Jamás he pensado en dar un paso al costado: Ismael Peña, rector designado de la U. Nacional
En medio de la difícil situación que hoy vive la Universidad Nacional, el rector designado conversó con El Espectador. Dice que no se retirará del cargo y que cree que no hubo nada ilegal en su elección. También asegura que pedirá detener algunas de las normas que pueden quedar aprobadas durante las últimas semanas.
Sergio Silva Numa
Paula Casas Mogollón
La Universidad Nacional (UNAL) vive días difíciles. Luego de que el profesor José Ismael Peña quedara designado como rector el 21 de marzo, no han cesado las tensiones. Mientras un sector académico ha respaldado su elección, otro la ha criticado con dureza. Por otra parte, un grupo de estudiantes ha hecho manifestaciones pidiendo que frenen esa decisión. En medio del debate, hubo una toma del edificio de la rectoría, al que no ha podido volver Dolly Montoya, aun al frente de la institución.
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La Universidad Nacional (UNAL) vive días difíciles. Luego de que el profesor José Ismael Peña quedara designado como rector el 21 de marzo, no han cesado las tensiones. Mientras un sector académico ha respaldado su elección, otro la ha criticado con dureza. Por otra parte, un grupo de estudiantes ha hecho manifestaciones pidiendo que frenen esa decisión. En medio del debate, hubo una toma del edificio de la rectoría, al que no ha podido volver Dolly Montoya, aun al frente de la institución.
Peña, que espera posesionarse a más tardar el 2 de mayo en la sede de UNAL de Tumaco, conversó con El Espectador sobre lo que está sucediendo en la universidad pública más grande del país. A sus ojos, no hubo nada ilegal en el proceso en el que resultó electo, como lo han sugerido algunos profesores, como el jurista Rodrigo Uprimny. Sin embargo, cree que, posiblemente, deba existir una modificación en la manera en la que se elige al rector.
A Leopoldo Múnera, el candidato que ganó la consulta a la comunidad universitaria —y que entrevistamos en este diario— lo invita a dialogar para crear un nuevo sistema de gobierno y de gobernanza.
Hay protestas y paro en la universidad. El edificio de la rectoría fue tomado hace más de 72 horas. ¿Qué hacer para apaciguar ese ambiente que se ha generado después de la designación de rector?
Todos los candidatos tenemos propuestas que son interesantes para la universidad. Hice un llamado a los otros cuatro aspirantes, para que uniéramos esfuerzos y construyamos una mejor universidad. Tres de ellos estuvieron de acuerdo y aceptan mi designación como rector. Hay uno que no lo acepta (Leopoldo Múnera) y lo invité (y lo invito de nuevo) a que construyamos entre todos un nuevo sistema de gobierno y de gobernanza. Propuse que cambiáramos el sistema de gobierno por uno abierto, donde toda la comunidad tenga información transparente de lo que hacemos. Eso facilita la crítica y la toma de decisiones. Habrá normas que debamos modificar y deben surgir de la comunidad. Es decir, que colectivamente escojamos cuáles normas se necesita cambiar de manera urgente y entre todos lo hagamos.
Si el paro se extiende al resto de sedes de la universidad, ¿cómo manejará esa situación?
Siempre he pensado que todo se resuelve dialogando. Debemos crear unas mesas de trabajo con la comunidad. Invitar egresados y encontrar caminos para que salgamos adelante. Lo más importante es la institución, es el tiempo de los profesores que realizan proyectos de investigación y que se podrían ver afectados y, por supuesto, la formación de los alumnos que necesitan terminar sus programas.
¿Ha habido diálogo con algunos de esos representantes que lideran las movilizaciones y que están en desacuerdo con su designación?
En principio no ha habido diálogo porque están en este momento en el inicio del proceso de fuerza. La rectora, Dolly Montoya, pidió al Ministerio de Educación apoyo para poder conversar, llegar a acuerdos en algunos aspectos y que faciliten una salida dialogada a este problema. Por supuesto, continuaré con esa política.
¿Quiere decir que sí están conversando con el Ministerio de Educación; con la ministra de Educación?
La ministra, personalmente, no está, pero envió delegados para tratar de conversar con los estudiantes que en este momento se encuentran en el edificio Uriel Gutiérrez.
Hablemos sobre su elección. Hay algunos profesores que han señalado que fue ilegítima e incluso hablan de una cierta ilegalidad. ¿Qué opina de esas posturas?
Colombia es un Estado de derecho. Soy una persona respetuosa del Estado de derecho y digo que si cualquier ciudadano ve que hay alguna cosa ilegal en el proceso o en cualquier acción de la universidad, debe denunciarlo. Debe haber jueces que determinen si ocurrió o no alguna cosa improcedente. En este caso es el Consejo de Estado quien da la determinación.
