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La fórmula de una “nobel” de Educación para transformar la enseñanza

Wendy Kopp, cofundadora de la red global de enseñanza Teach for All y ganadora del WISE Prize for Education 2021, también conocido como el nobel de Educación, estuvo en Colombia hace unos días. Habló sobre sus aprendizajes en más de 30 años de estar involucrada con la transformación del aprendizaje y dio algunas recomendaciones para el gobierno de Gustavo Petro.

María Camila Bonilla
25 de septiembre de 2022 - 03:00 p. m.
Wendy Kopp, fundadora de una fundación de educación Teach For All
Wendy Kopp, fundadora de una fundación de educación Teach For All
Foto: El Espectador - Óscar Pérez
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Más o menos hace una semana, los líderes del mundo se reunieron en la primera cumbre global para discutir sobre la importancia de transformar la educación. António Guterres, secretario general de la ONU, dijo en una de las jornadas que la educación se está volviendo un “gran divisor” entre personas de entornos más ricos y estudiantes más vulnerables. Esto, entre otras cosas, es signo de la “crisis” del sistema educativo, y una de las razones por las que es momento de transformarlo, añadió Guterres.

Justamente, esta reflexión ha sido gran parte del enfoque de Wendy Kopp, cofundadora de Teach for All (Enseña para Todos), un proyecto global que recluta y forma a profesores para llevar educación a la mayor cantidad posible de niños y adolescentes. Esta iniciativa es la razón principal por la que Kopp fue galardonada en 2021 con el WISE Prize for Education, también conocido como el nobel de Educación.

La idea de Teach for All empezó cuando Kopp era estudiante de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Princeton. En su tesis propuso la creación de un grupo de maestros en Estados Unidos, conformado por los estudiantes más apasionados y talentosos de las universidades. ¿Si Wall Street recluta a los mejores estudiantes, por qué la educación no hace lo mismo?, fue una de las preguntas que se hizo en 1989. Su tesis no se quedó solo en el ámbito académico; a partir del texto, fundó Teach for America (Enseña por América) que, eventualmente, fue el escalón para crear Teach for All. (También puede leer: El camino de la Universidad Sergio Arboleda tras la suspensión de la acreditación)

Más de 30 años después de la idea inicial de su tesis, el método de Kopp ha sido replicado en 61 países, incluyendo Colombia. Enseña por Colombia, de hecho, está cumpliendo 10 años desde que empezó a funcionar en el país. Según cifras de la organización, durante esta década ha acompañado a más de 110.000 estudiantes de colegios en 45 municipios del. Más 675 profesionales se han vinculado, para enseñar en las aulas de clase de regiones apartadas de Colombia.

Con motivo del aniversario de esta organización, Kopp visitó Colombia. En diálogo con El Espectador, habló sobre lo que considera una buena educación, los desafíos que se deben superar para enfrentar la crisis económica y climática, y algunas recomendaciones para el gobierno de Gustavo Petro, que ha tenido como una de sus banderas el mejoramiento del sistema educativo.

Alguna vez usted dijo que había sido muy privilegiada por la educación que recibió. ¿Qué lecciones le dejó este proceso de privilegios?

Llegué a un momento en mi último año de universidad en que me di cuenta de que yo pensaba que todo el mundo estaba abierto para mí, que podía hacer lo que quisiera. Me hice muy consciente de que eso era simplemente porque había contado con la posibilidad de tener una gran educación y sabía que no todo el mundo tenía esa posibilidad. Eso fue lo que me inspiró verdaderamente a decidir enfocar mi energía en la educación. Pero también sabía que no estaba sola, sino que había miles de otras personas buscando una manera de hacer una diferencia y de abordar las desigualdades en la educación de Estados Unidos, y eso fue lo que condujo a esta idea: ¿por qué no se nos pide que pongamos nuestra energía en asegurar que todos los niños tengan una oportunidad de obtener una educación excelente?

Ya han pasado más de 30 años desde esta idea inicial y ahora está presente en más 60 países. ¿Qué ha aprendido de la implementación en otros lugares del mundo?

