los que me están criticando ahora sobre cómo podemos cambiar la composición del CSU para que represente más a la comunidad universitaria.
Ismael Peña y otros actores ya anunciaron acciones judiciales frente a su elección. ¿Cree que pueden prosperar y tumbar su rectoría?
No sé, es muy contingente en el derecho, no se sabe. Creo que el profesor Peña está también en su derecho de iniciar acciones judiciales; pero es muy difícil decirlo, sobre todo sin saber qué acciones quiere empezar y sin saber cuáles son los argumentos del profesor Peña.
¿Ya habló con el profesor Ismael Peña?
He hablado con él, pero antes. Ahora, no hemos conversado.
¿Ha hablado con el presidente Petro?
No tengo una comunicación directa con el presidente Petro. Lo conocí hace muchos años en Bélgica, pero no tenemos ni comunicación directa ni cercanía.
Profesores como Moisés Wasserman o Edna Bonilla han criticado su elección. Aseguran que se violó la autonomía universitaria. ¿Qué les dice?
No veo las razones para afirmar que se violó la autonomía universitaria. Realmente el apoyo que dio el gobierno fue un apoyo al voto mayoritario de la comunidad universitaria y en la consulta, y eso normalmente no lo mencionan. El otro voto que obtuve fue el de la representación estudiantil, máxima expresión de la autonomía, y el otro fue de un representante del Consejo Nacional de Educación Superior (CESU), que es exrector de la Universidad Nacional. Entonces, realmente no veo cuál es la violación de la autonomía.
Es evidente que la comunidad educativa está dividida. En su discurso del jueves usted habló de una reconstrucción colectiva. ¿Cómo va a ser ese diálogo, especialmente ahora que hay paro académico?
Creo que el paro debe terminar o va a terminar, por lo menos eso han dicho trabajadores, estudiantes y profesores. Lo que hay que encontrar son las garantías y los acuerdos que deben cumplirse. Vamos a empezar un proceso de reflexión colectiva y de transformación a partir de lo que es el fundamento de la comunidad académica, que es el diálogo. Ya iniciamos conversaciones con diferentes sedes de la Nacional, entonces no lo veo difícil. La universidad ha pasado momentos mucho más difíciles y ha tenido la fuerza de recuperarse.
Ha circulado información sobre la cancelación del semestre. ¿Qué le dice a la comunidad universitaria?
No hemos pensado en cancelar el semestre, todo lo contrario: vamos a hacer una reprogramación para que de aquí a finales del próximo año se puedan ver todos los semestres y cumplir con el calendario que se tiene programado.
Usted había propuesto una constituyente. ¿Va a continuar con esa idea?
Claro, la constituyente es anterior a cualquier proceso que haya sido planteado por el presidente Petro e implica un cambio interno de la universidad a partir de una reflexión de los integrantes de la comunidad universitaria. Es un cambio necesario para democratizar la Universidad Nacional. Vamos a seguir con el proceso.
¿Cómo concretaría esta constituyente?
Implica la elaboración de propuestas de transformación de la universidad que deben ser aprobadas por parte del Consejo Superior o que deben ser aprobadas por parte del órgano superior que pueda sustituir al CSU, si es el caso, y si la reforma llega allá. Entonces, creo que es un proceso interesante que se ha dado en América Latina, en otros países y en otras universidades públicas. En Colombia, se ha dado, por ejemplo, en la Universidad de Nariño y en la Distrital, con resultados diferentes.
Vienen unos retos enormes como rector y uno de ellos es la infraestructura, como los problemas que tiene el Instituto de Ciencias Naturales. ¿Qué estrategias va a emplear para solucionar este tipo de problemas?
Hay varias estrategias que ya se vienen empleando, como los acuerdos interministeriales que impliquen apoyo, créditos que son pagados simultáneamente por la universidad y por el Estado. Hay una serie de mecanismos, aparte de la inversión del Estado, que nos pueden garantizar soluciones a problemas infraestructurales.
¿Cuáles son los otros grandes cambios que plantea al frente a la rectoría de la Nacional?
El primero, del cual ya hemos hablado, es un cambio en la democratización de la universidad. El segundo es que la universidad debe recobrar el liderazgo nacional en la discusión sobre la educación y sobre las reformas sociales que necesita el país. El tercero es que debemos diversificar las formas de ingreso y de egreso a la universidad y eso es muy importante. Además, considero que tenemos que hacer un cambio fundamental en la cultura de género y en la diversidad, no solo sexual, sino también en términos de discapacidades. Hay un punto del cual no se quiere hablar, pero que es muy importante y es el de bienestar.
Estamos construyendo una propuesta de economía circular que implica cultivar alimentos en los campus de la Universidad Nacional. Hay que integrar mucho mejor las funciones misionales de la institución y articularlas alrededor de la investigación y la docencia y no tanto de la extensión remunerada.
Y la regionalización, que es uno de los grandes desafíos
En la parte territorial de la universidad se está avanzando, aunque creo que hay que hacer un trabajo mucho más intenso.
Recientemente, la Universidad Nacional estuvo nombrada por unos supuestos casos de corrupción. ¿Va a llamar a entes de control para que entren a investigar a la institución?
Ya algunos de ellos, como la Contraloría, fueron llamados por el profesor Peña, pero hay que hacer una auditoría interna. Creo que se ha exagerado en el sentido de generalizar la corrupción a toda la comunidad universitaria. Hay casos de corrupción y creo que hay que investigarlo. Pero la mayoría de la comunidad trabaja y produce extraordinariamente sin ningún tipo de corrupción. Eso hay que ponerlo realmente en las dimensiones que tiene y no el escándalo que a veces se arma por uno o dos casos de corrupción, los cuales, reitero, no deben existir en una institución como la Nacional.
Si el Consejo de Estado analiza este proceso y toma una decisión que no le favorece, ¿qué hará?
Si el Consejo de Estado dice que mi nombramiento es ilegal, yo me retiro. No hay nada que hacer. No respetar la decisión del Consejo de Estado sería llevar la universidad a un extremo que no se justifica. Una cosa fue la desobediencia civil interna en donde yo decidí no aceptar la decisión del profesor Peña por considerarla ilegal e ilegítima. El profesor Peña hubiera podido decidir lo mismo, pero él tiene otro talante y otra forma de ser. Somos diferentes.
¿Cuándo empiezan los nombramientos para los otros cargos en la universidad?
El martes ya hay varios nombramientos. Por ahora los que tenemos son siete mujeres y seis hombres y queremos también apostarle a integrar a más personas con discapacidad. Hay un movimiento extraordinario en la universidad que se llama Cuerpos Diversos, que son los estudiantes que cuentan con algún tipo de discapacidad. Son alumnos extraordinarios que ojalá pudieran trabajar aquí con nosotros en la administración.
El usuario del DNP de la Universidad Nacional estaba bloqueado. ¿En qué va ese proceso que ha impedido que la institución reciba transferencias de la entidad?
Ya lo vamos a desbloquear. La entidad tomó la decisión de bloquearlo porque no fue reconocido el profesor Ismael Peña como rector y la principal consecuencia de ese bloqueo fue que en esos dos meses no le entraron esos recursos del Departamento Nacional a la institución.
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