La travesía de un grupo de ucranianas para llegar al Mundial de Física en Colombia
Desde el 9 hasta el 14 de mayo se realizó en Bucaramanga el torneo más importante de física, que contó con la participación de 15 delegaciones, entre ellas la de Ucrania. Este equipo fue conformado solo por mujeres, ya que los hombres, por la guerra, tuvieron que quedarse en su país; la universidad donde estaban preparándose para la competencia quedó destrozada luego de un bombardeo, y les tocó reunir fondos para poder viajar.
Paula Casas Mogollón
Colombia, por primera vez, fue la sede del International Physicists’ Tournament, el torneo mundial de física que reúne a los seis mejores estudiantes de física de cada país. Los competidores hacen el planteamiento experimental de los problemas que deben resolver, la descripción teórica y las simulaciones computacionales. Los mismos campos a los que se enfrenta un físico en el mundo laboral. Esta edición contó con la participación de 15 delegaciones, pero la de Ucrania esconde una historia especial, pues desde el 24 de febrero en este país el sonido de los misiles, la zozobra por escapar de los bombardeos, las alarmas que avisan un nuevo ataque y la reducción de sus construcciones en escombros ha sido un panorama repetitivo.
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Colombia, por primera vez, fue la sede del International Physicists’ Tournament, el torneo mundial de física que reúne a los seis mejores estudiantes de física de cada país. Los competidores hacen el planteamiento experimental de los problemas que deben resolver, la descripción teórica y las simulaciones computacionales. Los mismos campos a los que se enfrenta un físico en el mundo laboral. Esta edición contó con la participación de 15 delegaciones, pero la de Ucrania esconde una historia especial, pues desde el 24 de febrero en este país el sonido de los misiles, la zozobra por escapar de los bombardeos, las alarmas que avisan un nuevo ataque y la reducción de sus construcciones en escombros ha sido un panorama repetitivo.
Járkov, la segunda ciudad más grande del país, es uno de los epicentros del intenso conflicto. Allí, de sus 1,8 millones de habitantes, cerca de 400.000 mil se refugiaron en las estaciones del metro, más de 500 murieron entre los combates y el resto migraron a otras regiones. Kseniia Minakova, física teórica, y su familia forman parte de ese porcentaje que se vio obligado a abandonar sus casas. Hoy, desde Bucaramanga (Colombia), hace historia con su equipo de física, un grupo que se conformó en solo dos meses y cuenta con seis mujeres: Daryna Sych, de 18 años; Anastasiia Demydchenko, de 18; Polina Dimitriieva, de 21; Anastasiia Romanchuk, de 19; Vlada Fandieieva, de 24, y Yana Kalisetska, de 18.
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La dinámica del torneo, que se desarrolla toda en inglés, plantea que un representante de cada equipo busque y exponga la solución de un problema en máximo 10 minutos. Luego un oponente debe encontrar las debilidades de esta solución y brindar otra alternativa en cinco minutos. Y un “revisor” se encarga de analizar el proceso y calificarlo. Las delegaciones con mejor puntaje van avanzando a las siguientes fases. Tras cuatro rondas, la delegación de Ucrania logró llegar a la semifinal, que disputó junto con Francia, Suiza, Polonia, Alemania y Suecia, y con 178 puntos quedó en el quinto lugar de la competencia. Pero detrás de este puntaje hay una increíble historia.
La Universidad Técnica Nacional de Kharkiv, en Járkov, al noreste de Ucrania y donde se preparaban para el campeonato, quedó destruida por los bombardeos. Al igual que la institución, otras 500 edificaciones se redujeron a escombros, por lo que Minakova y su familia se vieron obligados a buscar refugios en los hogares de paso de las ciudades del oeste. Y aunque en este país el 45 % de los científicos son mujeres, de acuerdo con cifras del gobierno, el equipo inicial, conformado solo por hombres, tuvo que quedarse en Ucrania para enfrentar la guerra, pues en esta situación el país requiere una primera línea, que son las fuerzas militares; una segunda, con la reserva y los hombres no educados, y, en una tercera, van los hombres educados.
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A pesar del complejo panorama, Minakova, de 33 años, no quería que el país, donde se realizó en 2009 la primera edición del torneo y que preserva como su activo más importante la ciencia y la tecnología, se quedara por fuera del torneo más importante de física. Por eso, junto a su colega Alexeve decidió armar un equipo femenino. En el mundo solo uno de cada cinco países ha logrado la paridad de género, de acuerdo con la Unesco, y Ucrania es uno de ellos, pues ocupa el puesto 12 de entre 41 naciones europeas con las tasas más altas de mujeres en los campos científicos.
En dos meses, un tiempo récord, reunieron a las seis científicas que iban a representar a Ucrania. Los 16 grupos que clasificaron al Mundial se volcaron a entrenar, de manera virtual, a estas científicas, dejando de lado la competencia. Todos los días debían estudiar y resolver diferentes problemas de física, incluso los fines de semana, y muchas de estas prácticas fueron con los bombardeos y sirenas de fondo.
Pero la delegación se enfrentó a otro traspié: no contaban con los suficientes recursos económicos para viajar hasta Bucaramanga. La ruta aérea más popular para llegar a Bogotá es desde Kyiv, un vuelo que puede tardar hasta 20 horas, sin embargo, por los combates, la mayoría de aeropuertos de Ucrania están cerrados. Las seis científicas llegaron en bus hasta donde se escondía Minakova y, en la frontera con Polonia, se encontraron con Anastasiia Haieva, otra de las líderes del grupo. De ahí, tomaron otro bus hasta el centro de Polonia para buscar el aeropuerto.
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Minakova no se dio por vencida y recolectó fondos, y con sus ahorros completó el dinero para comprar los pasajes de las científicas. A más de 10 mil kilómetros de distancia, en Colombia, Olga Quintero, doctora en ingeniería de sistemas de control y profesora de Eafit, y a quien Minakova había conocido en 2019 en el International Visitor Leadership Programme, un programa de intercambio profesional de Estados Unidos, estaba buscando más apoyo.
“Vivo en Medellín, pero me tocó activar mis redes, y en Bucaramanga conseguimos que las patrocinara la empresa de Carlos Gámez, uno de mis compañeros de la Fuerza Aérea Colombiana, donde soy oficial de reserva”, comenta Quintero. La empresa Pasas, que es familiar, se encarga de todo el tema de transporte y de alimentación de las científicas. Y añade Quintero, “los organizadores, por ejemplo, están pagando el hotel”. La delegación llegó finalmente el 6 de mayo al aeropuerto El Dorado, donde las estaba esperando Quintero. “Era el único enlace que ellas tenían en Colombia. Las recogí para llevarlas a Bucaramanga e instalarlas, y de ahí me regresé a Medellín”, dice.
Para Quintero, la lección que deja la delegación de Ucrania en el Mundial de Física va más allá de los resultados obtenidos en el torneo. “Es una historia inspiradora. Ellas comenzaron actividades académicas en línea bajo bombardeos, estudiaban física acompañadas de explosiones y de angustia”, asegura Quintero, quien destaca que este es un ejemplo de “cómo la mujer es la que sale en defensa del patrimonio y el conocimiento de un país en tiempos de guerra, y que estas mujeres son la muestra de cómo sobreponerse a todas las dificultades”, apunta. La próxima parada de las científicas ucranianas será la Universidad Eafit, en Medellín, donde contarán sus experiencias en el campo de investigación.