Impulsar la ciencia y la educación: una clave para reducir la pobreza en Colombia
Colombia a pesar de ser un país extremadamente rico en recursos naturales, en biodiversidad y con un alto porcentaje de gente joven, nuestros gobiernos no han aprovechado esta abundancia para favorecer el desarrollo de la sociedad.
Fanor Mondragón
* Profesor Emérito de la Universidad de Antioquia. Miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas Físicas y Naturales.
Se aproximan las elecciones presidenciales y todos los precandidatos quieren plantear sus buenas intenciones para buscar el apoyo de los electores. Sin embargo, muchas veces se hacen promesas sin especificar el cómo lograr esos objetivos. A continuación se hacen planteamientos generales, sin ser exhaustivos, sobre líneas de acción para sus planes de gobierno que ayuden a colocar al país en una verdadera ruta de desarrollo basado en el conocimiento. Para esto se toman elementos del “Acuerdo de Paipa” de la Academia de Ciencias Exactas Físicas y Naturales, lo mismo que de los documentos de la Misión de Sabios y aportes realizados desde la Academia sobre el CONPES de CTI.
“La ciencia es la más grande empresa que se haya jamás concebido. Es el camino que la humanidad ha decidido tomar y construir a través de los tiempos para, con base en la racionalidad, desentrañar lo más profundo de la naturaleza en todo su contexto. Prácticamente, todo lo que usamos y mucho de lo que hablamos hoy es resultado de un complejo proceso que la ciencia viene construyendo en forma sistemática hace más de 250 años. Son los países más avanzados los que han venido generando la mayor parte del conocimiento actual de la humanidad y los impactos que estos han producido. Los países no pueden quedarse por fuera de este desafío, de lo contrario el conocimiento de sus propios problemas y realidades puede quedar a la deriva o peor el país seguiría subordinado a lo que acontece en otras latitudes, sin ninguna posibilidad real de alcanzar su propio desarrollo” (Acuerdo de Paipa de la Academia). Es importante resaltar que entre mejor sea el conocimiento científico, mejores serán las capacidades para tener una educación de alta calidad.
Entre los objetivos del Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas se encuentra claramente establecida la preocupación por el desarrollo social: esto es reducir la inequidad y la pobreza, promover el bienestar de los ciudadanos y al mismo tiempo reducir las amenazas al medio ambiente por desarrollos industriales y el consumo. Todos los anteriores planteamientos serán posibles en Colombia si el país adopta una seria política de largo plazo sobre educación y generación de conocimiento para reducción de la pobreza a través de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Colombia es un país que a lo largo de toda su historia ha preferido “comprar” la ciencia, la tecnología y la innovación que hacen otros países. Por esta razón, a pesar de ser un país extremadamente rico en recursos naturales, en biodiversidad y con un alto porcentaje de gente joven, nuestros gobiernos no han aprovechado esta abundancia para favorecer el desarrollo de la sociedad, y por eso aparecemos siempre en la lista de los países más inequitativos con altísimos índices de pobreza y desempleo. El principal aporte que podemos hacer a la Paz es apoyar con conocimiento a la industria en general, y en particular a las pequeñas y medianas empresas. De esta manera se puede innovar, mejorar la calidad de sus productos, aumentar su productividad y como consecuencia de todo lo anterior ser más competitivas, lo cual se reflejará en la generación de nuevos empleos, y como consecuencia se mejorará el bienestar social.
A pesar de haber tenido en Colombia la iniciativa de fomentar la investigación desde hace más de 50 años con la creación de Colciencias, la contribución que ha hecho el país a la generación de conocimiento ha sido marginal debido al negligente apoyo de los gobiernos a una política de ciencia y tecnología. Hoy, solo el 0.2% de las empresas han sido clasificadas como innovadoras (incorporan nuevo conocimiento en su quehacer), lo que hace su calidad, productividad y competitividad sean muy bajas. Con la reciente creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, se pensó que Colombia mejoraría la organización y financiación del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología. Sin embargo, lo que hemos visto es la creación de un fortín político, donde la ciencia y la tecnología ocupan un segundo o tercer plano, y al mismo tiempo se ha reducido su menguado presupuesto; hoy los recursos asignados son inferiores a los que en algún momento tuvo Colciencias.
