Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Hace unos días nos despertamos con la noticia de que recursos de ciencia e innovación fueron a parar a un asadero de pollos, otro caso de corrupción que enfrenta el país. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos que requiere, las instituciones de educación superior siguen apostando por la innovación.
La Universidad Javeriana, por ejemplo, desde su Centro Javeriano de Competitividad Empresarial, cuenta con un eje de innovación y emprendimiento social que reorienta la forma como los micro y pequeños empresarios desarrollan su actividad, potencia sus habilidades técnicas y contribuye a que adquieran competencias de gestión empresarial.
La Universidad de Medellín, a través de su Maestría en Innovación, pretende que los profesionales afinen competencias que les permitan solucionar problemas o generar análisis por medio de la asimilación o apropiación de saberes, metodologías y, según el caso, desarrollos científicos, tecnológicos o artísticos.
La Corporación Ruta N, el centro de innovación y negocios de la capital antioqueña, también está contribuyendo en esta causa y ya ha asesorado a 19 instituciones en Medellín y su área metropolitana. Además, comenzó a trabajar con la U. El Bosque, en Bogotá.
“Creemos que la innovación en la educación superior es una apuesta necesaria para la trasformación de las universidades como organización, para que puedan conectar todo lo que hacen internamente y cambien de manera positiva el entorno. No es simplemente el número de patentes que tengan, sino cuál es esa incidencia en mejorar la calidad de vida de quienes integran su comunidad”, asegura Adriana Pérez, experta en gerencia de innovación organizacional de Ruta N.
La innovación genera valor y mayores ingresos para la gente, las empresas y la economía. Pero además permite transformar la vida de las personas y es justamente esto lo que están buscando las universidades y entidades como Ruta N. Convertirla en parte de su ADN es el gran desafío. Un reto que implica estar abierto a experimentar y, sobre todo, a invertir.
Modelo a seguir
Según Adriana Pérez, de Ruta N, uno de los casos de éxito de innovación en las aulas es la Universidad El Bosque y la manera como está asumiendo su nueva clínica. Según la institución, su razón para innovar es aportarles felicidad a las personas y ayudarles a mejorar la calidad de vida.“La clínica que tienen planeada, en compañía de Compensar, va a poner a disposición de Bogotá un esquema muy distinto. No es simplemente un hospital universitario, sino un campo de experimentación, tanto para los profesionales que se están formando en áreas de la salud como para todas las disciplinas”, afirma Pérez.
Cómo incide el color en mejorar a los pacientes de forma más rápida, cómo conjugar los textiles con la electrónica para generar dispositivos no invasivos que midan el pulso y otras características del cuerpo, son algunas de las ideas en las que cree la clínica.
“Se trata de un ejemplo maravilloso de innovación que incluye la docencia, la investigación y la proyección social de la universidad”, asegura.