Hace más de diez años logramos incrementar la red de Teach for All, de los dos socios iniciales, de Estados Unidos y Reino Unido, a 40 organizaciones en todas las regiones del mundo. Y, a medida que hicimos eso, también crecimos para incluir muchísimas perspectivas, culturas y lugares diversos, que trajeron preguntas muy buenas: ¿A qué nos referimos cuando hablamos de ‘educación excelente’? ¿Realmente en qué logro estamos trabajando conjuntamente? Entonces, dimos un paso atrás y trabajamos como una comunidad global para hacernos esas preguntas. (Le puede interesar: Educación servirá de cimiento para la paz total: Petro ante la ONU)

En un punto también hicimos la pregunta: ¿Qué queremos lograr juntos en 25 años? Entonces, también nos cuestionamos: ¿Cómo será el mundo en ese mismo espacio de tiempo? Considerando lo mucho que está cambiando la economía, cuánto se está degradando el planeta, habrá muchos desafíos y, más que todo, una incertidumbre gigante. Para nosotros se volvió muy evidente que, si los estudiantes en nuestros colegios hoy no se están formando como líderes que puedan construir un mejor futuro, no hay ninguna esperanza de alcanzar nuestras aspiraciones de paz, sostenibilidad, inclusividad o prosperidad.

Entonces nos redirigimos a una visión distinta, para asegurar que todos los niños tengan la educación, apoyo y oportunidad de trabajar en un mejor futuro para ellos, pero también para todos nosotros. No creo que hubiéramos llegado a esa idea sin la energía, perspectiva y sabiduría de todas las personas diversas de nuestra red global.

El método de Teach for All está muy enfocado en los profesores. Ha dicho antes que, para ser un gran profesor, no necesariamente se deben tener las mejores calificaciones. ¿Qué hace a un profesor ideal? ¿Cree que cualquiera puede ser un gran profesor?

Sí, creo que todos nosotros podemos aprender a ser muy buenos profesores. Lo que yo he visto, y lo que ahora respaldo, es que una buena enseñanza, en el contexto en que estamos trabajando, es liderazgo. Se trata de construir relaciones con personas diversas, de entender sus valores y aspiraciones, de establecer con ellos un camino de a dónde quieren llegar. Nuestros grandes líderes persisten incluso ante grandes retos, también. Encontrar personas que hayan demostrado perseverancia y la habilidad de influir y motivar a otros en sus vidas, incluso viniendo de contextos complicados, es lo que nosotros hacemos para hallar a grandes profesores.

La educación está compuesta por muchas esferas, como la educación básica, primaria y superior. ¿En dónde cree que se deberían sumar esfuerzos?

Creo que una de las cosas que nos une en Teach for All es la convicción de que en este asunto de la educación, como que las circunstancias del nacimiento y crianza de un niño predicen su desempeño, es un obstáculo sistémico gigante y no será solucionado por una sola cosa. Va a requerir que muchas prioridades cambien, por eso decimos que este cambio necesita liderazgo conjunto, dentro del ecosistema en torno a los niños y adolescentes: sus compañeros, sus familias, profesores, líderes de la educación y encargados de política pública. Todos nosotros debemos apropiarnos de liderazgo para sumar esfuerzos a este gran rompecabezas.

Lo que dijo a Gustavo Petro en Educación

Enseña por Colombia está celebrando su décimo aniversario. ¿Qué sabe de la labor que han hecho y de la educación en el país?

Estoy muy inspirada por Enseña por Colombia. He visto que tienen todos los cimientos para formar un liderazgo conjunto y a largo plazo de esta comunidad, que ha trabajado y se ha aliado con educadores y líderes de este país. Pensar que 500 personas tan trabajadoras han canalizado toda su energía en ayudar algunas de las comunidades más marginales de Colombia, es increíble. También hemos visto cómo los profesores de la organización han llegado a creer en la ‘abundancia’ de las comunidades remotas, en el talento de la niñez allá, y eso significa que no pueden abandonar ese trabajo y que van a cooperar con otros sectores.

Recientemente el país eligió a un nuevo presidente y una de sus banderas es la educación. Si le pudiera hacer unas recomendaciones al nuevo gobierno, ¿cuáles serían?

Una de las cosas en la que pensamos mucho es que, por años hemos tratado de reformar el sistema de educación colectivamente. Creo que nos hemos dado cuenta de que este sistema educativo fue construido hace décadas, cuando los desafíos y aspiraciones eran diferentes, y creo realmente que necesitamos dar un paso atrás, con diversos actores, a nivel local, nacional y global, para pensar. Teniendo en cuenta dónde estamos, los desafíos de nuestro mundo hoy en día y las aspiraciones de nuestras comunidades, ¿qué necesitamos de la educación?, ¿cuál es su propósito actual? Tenemos que redefinir el propósito de la educación y, una vez lo hayamos hecho, tal vez orientarnos a formar líderes en las aulas de clase. También nos deberemos preguntar por las implicaciones de todos esos cambios que tenemos que hacer dentro y fuera de las escuelas.

Usted ha dicho que frecuentemente los tomadores de decisiones invierten más esperando “soluciones milagrosas” y no en resolver los verdaderos problemas de la educación. ¿Qué medidas deberían acompañar la inversión?

