Índice Welbin: el diagnóstico que Colombia no puede ignorar
El índice Welbin es una iniciativa liderada por la organización Welbin y el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, diseñada para que los colegios autoevalúen sus condiciones de salud y bienestar de su comunidad educativa.
Luz Karime Abadía*
Las mediciones más comunes en educación se relacionan con el desempeño académico de los estudiantes, es decir, sobre los aprendizajes que logran en áreas como matemáticas, ciencias, lenguaje, entre otras áreas. Sin embargo, hay muy pocos esfuerzos por medir las condiciones de salud y bienestar escolar.
Hoy en día, la misión más importante de las instituciones educativas debe ser propender por el bienestar de su comunidad, especialmente de sus estudiantes. Desde pequeños, los y las estudiantes deben aprender a cuidar su salud física y mental, y contribuir al cuidado de los otros, a tomar buenas decisiones y evitar riesgos, a conocerse a sí mismos y desarrollar habilidades socioemocionales.
En Colombia, existe una herramienta pionera en América Latina, que permite tener información sobre condiciones y prácticas escolares para el bienestar: El índice Welbin. Una iniciativa liderada por la organización Welbin y el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, diseñada para que los colegios autoevalúen sus condiciones de salud y bienestar de su comunidad educativa, especialmente sus estudiantes. El índice se mide en una escala de cero a cien, donde cien es el máximo puntaje.
Este año, en su quinta versión, participaron 1844 colegios de todo el país, con representatividad estadística para Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cundinamarca. Los resultados muestran que los colegios cumplen con el 56% de los estándares de bienestar escolar. Bogotá y Medellín tienen resultados por encima del promedio nacional. Las dimensiones de Sexualidad e igualdad de género (41%), Salud mental y emocional (45%), y Alimentación y vida sana (48%) tuvieron los puntajes más bajos. Por su parte, Integridad física y seguridad (51%) y Convivencia e inclusión (55%) las de más alto nivel de cumplimiento.
El 86% de los colegios manifiesta que no acompaña efectivamente las necesidades de salud mental, social y física de su comunidad. En los colegios oficiales hay en promedio 383 estudiantes atendidos por un docente de apoyo y 640 estudiantes por un docente orientador. Por el contrario, en los colegios privados hay en promedio 140 estudiantes por docente de apoyo y 296 estudiantes por orientador. Solamente el 34% de los colegios está en capacidad de brindar acompañamiento psicosocial, 19% en capacidad de identificar y derivar situaciones de violencia y el 17% identificación temprana de uso de drogas, incluyendo alcohol y drogas ilícitas.
Las principales necesidades de formación docente están en salud mental, disciplina positiva, prevención de sustancias psicoactivas y educación inclusiva. Los colegios afirman que las principales causas de ausentismo de los y las estudiantes se dan por problemas de salud, económicos y negligencia o abandono familiar. Así mismo, identifican como las principales causas de deserción la situación económica, negligencia o abandono por parte de los familiares y pertinencia e inclusión.
Respecto a los entornos de los colegios se identifican riesgos ambientales y sociales. El 43% de los colegios manifiesta estar ubicados en entornos donde hay plagas y vectores, 26% contaminantes del aire y el 12% estar en una zona con riesgo de avalanchas y vendavales. El 67% de los colegios está en entornos donde vendes SPA, alcohol, tabaco y drogas, el 59% identifica riesgos de accidentes viales y el 33% delincuencia organizada y puntos de atraco. En Bogotá y Medellín estos riesgos se presentan con mayor proporción.
En cuanto a elementos de aseo e infraestructura, solo el 45% de los colegios tiene acceso permanente a internet, el 71% acceso a agua potable, constante y gratuita y el 47% acceso a jabón permanente. El 71% afirma tener mesas y escritorios ajustados a la mano dominante, solo el 35% tiene rampas para facilitar la movilidad y el 32% baños accesibles. Solamente el 5% de los colegios manifiesta tener material educativo en formato accesible, 14% prestar servicios de tamizaje visual y el 8% tamizaje auditivo.
El índice Welbin también indaga sobre el involucramiento parental. Se encuentra que el 62% de los colegios tiene asociación, agrupación o escuela de familia. Solamente el 15% de los colegios afirma que las familias participan activamente. Colombia no podrá mejorar sus resultados académicos, sino mejora las condiciones de salud y bienestar de los y las estudiantes. Los entornos educativos son propicios para educar, prevenir riesgos y velar por el bienestar de los niños, niñas y adolescentes. El índice Welbin arroja información muy útil que permite, a nivel de colegio y región, identificar en que dimensiones se requieren acciones de mejora.
Estos resultados deben llamar la atención de las autoridades educativas, las instituciones y la sociedad en general a priorizar políticas que garanticen entornos escolares saludables, seguros e inclusivos. Es urgente asignar recursos adecuados para incrementar el personal de apoyo psicosocial en los colegios, fortalecer los programas de salud mental y prevención del consumo de sustancias psicoactivas, así como garantizar condiciones dignas de infraestructura y acceso a servicios básicos.
Además, se debe fomentar una mayor participación de las familias en los procesos educativos y establecer alianzas con actores locales para mitigar los riesgos ambientales y sociales que rodean a las instituciones. Por último, se requiere capacitar a los docentes y directivos para afrontar con mejores herramientas los retos que hoy se presentan en los entornos educativos. El bienestar escolar no es solo una responsabilidad de los colegios; es un compromiso colectivo que define el futuro de nuestra sociedad.
*Decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Javeriana
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Las mediciones más comunes en educación se relacionan con el desempeño académico de los estudiantes, es decir, sobre los aprendizajes que logran en áreas como matemáticas, ciencias, lenguaje, entre otras áreas. Sin embargo, hay muy pocos esfuerzos por medir las condiciones de salud y bienestar escolar.
Hoy en día, la misión más importante de las instituciones educativas debe ser propender por el bienestar de su comunidad, especialmente de sus estudiantes. Desde pequeños, los y las estudiantes deben aprender a cuidar su salud física y mental, y contribuir al cuidado de los otros, a tomar buenas decisiones y evitar riesgos, a conocerse a sí mismos y desarrollar habilidades socioemocionales.
En Colombia, existe una herramienta pionera en América Latina, que permite tener información sobre condiciones y prácticas escolares para el bienestar: El índice Welbin. Una iniciativa liderada por la organización Welbin y el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, diseñada para que los colegios autoevalúen sus condiciones de salud y bienestar de su comunidad educativa, especialmente sus estudiantes. El índice se mide en una escala de cero a cien, donde cien es el máximo puntaje.
Este año, en su quinta versión, participaron 1844 colegios de todo el país, con representatividad estadística para Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cundinamarca. Los resultados muestran que los colegios cumplen con el 56% de los estándares de bienestar escolar. Bogotá y Medellín tienen resultados por encima del promedio nacional. Las dimensiones de Sexualidad e igualdad de género (41%), Salud mental y emocional (45%), y Alimentación y vida sana (48%) tuvieron los puntajes más bajos. Por su parte, Integridad física y seguridad (51%) y Convivencia e inclusión (55%) las de más alto nivel de cumplimiento.
El 86% de los colegios manifiesta que no acompaña efectivamente las necesidades de salud mental, social y física de su comunidad. En los colegios oficiales hay en promedio 383 estudiantes atendidos por un docente de apoyo y 640 estudiantes por un docente orientador. Por el contrario, en los colegios privados hay en promedio 140 estudiantes por docente de apoyo y 296 estudiantes por orientador. Solamente el 34% de los colegios está en capacidad de brindar acompañamiento psicosocial, 19% en capacidad de identificar y derivar situaciones de violencia y el 17% identificación temprana de uso de drogas, incluyendo alcohol y drogas ilícitas.
Las principales necesidades de formación docente están en salud mental, disciplina positiva, prevención de sustancias psicoactivas y educación inclusiva. Los colegios afirman que las principales causas de ausentismo de los y las estudiantes se dan por problemas de salud, económicos y negligencia o abandono familiar. Así mismo, identifican como las principales causas de deserción la situación económica, negligencia o abandono por parte de los familiares y pertinencia e inclusión.
Respecto a los entornos de los colegios se identifican riesgos ambientales y sociales. El 43% de los colegios manifiesta estar ubicados en entornos donde hay plagas y vectores, 26% contaminantes del aire y el 12% estar en una zona con riesgo de avalanchas y vendavales. El 67% de los colegios está en entornos donde vendes SPA, alcohol, tabaco y drogas, el 59% identifica riesgos de accidentes viales y el 33% delincuencia organizada y puntos de atraco. En Bogotá y Medellín estos riesgos se presentan con mayor proporción.
En cuanto a elementos de aseo e infraestructura, solo el 45% de los colegios tiene acceso permanente a internet, el 71% acceso a agua potable, constante y gratuita y el 47% acceso a jabón permanente. El 71% afirma tener mesas y escritorios ajustados a la mano dominante, solo el 35% tiene rampas para facilitar la movilidad y el 32% baños accesibles. Solamente el 5% de los colegios manifiesta tener material educativo en formato accesible, 14% prestar servicios de tamizaje visual y el 8% tamizaje auditivo.
El índice Welbin también indaga sobre el involucramiento parental. Se encuentra que el 62% de los colegios tiene asociación, agrupación o escuela de familia. Solamente el 15% de los colegios afirma que las familias participan activamente. Colombia no podrá mejorar sus resultados académicos, sino mejora las condiciones de salud y bienestar de los y las estudiantes. Los entornos educativos son propicios para educar, prevenir riesgos y velar por el bienestar de los niños, niñas y adolescentes. El índice Welbin arroja información muy útil que permite, a nivel de colegio y región, identificar en que dimensiones se requieren acciones de mejora.
Estos resultados deben llamar la atención de las autoridades educativas, las instituciones y la sociedad en general a priorizar políticas que garanticen entornos escolares saludables, seguros e inclusivos. Es urgente asignar recursos adecuados para incrementar el personal de apoyo psicosocial en los colegios, fortalecer los programas de salud mental y prevención del consumo de sustancias psicoactivas, así como garantizar condiciones dignas de infraestructura y acceso a servicios básicos.
Además, se debe fomentar una mayor participación de las familias en los procesos educativos y establecer alianzas con actores locales para mitigar los riesgos ambientales y sociales que rodean a las instituciones. Por último, se requiere capacitar a los docentes y directivos para afrontar con mejores herramientas los retos que hoy se presentan en los entornos educativos. El bienestar escolar no es solo una responsabilidad de los colegios; es un compromiso colectivo que define el futuro de nuestra sociedad.
*Decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Javeriana
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