Estudiantes protestan por presuntos malos manejos financieros en la U. del Rosario
Cientos de estudiantes se reunieron para pedir la renuncia de Alejandro Cheyne, rector de la institución, así como para exigir respuestas por presuntos despidos injustificados de docentes y personal de la universidad. En los últimos días, se han conocido denuncias sobre la mala gestión financiera de la institución educativa que la tendrían en la iliquidez.
Más de 200 estudiantes de la Universidad del Rosario se reunieron este viernes 12 de abril en el edificio CASUR para manifestar su inconformismo y pedir la renuncia del actual rector, Alejandro Cheyne, por los presuntos malos manejos financieros de la institución educativa y por denuncias de despidos injustificados de docentes y personal de la universidad.
Entre los principales temas que se trataron y denunciaron en la reunión está la mala estructuración del gobierno de la universidad, la mala gestión financiera (en particular por la interrupción de la construcción de edificios como Torre 3 y de los laboratorios de Mutis), la insuficiencia en los medios de representación de los estudiantes, y, entre otros, la falta de recursos para salidas de campo y otras actividades académicas que estarían siendo pagadas por profesores y estudiantes.
En contexto: Universidad del Rosario responde a denuncias sobre su estado financiero.
“Por estas razones, pedimos la renuncia de Alejandro Cheyne como rector de la universidad, no sin antes una rendición de cuentas y pronunciamiento de su parte sobre la situación actual, así como la renuncia inmediata de los colegiales y conciliares actuales, no sin antes dar una respuesta sobre la situación actual”, indican los voceros del movimiento estudiantil.
Además, entre las peticiones de los estudiantes también está una reforma al modelo electoral de la universidad para que se asegure la representatividad de los estudiantes. Por su parte, exigieron garantías para aquellos que deseen manifestarse en la universidad.
“Hacemos un llamado a la solidaridad de movimientos estudiantiles de otras universidades, como también a quienes hagan parte de la Universidad del Rosario para unirse a la causa. La educación es un derecho fundamental y el silencio de la Universidad del Rosario frente a la situación actual está limitando nuestro acceso a ese derecho”, concluyen los voceros del movimiento estudiantil.
Por su parte, este viernes (12 de abril), a través de un comunicado, la Universidad del Rosario respondió a las denuncias que en las últimas semanas se han planteado sobre sus estados financieros y que, como reveló El Espectador hace unos días, develarían que la institución educativa tendría muy poco flujo de caja para asumir sus obligaciones.
“El sector de educación superior privado atraviesa una situación difícil. No obstante, las decisiones que la Universidad del Rosario ha venido tomando, nos permiten asegurar que nuestra institución registra una solvencia financiera comprobable”, dice la universidad en el texto.
Cabe recordar que este diario tuvo acceso a los estados financieros de la universidad y, tras una revisión por parte de exfuncionarios que conocen la institución, la conclusión general apuntaba a que si bien el Rosario no está quebrada, está muy grave. Al respecto, la Universidad señala que los estados financieros cuentan con la revisoría fiscal de la firma Baker Tilly “y registraron un excedente neto en el año 2023 por dos mil doscientos sesenta y cinco millones de pesos ($2.265.000.000)”.
Para 2024, asegura la institución educativa, el consolidado de excedente neto, entre enero y marzo, fue de $4.960.000.000 y que en marzo, el ebitda (excedentes antes de depreciaciones, amortizaciones, intereses e impuestos), fue de $15.064.000.000.
Sin embargo, como explicamos hace unos días en esta nota, para los expertos consultados, el ebitda (Beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) se ha venido reduciendo tanto, que en 2023 apenas se obtuvo el 17 % de los resultados de 2017, calculando esa cifra a valores constantes de ese año de referencia.
A pesar de esa incapacidad de generar suficientes ingresos, la rectoría mantuvo y hasta redobló sus inversiones en infraestructura, comprando edificios y adecuándolos. Al respecto, la universidad señala que se han desarrollado “nuevos escenarios consecuentes con las necesidades de un campus multisede de talla internacional”, las cuales incluyen laboratorios, salones y “mayores espacios de bienestar”.
Por lo tanto, apunta la universidad, “durante los últimos cinco años, realizamos inversiones para aumentar la infraestructura en un 25 %, pasando de un déficit proyectado a 2025 de 27.113 m² a 1.282 m²″.
Podría interesarle: Iliquidez y conflictos de interés: causas de los despidos en la U. del Rosario.
Pese a estas aclaraciones, el comunicado no hace referencia a las advertencias que, según las fuentes consultadas por este diario, se le hicieron al rector Alejandro Cheyne sobre el impacto financiero que tendría continuar con el plan de inversiones en infraestructura. Tampoco hace referencia a las deudas que la universidad tiene por cerca de $120.000 millones con distintos bancos.
Por último, el comunicado también aborda la inversión que se ha hecho en temas de investigación. “En los tres últimos años la inversión en investigación e innovación fue de más de $130.000.000.000 millones”, lo que, a criterio del plantel educativo, ha permitido que el porcentaje de publicaciones en revistas indexadas en Q1 haya aumentado a un 53 % en 2023, así como que el 49 % de las publicaciones realizadas durante el año pasado se hayan hecho en colaboración internacional.
Sin embargo, el comunicado no ha caído del todo bien en parte de la comunidad educativa rosarista, según pudo conocer El Espectador. Según le dijo a este diario un grupo de profesores de carrera, “un comunicado no es suficiente. Es necesario un diálogo franco y abierto en el que se respondan estos y otros interrogantes sobre la gestión de esta administración”.