¿Cree que en algún punto de la elección de rector hubo algo ilegal?
Absolutamente ninguna cosa ilegal. De lo que conozco, porque no participé en las sesiones del Consejo Superior Universitario, veo que se cumplieron los procesos y procedimientos definidos en la universidad,
Algunos profesores, entre ellos Rodrigo Uprimny, han señalado algunos puntos por los cuales se podría declarar la nulidad de la designación. ¿Hay caminos para que esa decisión se frene?
Diría que el profesor Uprimny, a quien admiro y respeto por su trabajo, podría poner en manos del Consejo de Estado esa información y se resolvería el problema. Este tipo de problemas normativos o de legalidad en una institución del Estado cuentan con los mecanismos para que se resuelvan de manera pacífica y racional. Por eso invito a que el CSU muestre los argumentos de por qué me designó a mí y el juez natural determine si hubo o no algún tipo de ilegitimidad. Pero, en lo que no estoy de acuerdo es que haya vías de hecho, es decir, que haya una toma, una acción violenta, porque eso contradice el espíritu académico y de la universidad.
En medio de este contexto, ¿ha pensado en algún momento dar un paso al costado?
Por supuesto que no, jamás. ¿Por qué? Primero, fui designado en un proceso en el que me presenté y siento la obligación moral, profesional y académica, para cumplir la tarea que propuse hacer y para la cual me designaron. No hay ninguna razón, a menos que un juez determine que debo retirarme y que será aceptado y acatado. Tengo la obligación de cumplir con mi tarea.
¿Está de acuerdo en cambiar la manera en la que se elige hoy al rector de la universidad?
Creo que, si hay inconformismo, debemos llamar al conjunto de docentes, de estudiantes, de exrectores y a otras personas a que reflexionemos si ese mecanismo debe seguir funcionando tal y como está o si debemos proponerle al CSU una modificación. Es un asunto que tiene que ser trabajado por la comunidad.
Hay un punto fundamental en todo este proceso y es la consulta universitaria. Allí el profesor Leopoldo Múnera obtuvo una amplia mayoría. ¿Cree que debería pesar más en la elección del rector esa consulta?
Creo que colectivamente debemos reflexionar sobre eso y mirar si es pertinente o no en una universidad. Si de alguna manera, al elegir solo la consulta, podríamos traer vicios de otros sistemas electorales a la universidad, que es un sitio académico donde la formación, la investigación y el mérito tienen que tener también un peso. Pero, repito, es la comunidad la que debe tomar esas decisiones, que las discutamos, analicemos las consecuencias y procedamos a hacer una propuesta al CSU.
¿A qué tipo de vicios se refiere?
Cuando uno ve una elección de alcaldes o de gobernadores tiene unos comportamientos diferentes. Es decir, las personas votan porque pertenecen a un partido, porque les gusta, por muchas razones diferentes a una racionalidad, que debería regir en la universidad. Aquí debe primar sobre todo la racionalidad de qué es lo mejor para proteger la institución y para hacer siga siendo la mejor universidad de este país.
Otra de las críticas tiene que ver con el procedimiento que llevó a cabo el CSU. Un sector académico de la universidad ha dicho que hubo falta de transparencia en este proceso…
No puedo decir si hubo o no hubo reuniones. Me imagino, además, que es natural que haya reuniones donde las personas discuten las hojas de vida, sus puntos de vista. Para mí eso es natural. Pero no sé el tema que se trató en esas reuniones. Frente a eso no puedo asegurar nada.
Sobre el método que utilizaron para la elección de rector, ¿está de acuerdo? ¿Cree que cambiaron las reglas del juego?
No, porque la norma lo que dice es que en el momento previo a la designación del rector, el CSU debe ponerse de acuerdo en cuál es el mecanismo que va a optar en esa sesión para designar al rector. Tengo entendido que un miembro (Ignacio Mantilla) propuso un método (el método Borda) que había trabajado en otro escenario. Los integrantes del Consejo discutieron, según escuché a uno de ellos, y pasaron muchas horas discutiendo si iba a ser ese, hasta que llegaron a acuerdos y decidieron que lo iban a elegir. Es decir, que cumplieron la norma.
¿Está de acuerdo con que el CSU haya elegido ese método para la elección?
No, estoy de acuerdo en que es normativamente correcto que hayan decidido un método, ese o cualquier otro.
Hoy sabemos quiénes votaron por qué candidato. ¿Está de acuerdo en que se haya planteado que esos votos fueran secretos?
