La paradoja de Fecode y el gobierno de Gustavo Petro
Fecode, una de las federaciones sindicales más importantes del país y que ha liderado luchas que han sido cruciales para mejorar las condiciones docentes, por fin encontró un gobierno afín a su postura política. Sin embargo, las dificultades por las que pasa su nuevo modelo de salud y su oposición a la ley estatutaria muestran que no todo marcha como lo planeaban sus dirigentes.
César Giraldo Zuluaga
Sergio Silva Numa
Paula Casas Mogollón
En el momento en que escribimos este artículo, Fecode, la federación sindical que agrupa a los sindicatos de los maestros del país, aún se encuentra en paro. Quienes están en colegios públicos llevan poco más de una semana sin clases y Fecode ha aprovechado para hacer movilizaciones y reuniones en varias ciudades. Basta darle una mirada a su cuenta X (Twitter): en los últimos días han tenido encuentros en Yopal (Casanare), Pupiales (Nariño), Funza (Cundinamarca) o en el colegio Enrique Olaya Herrera, en el sur de Bogotá. Todas las fotos que publican van acompañados por la frase “Paro Nacional Permanente”.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
En el momento en que escribimos este artículo, Fecode, la federación sindical que agrupa a los sindicatos de los maestros del país, aún se encuentra en paro. Quienes están en colegios públicos llevan poco más de una semana sin clases y Fecode ha aprovechado para hacer movilizaciones y reuniones en varias ciudades. Basta darle una mirada a su cuenta X (Twitter): en los últimos días han tenido encuentros en Yopal (Casanare), Pupiales (Nariño), Funza (Cundinamarca) o en el colegio Enrique Olaya Herrera, en el sur de Bogotá. Todas las fotos que publican van acompañados por la frase “Paro Nacional Permanente”.
Nadie imaginaba que Fecode convocara a un paro en el gobierno de Gustavo Petro. A diferencia de los anteriores presidentes, el sindicato parecía haber llegado con el pie derecho, luego de años de tensiones. En el período de Juan Manuel Santos, por recordar solo un episodio, habían puesto en aprietos a Gina Parody, ministra de Educación en 2015, con un paro que se prolongó por más de 15 días y que dejó sin clases a nueve millones de estudiantes. A Yaneth Giha, que reemplazó a Parody, también la recibieron un paro que se prolongó por más de un mes.
“Es que cuando no quieren escuchar a los maestros, la relación termina desdibujada. Eso fue lo que pasó en esa época, en la que Fecode siempre mantuvo una imagen de independencia frente a los gobiernos”, recuerda Luis Grubert Ibarra, presidente del sindicato en los primeros años del mandato de Santos.
Pero con Petro en el poder, la fichas del tablero parecían reacomodarse. Como cuenta una de las personas que estuvo desde el Ministerio de Educación en los primeros acercamientos con Fecode, “era claro que, desde el inicio, se consideraban parte del gobierno. Fue un cambio evidente la relación con ellos, aunque teníamos la orden de poner límites. Pasaron a de ser la pesadilla de los ministros a pedir un espacio para gobernar”.
Tenían un buen argumento para hacerlo. Como se supo con el tiempo, Fecode aportó $500 millones que terminaron entrando a la campaña presidencial de Gustavo Petro (transacción que investiga el Consejo Nacional Electoral), que, además, ya tenía una vieja relación con ellos: cuando se lanzó a la Alcaldía de Bogotá, recuerdan en un artículo los investigadores Henry Bocanegra Acosta, de la Universidad Libre, y Christopher Chambers-Ju, de la Universidad de Texas en Arlington (EE.UU.), también había recibido su respaldo. Lo apoyaron buena parte de los 30.000 maestros que trabajaban en el Distrito y la mayoría de los más 5.000 que trabajaban en Cundinamarca, pero vivían en la capital.
Sin embargo, con el paro de esta semana, la pregunta que muchos se hacen es si esta vieja relación está empezando a presentar algunas fisuras. Por un lado, Fecode se sintió defraudado con el acuerdo al que llegó el Ministerio de Educación con la oposición para sacar adelante la ley estatutaria, pues no reflejaba los “acuerdos” que había logrado con el Gobierno. A su vez, el paro nacional que convocó Fecode puede hundir el que era el proyecto insigne en educación de Gustavo Petro.
