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A las 6:15 p.m. de este jueves, por medio de un correo, la comunidad estudiantil conoció la designación de José Ismael Peña, quien hasta hace pocas semanas era vicerrector de la sede Bogotá de la Universidad Nacional, como rector de la institución para el periodo 2024-2027.
Según fuentes cercanas al proceso de designación, consultadas por este diario, este inició hacia las 9 a.m. con un enclaustramiento total de los integrantes. Entre los primeros temas de discusión estuvo un pacto de elección, es decir, un acuerdo para que ese mismo día se eligiera al nuevo rector de la universidad pública más importante del país. Además, los integrantes del Consejo Superior Universitario (CSU), encargados de tomar esta decisión, llegaron a un pacto de confidencialidad, así nos lo confirmó uno de sus integrantes, que prefirió mantener su nombre en reserva por temas de seguridad.
En la reunión, añadió, acordaron no dar detalles sobre el proceso ni durante ni después de que este concluyera Por eso, durante las más de nueve horas que duró el proceso, hubo silencio y un completo hermetismo.
Luego, en el siguiente punto de la agenda, se llevó a cabo la discusión sobre la metodología de votación.
Aunque no hay un comunicado oficial por parte de la institución clarificando el sistema seleccionado, desde varios sectores estudiantiles y profesorales se ha teorizado la posibilidad de que el sistema de votación utilizado fuera uno donde cada integrante del CSU tuvo dos o tres votos, para que después, en una serie de rondas, se fueran descartando candidatos. Sara Jiménez, representante estudiantil ante el CSU, comentó en su cuenta de X brevemente el sistema utilizado en la votación.
En este sentido, Jennifer Pedraza, exrepresentante estudiantil de la Universidad Nacional y ahora congresista de la República, explicó esta metodología: supongamos que está Paula, Nicolás y Jennifer los que conformamos el consejo. Paula va por el candidato A, Nicolás, por su parte, con el B, y yo me inclino por el C. Pero, además, hay otro candidato y es el D. Entonces, proponemos que no votemos por uno solo, sino por dos. Es probable que votemos por nuestro favorito y por el D. ¿Qué pasaría? El D, sin ser favorito, consigue los tres votos que no hubiera tenido si solo se hubiera votado por uno”.
Fuentes en el CSU le confirmaron a este periódico que la Ministra de Educación, Aurora Vergara, accedió al sistema de votación utilizado, sin embargo, aclararon que la metodología se eligió por votación abierta y solamente después de una amplia exposición de todos sobre las ventajas y desventajas de las opciones planteadas. Esta discusión habría durado más allá del mediodía.
Al parecer, este proceso constaría de dos momentos en los que se habría combinado el mecanismo de voto múltiple, es decir, donde los integrantes tendrían que votar en lista del 1 al 5 a todos los candidatos, descartando a los tres peores en el recuento ponderado, para posteriormente pasar al voto directo con los dos candidatos restantes. En el proceso de voto múltiple se habría descartado al ganador de la consulta, Leopoldo Múnera. Al final, José Ismael Peña terminó ganando en el voto directo.
En horas de la tarde, gran parte de la comunidad estudiantil realizaba plantones, marchas y protestas pacíficas exigiendo que el CSU se acogiera a los resultados de la consulta, en la que el ganador fue Leopoldo Múnera en los tres estamentos participantes (estudiantes, docentes y egresados). Por su parte, dentro del organismo colegiado se daban las rondas de votación secreta.
La votación secreta se acordó debido a las amenazas contra la vida e integridad que varios consejeros del CSU han denunciado. Sobre este tema, el representante profesoral ante el consejo, Diego Torres, publicó en sus redes sociales que era víctima de una posible amenaza, la cual está en conocimiento de la Fiscalía.
La polémica sobre este proceso y su resultado se desata por el descontento de gran parte de la comunidad estudiantil que exige al consejo votar conforme los resultados de la consulta a la comunidad universitaria. De inmediato se dieron concentraciones dentro y fuera de la Sede Bogotá de la Universidad Nacional, la comunidad estudiantil llamó a una asamblea de sede extraordinaria en el Auditorio León de Greiff debido a la decisión del consejo y en horas de la noche se declaró el mecanismo de presión de paro definido hasta el 3 de abril, fecha de la siguiente asamblea.
La exigencia de la comunidad y movimiento estudiantil de que el consejo se atenga a los resultados de la consulta a la comunidad no es nueva en los procesos de designación. De hecho, ha sido una de las banderas de los movimientos estudiantiles por la democracia y la autonomía universitaria. La consulta, según las disposiciones actuales, no es vinculante y solamente decide a los cinco candidatos que puede designar el consejo.
Tal fue la magnitud de la presión que ha ejercido la comunidad estudiantil de la Universidad Nacional que el presidente de la República, Gustavo Petro, ha salido a clarificar la posición de sus delegados ante el consejo y sobre el pacto de votación secreta. También señaló que trabajarán con el rector que “al final determine la universidad”.
Luego de conocerse el nombre del nuevo rector del plantel, dentro de la Universidad Nacional, sede Bogotá, se han llamado a asambleas en todas las facultades durante este viernes para que sus estudiantes discutan la decisión del CSU.
El candidato que ganó la consulta a la comunidad universitaria, Leopoldo Múnera, a través de un comunicado que publicó en sus redes sociales, mostró su descontento con el proceso, señalando que se desconoció la voluntad de la comunidad universitaria y haciendo un llamado hacia una constituyente universitaria, señaló que “(...) desde la desobediencia civil pacífica, que empiezo a ejercer en este momento, trabajaré por una constituyente universitaria que permita transformar las universidades públicas del país”.
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