Es una cosa muy difícil de aceptar en la universidad. El tema es que hubo amenazas contra la vida, los bienes y la familia de algunos integrantes del CSU. Fue una manera de proteger a las personas que estaban en la sesión, lo propusieron y fue aceptado. No conozco el acta, ni el detalle, porque no ha sido publicada aún. Pero tan pronto se publique, creo que será muy importante revisar cómo pasó. Es muy triste y alejado completamente de la naturaleza de una universidad, que en el caso de decidir quién va a ser el rector, se acuda a la violencia. En mi caso, seleccioné a un grupo de 100 docentes para el empalme y varias de las profesoras fueron amenazadas por participar. Me llamaron y me dijeron que las retirara porque no querían tener que salir del salón y ser agredidas.
En los 32 años que lleva de profesor, ¿recuerda que el voto haya sido secreto en alguna otra designación de rector?
En la elección de rector, la verdad no sé. Pero en muchas ocasiones se determinan ciertas votaciones que tienen cierta complejidad. Sin embargo, eso lo acuerda cada cuerpo colegiado en el momento en que toma la decisión o hay reglamentos ya preestablecidos.
¿Cuándo van a quedar pública el acta de la sesión del CSU?
Debe ser en estos días, de pronto la próxima semana. Leí que los miembros del CSU, justamente por toda esta discusión, pidieron que el acta fuera literal de lo que pasó. Me parece muy sano. Eso aumenta la complejidad, pues es levantar un acta de una sesión de nueve horas.
¿Cuándo se posesiona usted como rector?
Aquí lo importante es la resolución de nombramiento. El 30 de abril termina el periodo de la profesora Dolly Montoya y la universidad tiene que tener un rector, un representante legal y una persona que administrativamente sea la responsable del plantel. Creo que a más tardar el 2 de mayo debe producirse esa posesión.
Escuchamos que esa posesión podría ser en Tumaco…
Le planteé a la ministra de Educación, dado el trabajo que estamos desarrollando en esa región. Queremos proponerle al Gobierno, a la Vicepresidencia, a los ministerios, que parte del esfuerzo de la Universidad Nacional se centre en el desarrollo del Pacífico. Es una zona que tiene muchísima riqueza, tanto cultural, como natural y de talento humano. En ese sentido, considero que no es solo aumentar cupos estudiantiles, sino grupos de investigación, de profesoras y profesores trabajando en proyectos científicos, en proyectos de desarrollo para esta región.
Hablando de Tumaco, allí la universidad tiene una sede que ha tenido varios inconvenientes. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Cómo va a remediar todos los problemas que ha habido detrás de esa infraestructura?
Es una región muy compleja y ha sido compleja la construcción. Allí están funcionando los estudiantes en contenedores, están bien adecuados, pero no con las condiciones óptimas. La universidad en este momento tiene el nuevo proceso de contratación. Esperamos que en 24 meses la solución de infraestructura para Tumaco esté terminada.
¿Por qué no se ha podido culminar esa construcción?
Ha tenido dificultades, de las cuales no tengo muchos detalles. Conozco las últimas cuando estuve en la vicerrectoría, porque apoyamos a la sede en el desarrollo de los diseños y desde la parte técnica para salir a contratar. Nosotros tenemos encima los ojos del donante de la infraestructura, que es Países Bajos y tiene un equipo técnico, jurídico, de ingenieros que revisan todo lo que hacemos ahí y que van a garantizar que se construya de la mejor manera.
Pero es una sede que ya debería estar terminada…
Claro, debería estar terminada, pero ha tenido complicaciones.
Hablando de infraestructura, son conocidos los problemas que tiene la sede Bogotá, donde está el Instituto de Ciencias Naturales y el Departamento de Farmacia. ¿Qué va a hacer como rector para resolver esos problemas?
La universidad tiene 750 edificios en el país, en las 9 sedes. El presupuesto de todas las universidades públicas se congeló con la Ley 30, que es uno de los problemas que tiene el sistema de educación superior. En esa medida, el presupuesto de funcionamiento no ha sido suficiente para mejorar las condiciones de infraestructura. En 2018, el movimiento estudiantil logró conseguir recursos que nos permitieron invertir y, por eso, está estrenando un espacio para las artes. Con ayuda de entidades distritales y nacionales pudimos restaurar el edificio del Auditorio León de Greiff. En este momento se está terminando la restauración del edificio de Derecho y Ciencia Política. Hemos avanzado, pero hay mucho por hacer.
El Instituto de Ciencias Naturales tiene una complicación y como no permite per se el aumento de cobertura es difícil encontrar recursos. Sin embargo, allí está guardada la colección más importante en términos de biodiversidad. Entonces, nos toca trabajar de maneras diferentes. El profesor Gonzalo Andrade, director del instituto, es muy activo y está luchando por esos recursos. Por ejemplo, ha logrado que el Ministerio de Medio Ambiente le ayude con unos recursos que le prometió y le aseguró que iba a ayudarle con el Ministerio de Educación y con cooperación Internacional para buscar más recursos.