Primero quiero decir que todo lo que podamos invertir en la educación nos permite invertir menos en otras cosas, por eso soy una admiradora de invertir en educación. Creo que no hay nada más importante en todo este escenario que las personas en nuestros sistemas educativos. No vamos a solucionar nuestros problemas resolviendo únicamente aspectos técnicos de la educación, como el currículo. El núcleo de todo es que la educación es una tarea humana. Invertir en nuestros profesores es la clave, en atraer, cultivar, desarrollar y retener a las personas que necesitamos en todos los niveles del sistema es lo que tendrá el impacto más grande, es lo que permitirá que la inversión en educación rinda sus frutos.

Las recomendaciones para la educación ‘pospandemia’

Este año ha sido el primero ‘pospandemia’ en que las escuelas del mundo volvieron casi completamente. ¿Qué lecciones hemos aprendido en estos meses?

Pasamos mucho tiempo enfocándonos en los desafíos y estamos viendo todas las necesidades que ahora tienen los estudiantes: desde lo académico, hasta lo emocional. Pero sí creo que hemos aprendido mucho y esas lecciones han creado nuevas posibilidades que podrían acelerar el progreso hacia el sistema educativo que necesitamos. Hemos visto que los estudiantes quieren que sus voces estén en las discusiones, quieren asociarse con nosotros, los adultos, para resolver los problemas de nuestros colegios, aulas y comunidades. Eso es una gran oportunidad. (Le recomendamos: Las rutas de la salud mental en las universidades colombianas)

También vimos cambios de mentalidad de los educadores, quienes también se han dado cuenta de primera mano la importancia crítica de poner el desarrollo emocional y social en el centro de nuestro trabajo con niños y adolescentes. Tenemos mucho con lo que trabajar para mejorar un sistema educativo, que igualmente no estaba funcionando antes de la pandemia. Tal vez podemos aprovechar todas estas nuevas posibilidades para crear un sistema más fuerte.

¿Qué hemos aprendido sobre la importancia de la tecnología en la educación?

Pienso que los educadores del mundo han visto la increíble tecnología que puede ser la tecnología. Hemos visto ejemplos increíbles de lo que se puede hacer, por ejemplo, al hacer videos que los estudiantes pueden ver en casa, para utilizar las clases para hacer algo distinto, o al crear enseñanzas por WhatsApp, que permiten que muchos estudiantes tengan un acceso distinto al aprendizaje. Hay muchas posibilidades con la tecnología, pero solo es una herramienta poderosa en la medida en que las personas que la utilicen también lo sean. Maximizar la tecnología va a aumentar las expectativas de los profesores y estudiantes que tendremos que desarrollar.

Es común escuchar que un profesor puede hacer la diferencia. En su experiencia, ¿cuál es el valor agregado de tener profesores de entornos tan diversos?

Todos sabemos, por experiencia propia, el enorme poder de estar expuestos a personas que son modelos a seguir, que pueden aumentar nuestro conocimiento del mundo, al presentarnos diferentes formas de pensar. Como una madre, y como alguien que ha estado involucrada tantos años en esta labor, es difícil exagerar la importancia de las personas que están todos los días con nuestros niños. También creo firmemente que, en este contexto en donde hablamos sobre lo que necesitaremos para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los educadores tenemos el rol más grande en este futuro. Si miramos quiénes están en nuestras aulas hoy en día, podremos saber lo que tendremos en nuestras comunidades, países y el mundo en unos años. Espero que podamos priorizar a nuestros educadores, porque su rol en nuestro mundo será crítico.

Ya casi ha pasado un año desde que le dieron el WISE Prize for Education. ¿En qué ha pensado desde entonces? ¿Qué ha cambiado sobre cómo piensa la educación y su futuro?

Lo que más pienso es en una sensación que tengo de que somos parte de un movimiento global que está creciendo, no solo para reformar la educación, sino para transformarla hacia un propósito más grande. También, hay un reconocimiento mayor de que se necesitará de todos nosotros para hacer eso, vamos a necesitar liderazgo conjunto. (También puede ver: “El Icetex va a cumplir con 9 mil condonaciones de créditos”: Mauricio Toro

Un año después del WISE, estoy muy entusiasmada de que los líderes del mundo se hayan reunido en la ONU para hablar sobre la importancia de transformar la educación. Es algo que estoy tomando con optimismo y esperanza. Ojalá signifique que estamos uniéndonos en torno a la importancia de priorizar la educación, transformarla y desarrollar el poder humano que necesitamos para nuestros estudiantes.

María Camila Bonilla

Por María Camila Bonilla

Periodista con intereses en las áreas de medio ambiente, movimientos sociales y democracia, y conflictos y paz.mbonilla@elespectador.com

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