Lea acá el acta del movimiento estudiantil:
Nota del editor (16 de abril de 2024): Cambiamos el título de este artículo, pues podía prestarse para interpretaciones equivocadas.
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Más de 200 estudiantes de la Universidad del Rosario se reunieron este viernes 12 de abril en el edificio CASUR para manifestar su inconformismo y pedir la renuncia del actual rector, Alejandro Cheyne, por los presuntos malos manejos financieros de la institución educativa y por denuncias de despidos injustificados de docentes y personal de la universidad.
Entre los principales temas que se trataron y denunciaron en la reunión está la mala estructuración del gobierno de la universidad, la mala gestión financiera (en particular por la interrupción de la construcción de edificios como Torre 3 y de los laboratorios de Mutis), la insuficiencia en los medios de representación de los estudiantes, y, entre otros, la falta de recursos para salidas de campo y otras actividades académicas que estarían siendo pagadas por profesores y estudiantes.
En contexto: Universidad del Rosario responde a denuncias sobre su estado financiero.
“Por estas razones, pedimos la renuncia de Alejandro Cheyne como rector de la universidad, no sin antes una rendición de cuentas y pronunciamiento de su parte sobre la situación actual, así como la renuncia inmediata de los colegiales y conciliares actuales, no sin antes dar una respuesta sobre la situación actual”, indican los voceros del movimiento estudiantil.
Además, entre las peticiones de los estudiantes también está una reforma al modelo electoral de la universidad para que se asegure la representatividad de los estudiantes. Por su parte, exigieron garantías para aquellos que deseen manifestarse en la universidad.
“Hacemos un llamado a la solidaridad de movimientos estudiantiles de otras universidades, como también a quienes hagan parte de la Universidad del Rosario para unirse a la causa. La educación es un derecho fundamental y el silencio de la Universidad del Rosario frente a la situación actual está limitando nuestro acceso a ese derecho”, concluyen los voceros del movimiento estudiantil.
Por su parte, este viernes (12 de abril), a través de un comunicado, la Universidad del Rosario respondió a las denuncias que en las últimas semanas se han planteado sobre sus estados financieros y que, como reveló El Espectador hace unos días, develarían que la institución educativa tendría muy poco flujo de caja para asumir sus obligaciones.
“El sector de educación superior privado atraviesa una situación difícil. No obstante, las decisiones que la Universidad del Rosario ha venido tomando, nos permiten asegurar que nuestra institución registra una solvencia financiera comprobable”, dice la universidad en el texto.
Cabe recordar que este diario tuvo acceso a los estados financieros de la universidad y, tras una revisión por parte de exfuncionarios que conocen la institución, la conclusión general apuntaba a que si bien el Rosario no está quebrada, está muy grave. Al respecto, la Universidad señala que los estados financieros cuentan con la revisoría fiscal de la firma Baker Tilly “y registraron un excedente neto en el año 2023 por dos mil doscientos sesenta y cinco millones de pesos ($2.265.000.000)”.
Para 2024, asegura la institución educativa, el consolidado de excedente neto, entre enero y marzo, fue de $4.960.000.000 y que en marzo, el ebitda (excedentes antes de depreciaciones, amortizaciones, intereses e impuestos), fue de $15.064.000.000.
Sin embargo, como explicamos hace unos días en esta nota, para los expertos consultados, el ebitda (Beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) se ha venido reduciendo tanto, que en 2023 apenas se obtuvo el 17 % de los resultados de 2017, calculando esa cifra a valores constantes de ese año de referencia.
A pesar de esa incapacidad de generar suficientes ingresos, la rectoría mantuvo y hasta redobló sus inversiones en infraestructura, comprando edificios y adecuándolos. Al respecto, la universidad señala que se han desarrollado “nuevos escenarios consecuentes con las necesidades de un campus multisede de talla internacional”, las cuales incluyen laboratorios, salones y “mayores espacios de bienestar”.
Por lo tanto, apunta la universidad, “durante los últimos cinco años, realizamos inversiones para aumentar la infraestructura en un 25 %, pasando de un déficit proyectado a 2025 de 27.113 m² a 1.282 m²″.
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Pese a estas aclaraciones, el comunicado no hace referencia a las advertencias que, según las fuentes consultadas por este diario, se le hicieron al rector Alejandro Cheyne sobre el impacto financiero que tendría continuar con el plan de inversiones en infraestructura. Tampoco hace referencia a las deudas que la universidad tiene por cerca de $120.000 millones con distintos bancos.
Por último, el comunicado también aborda la inversión que se ha hecho en temas de investigación. “En los tres últimos años la inversión en investigación e innovación fue de más de $130.000.000.000 millones”, lo que, a criterio del plantel educativo, ha permitido que el porcentaje de publicaciones en revistas indexadas en Q1 haya aumentado a un 53 % en 2023, así como que el 49 % de las publicaciones realizadas durante el año pasado se hayan hecho en colaboración internacional.
Sin embargo, el comunicado no ha caído del todo bien en parte de la comunidad educativa rosarista, según pudo conocer El Espectador. Según le dijo a este diario un grupo de profesores de carrera, “un comunicado no es suficiente. Es necesario un diálogo franco y abierto en el que se respondan estos y otros interrogantes sobre la gestión de esta administración”.
Lea acá el acta del movimiento estudiantil:
Nota del editor (16 de abril de 2024): Cambiamos el título de este artículo, pues podía prestarse para interpretaciones equivocadas.
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