Algunas de las razones para no tener la educación, la ciencia y la tecnología como foco de desarrollo del país son:
1. Poco conocimiento del tema de ciencia, tecnología e innovación entre los funcionarios de entidades públicas y privadas que toman decisiones.
2. Falta de suficiente apoyo financiero para adelantar las investigaciones requeridas. Hoy los países de la OECD invierten entre 700 y 2000 dólares por habitante por año en investigación y desarrollo, mientras que Colombia invierte menos de 20 dólares por habitante por año. Esto hace imposible adelantar las investigaciones que necesita el país.
3. Poca o nula capacidad de innovación de la industria colombiana, ya que no invierte en el riesgo. Es una industria que no demanda investigación, y prefiere comprar los desarrollos hechos en otros países.
4. Colombia tiene relativamente poca capacidad de generación de nuevo conocimiento científico y aplicado.
- Colombia adolece de la infraestructura que ha sido exitosa en los países avanzados como es la existencia de universidades de investigación, institutos nacionales de investigación de alta calidad y parques de ciencia y tecnología de donde puedan salir las spin-off. Este tipo de infraestructura se requiere igualmente para ofrecer empleo calificado a nuestros técnicos, profesionales, magísteres, doctores que hoy se forman en Colombia y para atraer a la diáspora de científicos colombianos a que vengan a trabajar en condiciones similares a las que les ofrecen en otros países.
Para subsanar lo anterior, algunos de los instrumentos que Colombia requiere pueden ser:
a. Una política clara de ciencia, tecnología e innovación y de un verdadero sistema nacional de CTI, autónomo, que incluya a todos los actores y establezca mecanismos de coherencia entre la política educativa, la política industrial, la política ambiental, la política de salud y la política de ciencia y tecnología, solo una política de esta naturaleza nos permitirá hablar de competitividad y no al revés como es el caso colombiano. La competitividad se alcanza como resultado de la inversión en ciencia, tecnología e innovación.
b. Un Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación que sea de las más altas calidades científicas y técnicas, que sea ejecutivo, y que pueda hacer prospectiva de largo plazo para el direccionamiento de la política de ciencia y tecnología y coloque al país en la ruta hacia una sociedad basada en el conocimiento.
c. Establecer un grupo que actúe como Asesor Científico del Presidente y otro como Asesor Científico del Congreso.
d. Establecer un esquema de financiación de la ciencia, la tecnología y la innovación que le permita al país hacer investigación de largo plazo en la generación de conocimiento e investigación de frontera para apoyar a las pequeñas y medianas industrias y atender las necesidades inmediatas de desarrollo del país. Para esto se propone que el presupuesto de ciencia y tecnología sea por asignación directa del Presupuesto Nacional de tal manera que en 4 años se llegue al 1% del PIB y en 8 años estemos en 2% del PIB. Este recurso se invertirá en iniciativas estratégicas que permitan: financiar una o dos universidades de investigación, 15-20 institutos nacionales de investigación en diferentes áreas y en diferentes regiones del país (regionalización de la ciencia), establecer 5-8 parques de ciencia y tecnología en diferentes regiones del país, y apoyar la investigación en universidades y otros centros de investigación.
Colombia requiere aumentar significativamente el número de doctores, y para esto es necesario establecer un programa que nos permita llegar a 1000 doctores por millón de habitantes en un plazo de ocho años.
e. Una política clara de educación, ciencia, tecnología e innovación para hacerle frente al cambio climático con una transición energética bien planeada a 30-40 años, teniendo presente que la humanidad probablemente seguirá utilizando combustibles fósiles más allá del 2060, y que las tecnologías que aliviarán el problema del calentamiento global aún están por descubrirse o están en estados iniciales de desarrollo.