La ministra de Educación, Aurora Vergara, prefiere ser muy prudente a la hora de tocar el tema. Reconoce que Fecode tenía razón en varios de sus reparos (como la evaluación docente, sobre la que ya hablamos en este diario) y que no sabe bien en qué momento se añadieron los parágrafos que desataron la discordia. Pero también dice que la orden del presidente Petro era hacer todo lo que estuviera a su alcance para construir consensos. Entre sus cálculos, reconoce, no estaba la posibilidad de que el proyecto se hundiera.
Es prematuro saber qué pasará a partir de mañana, pero con dos nuevas ponencias, una de la oposición y otra de los partidos de gobierno (en las que se corrigieron varias peticiones de Fecode), el proyecto de ley estatutaria no parece tener un camino fácil. Antes del 20 de junio (jueves de esta semana), el Congreso debe haber tomado una decisión. “Si se hunde, perderemos el trabajo de más de un año, en el que hemos hecho audiencias públicas y escuchado a muchas personas”, añade Vergara.
Aunque es cierto que algunos miembros de Fecode han dicho que su protesta es contra el Congreso por haber modificado puntos que eran cruciales para ellos, como la evaluación docente, para Francisco Cajiao, exrector de las universidades Distrital y Pedagógica, y exsecretario de Educación de Bogotá, gran parte de la responsabilidad de que se hunda el proyecto será del mismo Fecode. “Creo que debían contemplar que en educación los consensos son muchos más valiosos porque reflejan una gran diversidad”, dice. “Lo ideal es que una ley estatutaria de educación sea concertada”.
Martha Alfonso, que hace parte de la junta directiva de Fecode desde hace seis años, tiene una buena frase para sintetizar las tensiones que ha habido en los últimos días: “Para nosotros no ha sido fácil ser gobierno”.
A su parecer ha habido un diálogo respetuoso con el Mineducación y una agenda que corresponde a los acuerdos que pactaron desde el principio, pero empezaron a aparecer dificultades en la marcha que no estaban en el radar. “La situación fiscal, las fuerzas en el Senado, la capacidad de ejecución de muchos de los proyectos han perjudicado esta situación”, señala. “Pero entendemos las coyunturas, entendemos las dificultades e, incluso, nuestras propias limitaciones”.
La mala idea de simplificar a Fecode
Una de las primeras cosas que resalta el profesor de la U. Libre Henry Bocanegra Acosta, Ph. D en Sociología Jurídica y quien ha estudiado la historia de Fecode, es que no se puede hablar de esta federación sindical sin reconocer sus esfuerzos por mejorar las condiciones de los docentes.
Es imposible resumir una historia de más de medio siglo en unos párrafos de periódico, pero para quienes han estudiado la historia de los maestros en Colombia saben que Fecode tuvo un rol esencial para mejorar las condiciones de los profesores. Desde la década de 1950, apunta Bocanegra, empezaron a luchar por los derechos laborales, salariales y prestacionales.
“Si no fuera por esas luchas”, añade Cajiao en un breve recuento de la historia de Fecode, “no hubiesen dejado de nombrar profesores por recomendación del cura o del político en todo el país. Una de sus ganancias más importantes fue lograr en los años 70 un escalafón docente, y luego entablaron una lucha muy valiosa para la profesionalización docente. Con ello, también empezamos a ver una mejor cobertura de la educación”.
Para Cajiao, no hay que dar muchos rodeos a la hora de hablar de Fecode en perspectiva histórica: sin esa peleas sindicales “los maestros colombianos aún seguirían siendo un gremio aporreado, mal pagado, mal calificado y sin buena formación”.
Pero para nadie es un secreto que, con el paso de las décadas, sus dirigentes han coqueteado con la política. Un buen ejemplo fue el de Nelson Alarcón, también presidente de Fecode, que optó por lanzarse al Senado en las últimas elecciones por el Partido Verde. O el de Jaime Dussán, hoy presidente de Colpensiones. Tras presidir Fecode en los años 90, saltó al Congreso y empezó una larga trayectoria política.
