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Hace dos semanas, el extranjero Austen Summers publicó un video que tituló “Medellín Inmersion”. El documental de casi 45 minutos sigue el aprendizaje de uno de sus estudiantes –un estadounidense– tras uno de los cursos de conquista que Summers ofrece en Colombia, específicamente en Medellín.
Su “bootcamp” o programa de seducción promete a los hombres mejorar su mentalidad frente a sí mismos y aprender a conquistar mujeres, entre otras. A grandes rasgos, el programa consiste en una parte teórica y una parte práctica, en donde Summers y sus “aprendices” van a centros comerciales y universidades de Medellín a “hacer conquistas” porque, según él, las mujeres de Medellín son “ninfómanas” y “sumisas”, según escribe en un post de Instagram.
Por eso, colectivos de mujeres de Medellín, como Bolívar en Falda y Wikigrillas, se pronunciaron públicamente contra el documental y la Academia de Austin Summers por su talante “abiertamente misógino contra las mujeres” e iniciaron la campaña #MedellinIsNotYourBitch (Medellín no es tu perra). Por las denuncias ante la Secretaria de la Mujer, en Instagram y otras plataformas digitales por parte de los colectivos, Summers retiró el documental y quitó los videos de su página de Youtube.
De la conquista al acoso
Algunos de los videos (que fueron ocultados en los últimos días, y que fueron recuperados por algunos usuarios de Twitter) muestran a hombres con la cara borrosa contando su experiencia positiva con el curso de Summers. Un hombre dice: “Una experiencia muy valiosa para mí. Tenía cero experiencia levantando chicas y me llevé un par de números”.
En la página de su “Academia”, que también fue modificada en los últimos días (pero que puede ser leída a través del código HTML). Summers promete entrenar a un hombre para conseguir mujeres “de alta calidad” a través de ejercicios teóricos y prácticos. Incluye una teoría sobre las mujeres, meditación, consejos de fitness y moda, o “hacer del levante un estilo de vida”, entre otros.
En realidad, el entrenamiento que ofrece parece bastante inofensivo, y si a un hombre heterosexual que es tímido le sirve para sentirse más confiado de sí mismo, más alegre o más estable emocionalmente, bienvenido sea. Sin embargo, para las mujeres que han ofrecido sus testimonios tras conocer el documental y el trabajo de Summers, los acercamientos de los extranjeros no fueron experiencias de conquista, sino de acoso.
Una mujer compartió la experiencia de acoso que tuvo con uno de los estudiantes de la “Academia” y el mismo Summers, cuando uno de los estudiantes se acercó mientras ella esperaba su transporte cerca del Parque Lleras, y ella lo rechazó. Ante la negativa, el hombre le dijo “perra miedosa, ¿no te gusta la verga negra?”.
Cortesía Bolívar en Falda.
“Yo me di cuenta de que había salido en el vídeo porque se volvió viral. Me puse a verlo y me di cuenta de que salía ahí. Me sentí súper mal, me puse a llorar. Me sentí utilizada así no me hubieran hecho nada. Salía mi imagen y nunca había dado mi consentimiento”, dice una mujer en Telemedellín.
Incluso, en el documental “Medellín Inmersión”, Summers y su aprendiz son sacados por personal de seguridad de la Universidad EAFIT después de que unos estudiantes (hombres) alertaran a los guardias de la presencia de dos extranjeros acosando estudiantes. “Después de esto, seguridad nos pidió que nos fuéramos de la universidad. Los hombres se sintieron ofendidos y amenazados porque estábamos coqueteando con las mujeres y se inventaron que las estábamos acosando”, dice Austen.
Los cursos de conquista no son exclusivos para extranjeros. En una conversación, un cliente colombiano de Summers le agradece por la experiencia, y le cuenta que gracias a los hábitos que aprendió de él (evitar la pornografía, meditar, levantar pesas) sentía la energía necesaria para salir a la calle, a veces tanta, que le daban ganas de violar mujeres en la calle:
En otra historia de Instagram pone el pantallazo de una conversación de Whatsapp entre un hombre de 50 años que él asesora y una adolescente de 19.