Una de las críticas del movimiento estudiantil se centra en algunos cambios que ha impulsado la rectora Dolly Montoya. ¿Estaría de acuerdo en reversar esas decisiones o les daría continuidad?
El movimiento estudiantil en cualquier universidad pública es importante. Es la conciencia estudiantil y la parte crítica. Para mí es preocupante que el movimiento estudiantil acude a medidas de fuerza, porque de alguna manera pierde legitimidad. Quiero un movimiento estudiantil muy fuerte que sea capaz de sentarse como lo vienen haciendo académicamente, con cifras, discutiendo, proponiendo, estando en contra de soluciones. Uno de los elementos que critican tiene que ver con un conjunto de normas; algunas no han sido aprobadas, no han pasado al CSU. Esas las voy a detener. Le voy a pedir al CSU (que es autónomo), que por favor no las discuta, porque falta debatirlas un poco más con toda la comunidad y le hagamos los ajustes que necesitan. Pero ya hay algunas normas que están aprobadas.
¿Son normas que pueden quedar aprobadas en estas semanas que le quedan a la rectora Dolly Montoya?
Creo que ya no, pero están en la agenda. Es decir, que podrían pasar en mayo o junio, pero son trámites que duran más de un año, porque han pasado por consejos y por discusiones. Deben estar en cola para ser presentadas y por eso mi solicitud en su momento al CSU de que no haga la discusión y si es necesario, las revisamos con la comunidad.
El profesor Múnera ha reiterado su intención de hacer una constituyente universitaria. ¿Le suena la idea?
Invito al profesor Múnera a que discutamos esa idea, que la contrastemos con mi propuesta de gobernanza abierta y de Congreso Universitario. Planteaba una Cámara de estudiantes, administrativos y egresados y un Senado de docentes e investigadores, de tal modo que podamos mirar qué es lo que más le conviene a la universidad y que lo discutamos y lo trabajemos abiertamente. Mi propuesta para el profesor Leopoldo es que él dirija esa parte de la universidad que es muy importante y que nos tiene metidos en esta discusión. Él tiene ideas interesantes que es necesario ponerlas sobre la mesa y trabajarlas con el resto de la comunidad.
¿Ha conversado en estas semanas con el profesor Múnera?
Lo llamé a saludarlo, porque hemos tenido siempre una relación afable. Lo conozco hace 25 años. Lo llamé después de la elección, como a los otros candidatos, a decirle que los invitaba a que sus ideas más importantes, las cuales por supuesto podamos viabilizar, estuvieran incorporadas al trabajo que se avecina en los próximos tres años. Espero que los demás candidatos también acepten esa invitación.
¿Invitaría a los otros candidatos a rector a que gobernaran, por decirlo así, con usted en este periodo?
Sí, porque todos somos profesores de la universidad, amamos la universidad, soñamos con una mejor institución y puede que tengamos ideas diferentes, pero entre todos podemos construir un camino colectivo, donde realmente construyamos la universidad que le conviene a la comunidad académica, a los territorios, a las regiones y al país.
En estos días conocimos una lista de los profesores que tenían el sueldo más alto en la Universidad Nacional. ¿Nos podría ayudar a entender por qué hay docentes con esos sueldos tan altos?
Los salarios de los profesores, a diferencia de los salarios de los empleados en cualquier otra área o función del gobierno, no están determinados por un rango. El decreto presidencial 1279 de 2002 determina cuál debe ser el salario de cada persona de manera individual. Entonces, de entrada, ganará distinto un profesor que tenga maestría o doctorado. También se tienen en cuenta la experiencia, las patentes y las investigaciones publicadas. Hay un comité que determina la cantidad de puntos que adquiere por publicar en una revista indexada. Esto ha sido cuestionado por la Nacional en los últimos 10 años, y, de hecho, varios colegas le han presentado propuestas al ministerio, para que se revise esa fórmula y se pongan topes. Sin embargo, debo decir que la institución tiene 3000 profesores y esa lista solo cuenta con 00 docentes. Es decir, que es un pequeño grupo, pero la gran mayoría de salarios van entre 8 y 12 millones de pesos, de acuerdo a la formación y a la experiencia de cada uno. Ahí no hay nada de ilegal, sino que son unas bonificaciones salariales de acuerdo a un asunto normativamente reglado para todas las universidades del país.
Salió un caso específico de un profesor que no da clase hace algunos años, que es muy popular, pero tiene también uno de esos salarios más altos.
Nuestra norma dice que todo profesor de la universidad debe dictar al menos dos cursos cada semestre. Son los decanos de las facultades los que deben vigilar el cumplimiento de esa norma. Es cuestión de cada decano ir a mirar qué pasa, porque ellos aprueban cada semestre el trabajo académico de cada docente.
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