Esperamos que los precandidatos presidenciales incorporen en sus planes de desarrollo la ciencia y la tecnología como elemento clave para la reducción de la pobreza.
* Profesor Emérito de la Universidad de Antioquia. Miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas Físicas y Naturales.
Se aproximan las elecciones presidenciales y todos los precandidatos quieren plantear sus buenas intenciones para buscar el apoyo de los electores. Sin embargo, muchas veces se hacen promesas sin especificar el cómo lograr esos objetivos. A continuación se hacen planteamientos generales, sin ser exhaustivos, sobre líneas de acción para sus planes de gobierno que ayuden a colocar al país en una verdadera ruta de desarrollo basado en el conocimiento. Para esto se toman elementos del “Acuerdo de Paipa” de la Academia de Ciencias Exactas Físicas y Naturales, lo mismo que de los documentos de la Misión de Sabios y aportes realizados desde la Academia sobre el CONPES de CTI.
“La ciencia es la más grande empresa que se haya jamás concebido. Es el camino que la humanidad ha decidido tomar y construir a través de los tiempos para, con base en la racionalidad, desentrañar lo más profundo de la naturaleza en todo su contexto. Prácticamente, todo lo que usamos y mucho de lo que hablamos hoy es resultado de un complejo proceso que la ciencia viene construyendo en forma sistemática hace más de 250 años. Son los países más avanzados los que han venido generando la mayor parte del conocimiento actual de la humanidad y los impactos que estos han producido. Los países no pueden quedarse por fuera de este desafío, de lo contrario el conocimiento de sus propios problemas y realidades puede quedar a la deriva o peor el país seguiría subordinado a lo que acontece en otras latitudes, sin ninguna posibilidad real de alcanzar su propio desarrollo” (Acuerdo de Paipa de la Academia). Es importante resaltar que entre mejor sea el conocimiento científico, mejores serán las capacidades para tener una educación de alta calidad.
Entre los objetivos del Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas se encuentra claramente establecida la preocupación por el desarrollo social: esto es reducir la inequidad y la pobreza, promover el bienestar de los ciudadanos y al mismo tiempo reducir las amenazas al medio ambiente por desarrollos industriales y el consumo. Todos los anteriores planteamientos serán posibles en Colombia si el país adopta una seria política de largo plazo sobre educación y generación de conocimiento para reducción de la pobreza a través de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Colombia es un país que a lo largo de toda su historia ha preferido “comprar” la ciencia, la tecnología y la innovación que hacen otros países. Por esta razón, a pesar de ser un país extremadamente rico en recursos naturales, en biodiversidad y con un alto porcentaje de gente joven, nuestros gobiernos no han aprovechado esta abundancia para favorecer el desarrollo de la sociedad, y por eso aparecemos siempre en la lista de los países más inequitativos con altísimos índices de pobreza y desempleo. El principal aporte que podemos hacer a la Paz es apoyar con conocimiento a la industria en general, y en particular a las pequeñas y medianas empresas. De esta manera se puede innovar, mejorar la calidad de sus productos, aumentar su productividad y como consecuencia de todo lo anterior ser más competitivas, lo cual se reflejará en la generación de nuevos empleos, y como consecuencia se mejorará el bienestar social.
A pesar de haber tenido en Colombia la iniciativa de fomentar la investigación desde hace más de 50 años con la creación de Colciencias, la contribución que ha hecho el país a la generación de conocimiento ha sido marginal debido al negligente apoyo de los gobiernos a una política de ciencia y tecnología. Hoy, solo el 0.2% de las empresas han sido clasificadas como innovadoras (incorporan nuevo conocimiento en su quehacer), lo que hace su calidad, productividad y competitividad sean muy bajas. Con la reciente creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, se pensó que Colombia mejoraría la organización y financiación del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología. Sin embargo, lo que hemos visto es la creación de un fortín político, donde la ciencia y la tecnología ocupan un segundo o tercer plano, y al mismo tiempo se ha reducido su menguado presupuesto; hoy los recursos asignados son inferiores a los que en algún momento tuvo Colciencias.