En el documental también comparte otras estrategias de conquista que los colectivos de mujeres de Medellín, como Bolívar en Falda y Wikigrillashan calificado de “degradantes con las mujeres y con nuestra cultura”: “¿Alguna vez te sientes caliente cuando hablas con una chica? Es mejor si le bajas a la ansiedad y estás excitado porque cuando lo haces hay más “pene” detrás de lo que dices”, aconseja a un estudiante en el documental. “De camino a casa ofrécele una conversación divertida que la mantenga en un estado de aventura para que sienta buenas emociones y no esté pensando lógicamente. Si te quedas callado ella va empezar a pensar ‘a dónde vamos’, ‘dónde estoy’”, complementa. También habla de darle cumplir sus fantasías sexuales, “como ser violadas o que les peguen o lo que sea”. El documental ya no está disponible en línea, pero una bloguera extranjera hace un recuento aquí.
Aunque tras la polémica ha dicho a través de sus redes sociales que respeta a las mujeres (e incluso cambió su usuario de Instagram a @austenrespetaalasmujeres) el negocio de enseñar a manipularlas es tan explícito que uno de sus podcasts se llama “Aprende a manipular con Austen Summers”.
Los “cursos” han tenido lugar en Medellín en 2018, entre julio 14 y julio 20; octubre 13 y octubre 19; novimebre 17 y noviembre 23 y enero 12 y enero 18. En la descripción de esos cursos escribe: “Seamos honestos. Si vienes a Medellín es porque tiene la mayor concentración de mujeres hermosas en el mundo” “Las colombianas son sumisas, son dulces, dicen cosas como “tú eres el jefe” o “tú decides”(…) su maquillaje es perfecto, su otufit es perfecto, todo está afeitado”, etc.
Enseñar o aprender a conquistar mujeres jugándoles trucos mentales (o pensando que pueden jugarles esos trucos) no es un delito en Colombia, pero el acoso sexual sí. Sin embargo, el caso de una academia para hombres que quieren “aprender a conquistar mujeres” es sui generis y no se puede decir que Summers promueva o realice un delito como el acoso sexual o el turismo sexual.
Según la Secretaria de la Mujer de Medellín, Valeria Molina, la manera en la que Summers se refiere en sus redes sociales a las mujeres colombianas (especialmente a las paisas) es similar al lenguaje que promociona a Medellín como un destino para el turismo sexual en otros países.
“Nos parece reprochable y estamos en total desacuerdo con el acoso a las mujeres en Medellín. Sobre todo porque hemos hecho un esfuerzo porque se entienda que las mujeres de esta ciudad no son objetos sexuales ofrecidas al placer masculino de los extranjeros o de nadie. No banalicen más a las mujeres, ni sus capacidades o su intelecto”, dijo Molina. También agregó que las pruebas (en su mayoría pantallazos y testimonios de mujeres) que llegaron a sus manos ya están siendo procesadas por la Secretaría de Seguridad para ser puestas en conocimiento de las autoridades.
En una publicación en su Instagram, Summers dice que vive en Colombia porque aquí “las mujeres son mujeres y los hombres, hombres” y que no vive en Estados Unidos o Europa porque “mi mera existencia como hombre es vista como algo malo. Mi deseo de salir con mujeres hermosas no es visto como “cultura de la violación”. Mi deseo de ser efectivo no es visto como “masculinidad tóxica”(…)”.
“Lo peor de todo es que hay gente que aún cree que esto es una exageración. El acoso es una práctica que hay que desnaturalizar, no es lo mismo que conquistar o seducir. No es no, es muy simple. Este tipo está grabando mujeres sin su consentimiento, haciendo acercamientos a sus nalgas, enseñándole a otros tipos como ser depredadores, y promoviendo a Medellín como un destino en donde las mujeres son objetos dispuestos todo el tiempo para complacer hombres”, dijo Margarita Restrepo, una de las fundadoras del colectivo Bolívar en Falda.
Al ser consultado por El Espectador sobre la polémica a través de un mensaje en su página web, Summers no comentó sobre el caso, pero mencionó que los delitos de injuria y calumnia estaban en el código penal colombiano y agregó: “Si perpetúan las mentiras que están poniéndome a mi novia y a mí en peligro físico, recibirán una demanda por parte de mi abogado”.
Aunque su perfil de Instagram es privado desde que comenzó la polémica, hace tres días Summers escribió: “Ironía de las feminazis: dicen oponerse al acoso sin embargo me han llegado amenazas de muerte, dicen que saben dónde vivo, escarnio público, cientos de comentarios groseros”.
hcalle@elespectador.com.