Bocanegra y Chambers-Ju anotaban en su artículo que, si bien este es un camino “para ampliar las posibilidades de una agenda que beneficie a los sectores populares, esa tradición no siempre ha dejado buenos frutos. Lo expresaban de la siguiente manera: “Algunos dirigentes sindicales y políticos han utilizado al sindicato como trampolín político, y se han aprovechado del trabajo sindical para sus propios intereses políticos y económicos. Líderes sindicales, con aspiraciones políticas, han actuado como la clase política tradicional, recurriendo a prácticas clientelares y aprovechando los espacios de representación con un criterio de beneficio privado”.
Para decirlo en las palabras de la exministra de Educación, María Victoria Angulo (del gobierno de Iván Duque), si bien Fecode tiene “un papel importante en el sector educativo” y “es esencial trabajar por la dignificación y profesionalización docente”, a veces, quienes han ejercido la vocería, “no logran equilibrar adecuadamente los temas importantes para ellos, los niños y el sector educativo, priorizando los ideales políticos sobre las necesidades de los niños, de los jóvenes y de los mismos docentes. En ocasiones, los temas ideológicos han eclipsado las prioridades fundamentales del sector educativo”.
A los ojos de otra exministra de Educación que prefiere mantener su nombre en reserva, pero que tuvo que entablar un constante diálogo con Fecode, no ha sido buena idea tener un pie en el sindicato y otro en la política. Eso, señala, ha ido deteriorando la imagen de Fecode, que al interior de su dirigencia también tiene una gran diversidad política.
“Somos muy heterogéneos, políticamente hablando. Cada una de las personas del ejecutivo suele tener diversidad de opiniones y de ideas”, complementa Grubert, expresidente de Fecode.
El sociólogo Santiago Garcés, investigador del Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP), también cree que esa diversidad de posturas al interior de Fecode muestra que hay muchos más ingredientes que se le pueden escapar a quien no conozca un poco mejor a la federación sindical: “Hoy no solo tiene que jugar hacia ‘afuera’, donde es amigo del gobierno, sino que tiene que negociar hacia adentro, donde hay mayorías del Pacto Histórico y una minoría del Partido Dignidad y Compromiso (de Jorge Robledo)”.
Según Garcés, sin embargo, este nuevo capítulo de la ley estatutaria, no hará que Fecode cambie su postura con el Gobierno, pues, además de su afinidad política, aún tiene cartas que jugar en futuras reformas, como la laboral, o en asuntos críticos como el nuevo sistema de salud. Por el contrario, cree que es el Gobierno el que debe tener cuidado con ponerle mucha tensión a la “cuerda”. No en vano, como lo muestra la siguinte gráfica, el magisterio suele ser uno de los actores con mayor capacidad de movilización. Y no hay ministro que quiera enfrentarse, como sucedió en años anteriores, a semanas enteras de marchas y paro.
Pero la tensión no empezó con el proyecto de ley estatutaria. En medio de las marchas se ha ido perdiendo de vista el otro gran tema que tiene con los nervios de punta a muchos docentes: el nuevo modelo de salud de los maestros no encaja con las expectativas que se prometieron con el cambio. Aún son usuales las protestas de maestros que tienen problemas para acceder a servicios de salud. Como diversas personas lo han reiterado en este diario, no era nada fácil que una entidad como la Fidprevisora lograra gestionar miles de contratos con clínicas y hospitales en un tiempo tan estrecho.
Como expresa Cajiao, no deja de resultar un poco paradójico que con un gobierno “afín” a sus intereses, Fecode pueda tener tropiezos que, “finalmente, pueden incidir en los profesores que sí están en el aula. Porque en el caso del modelo de salud, si de algo se vanagloriaba el Ministerio, es de haber dado cada paso para transformarlo con el aval de Fecode”.
Aunque, como dice Martha Alfonso, de Fedoce, no sería justo dejar solo en esos puntos la relación del sindicato con el actual gobierno. Uno de los acuerdos más importantes, dice, ha sido descongelar las pruebas para ascender en el escalafón salarial. No se hacían hace 5 años y volverán a realizarse el próximo 25 de agosto.
👩🏫📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre educación? Te invitamos a verlas en El Espectador. ✏📚