Algunas de las razones para no tener la educación, la ciencia y la tecnología como foco de desarrollo del país son:
1. Poco conocimiento del tema de ciencia, tecnología e innovación entre los funcionarios de entidades públicas y privadas que toman decisiones.
2. Falta de suficiente apoyo financiero para adelantar las investigaciones requeridas. Hoy los países de la OECD invierten entre 700 y 2000 dólares por habitante por año en investigación y desarrollo, mientras que Colombia invierte menos de 20 dólares por habitante por año. Esto hace imposible adelantar las investigaciones que necesita el país.
3. Poca o nula capacidad de innovación de la industria colombiana, ya que no invierte en el riesgo. Es una industria que no demanda investigación, y prefiere comprar los desarrollos hechos en otros países.
4. Colombia tiene relativamente poca capacidad de generación de nuevo conocimiento científico y aplicado.
- Colombia adolece de la infraestructura que ha sido exitosa en los países avanzados como es la existencia de universidades de investigación, institutos nacionales de investigación de alta calidad y parques de ciencia y tecnología de donde puedan salir las spin-off. Este tipo de infraestructura se requiere igualmente para ofrecer empleo calificado a nuestros técnicos, profesionales, magísteres, doctores que hoy se forman en Colombia y para atraer a la diáspora de científicos colombianos a que vengan a trabajar en condiciones similares a las que les ofrecen en otros países.
Para subsanar lo anterior, algunos de los instrumentos que Colombia requiere pueden ser:
a. Una política clara de ciencia, tecnología e innovación y de un verdadero sistema nacional de CTI, autónomo, que incluya a todos los actores y establezca mecanismos de coherencia entre la política educativa, la política industrial, la política ambiental, la política de salud y la política de ciencia y tecnología, solo una política de esta naturaleza nos permitirá hablar de competitividad y no al revés como es el caso colombiano. La competitividad se alcanza como resultado de la inversión en ciencia, tecnología e innovación.
b. Un Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación que sea de las más altas calidades científicas y técnicas, que sea ejecutivo, y que pueda hacer prospectiva de largo plazo para el direccionamiento de la política de ciencia y tecnología y coloque al país en la ruta hacia una sociedad basada en el conocimiento.
c. Establecer un grupo que actúe como Asesor Científico del Presidente y otro como Asesor Científico del Congreso.
d. Establecer un esquema de financiación de la ciencia, la tecnología y la innovación que le permita al país hacer investigación de largo plazo en la generación de conocimiento e investigación de frontera para apoyar a las pequeñas y medianas industrias y atender las necesidades inmediatas de desarrollo del país. Para esto se propone que el presupuesto de ciencia y tecnología sea por asignación directa del Presupuesto Nacional de tal manera que en 4 años se llegue al 1% del PIB y en 8 años estemos en 2% del PIB. Este recurso se invertirá en iniciativas estratégicas que permitan: financiar una o dos universidades de investigación, 15-20 institutos nacionales de investigación en diferentes áreas y en diferentes regiones del país (regionalización de la ciencia), establecer 5-8 parques de ciencia y tecnología en diferentes regiones del país, y apoyar la investigación en universidades y otros centros de investigación.
Colombia requiere aumentar significativamente el número de doctores, y para esto es necesario establecer un programa que nos permita llegar a 1000 doctores por millón de habitantes en un plazo de ocho años.
e. Una política clara de educación, ciencia, tecnología e innovación para hacerle frente al cambio climático con una transición energética bien planeada a 30-40 años, teniendo presente que la humanidad probablemente seguirá utilizando combustibles fósiles más allá del 2060, y que las tecnologías que aliviarán el problema del calentamiento global aún están por descubrirse o están en estados iniciales de desarrollo.
Esperamos que los precandidatos presidenciales incorporen en sus planes de desarrollo la ciencia y la tecnología como elemento clave para la reducción de la pobreza.