Los reclamos de estudiantes y profesores en la U. de la Amazonia
Desde hace algunas semanas, parte de la comunidad universitaria de esta institución pública ha realizado plantones y asambleas generales. Negligencia en las denuncias por acoso sexual y malos manejos administrativos motivan las actividades. El rector defiende su gestión.
César Giraldo Zuluaga
En 2007, Julia* era estudiante del programa de medicina veterinaria y zootecnia en la sede que la Universidad de la Amazonia tiene en Florencia, la capital de Caquetá. En ese entonces denunció que uno de los profesores de planta del programa las acosaba a ella y a sus compañeras. Quince años después, Julia es profesora del mismo programa del que se graduó y el profesor que en ese entonces la acosó, ahora su colega, tiene el mismo comportamiento con las actuales estudiantes, según han denunciado algunas de ellas. (Lea: El camino de la Universidad Sergio Arboleda tras la suspensión de la acreditación)
La historia de Julia no es la única, dice por teléfono Camila*, estudiante de la Universidad y quien en los últimos meses ha asumido un liderazgo dentro del movimiento estudiantil que denuncia la negligencia de la institución educativa para atender los presuntos casos de abuso y acoso en contra de las estudiantes y docentes. Este fue uno los principales motivos que las llevó, a comienzos de mes, a realizar plantones y asambleas en algunas de las sedes que tiene la institución pública en los distintos departamentos del sur del país.
Para Camila, el problema inició hace un par de años, cuando la administración del actual rector, Fabio Buriticá Bermeo, rechazó la política de género que había sido elaborada por las estudiantes. “Ahora la universidad tiene una ruta transitoria de atención inmediata, pero de inmediata no tiene nada. La hemos activado varias veces con diferentes casos y ya tenemos un caso exacto que lleva más de un año de haberla activado y hasta ahorita, que empezamos con los plantones, volvieron a retomar el caso y a decir que estaban para apoyar“.
Buriticá, en entrevista con El Espectador, aclaró que la política fue rechazada porque la oficina jurídica de la universidad le aconsejó al Consejo Superior hacerlo, pues no contaba con conceptos jurídicos, financieros y de planeación favorables. Aunque el rector reconoce que la actual ruta es transitoria, apunta que la institución ya cuenta con una política de género viable que será implementada en los próximos meses. (Puede leer: Estas son las mejores universidades de Colombia, según el ranking mundial QS)
Sin embargo, las estudiantes insisten en que actualmente deben seguir compartiendo espacio con quienes las han violentado. Buriticá asegura que en este momento la universidad no cuenta con herramientas para sancionar ni abrir procesos disciplinarios contra las personas a las que se les demuestre que incurrieron en conductas de acoso y abuso. Apunta que es una situación que también cambiará en los próximos meses.
Los problemas administrativos
A la par de los plantones adelantados por los estudiantes, uno de los tres sindicatos que existen en la universidad ha denunciado que los manejos que el rector Buriticá le ha dado a la institución no han sido los adecuados.
Parte de las denuncias realizadas por el sindicato tienen que ver con que, bajo la actual administración, se habrían cerrado 22 programas de educación, la mayoría de estos posgrados, así como reducido el número de docentes y estudiantes de pregrado y posgrado en los últimos tres años. El rector de la universidad señala que si bien es cierto que se han dejado de ofrecer programas, las cifras no corresponden a la realidad y que, además, existen razones válidas para los cierres.
“No se han cerrado 22 programas. Son 14, todos ellos de posgrado, sean maestrías o especializaciones. Para ocho ya contamos con la notificación por parte del Ministerio de Educación, mientras que los otros seis están en ese proceso”, afirma Buriticá. Las razones, dice el funcionario, corresponden en su mayoría a que los programas se ofrecían, pero no se matriculaban suficientes estudiantes, lo que llevó al Consejo Superior a tomar la decisión de cancelar su oferta. (Le puede interesar: Las imágenes de la primera clase de Juan Manuel Santos en la Universidad Nacional)
Otro de los problemas identificados por el sindicato tiene que ver con la reducción de la planta de docentes. Según las cifras que manejan, de 748 que había en 2019, pasaron a ser 630 este año. Esto, aseguran maestros y estudiantes, ha afectado las labores de docencia e investigación, pues la carga laboral ha aumentado para quienes siguen en la institución educativa.
Aunque Buriticá asegura que la cifra entregada por Siprouniamazonia es muy alta y no correspondía a la realidad, en un documento enviado que fue enviado por la universidad se evidencia que de 742 profesores en 2019, se pasó a 617 en 2022; 118 de los 125 profesores que fueron desvinculados de la universidad eran catedráticos. Sin embargo, aclara la institución, “la reducción de estos 108 docentes no impacta desfavorablemente en la prestación del servicio de cátedra a los programas de pregrado”.
En lo que sí parecen estar de acuerdo tanto los docentes como la administración es en la reducción que ha habido por parte de los estudiantes. Según las cifras entregadas por el sindicato, 2019 cerró con 9.327 estudiantes de pregrado matriculados, mientras que 2021 finalizó con 9.124, una reducción de 2,2 %. El panorama es más drástico en posgrados.
De 728 matriculados hace tres años, quedaron 363 durante 2021, es decir, la mitad. Para Javier Martínez, vicerrector académico de la institución, la reducción responde, en gran parte, a la pandemia por covid-19. Buriticá asevera que aún están buscando las explicaciones para entender por qué, pese a ofrecer alivios económicos durante la emergencia sanitaria, la cantidad de estudiantes de pregrado se redujo. “Es algo para lo que aún no tenemos respuesta, pero que no es exclusivo de nuestra universidad”.
Para Jhon Faiver Sánchez, profesor del programa de literatura y lengua castellana y miembro de la junta directiva del sindicato, de las cosas que más les preocupa “es que hay un impacto en la región sobre procesos de investigación y de ciencias. Se está quedando corta la universidad en esos procesos investigativos”. Otra de las preocupaciones, que también comparten desde el movimiento estudiantil, es la negativa de la rectoría a participar en reuniones públicas donde se piden explicaciones de lo que está sucediendo. (Lea también: Murió Carlos Eduardo Vasco, uno de los grandes educadores en Colombia)
Uno de los ejemplos más recientes ocurrió el 16 de septiembre cuando los estudiantes convocaron a una asamblea triestamentaría, es decir, donde participarían, además de ellos, los profesores y la rectoría. Al coliseo de Florencia, donde se llevó a cabo la reunión, llegaron todos menos el rector. Al preguntarle el motivo de su ausencia, Buriticá le dijo a este medio que no sentía que tuviera las garantías para participar del espacio, “pues a través de redes sociales han circulado muchas cifras que no son ciertas”.
Ante las tensiones y denuncias que se han ido conociendo en las últimas semanas, el sindicato y el movimiento estudiantil han solicitado la intervención de la Contraloría, la Procuraduría y el Ministerio de Educación, a quien invitaron para participar en una Audiencia Pública. Esta, esperan los jóvenes, debería realizarse antes del 28 de octubre, pues es la fecha en la que se eligirá al nuevo rector. Aunque diversos sectores de la comunidad universitaria apuntan a que Buriticá aspira a la reelección, este le confirmó a El Espectador que, por el momento, no lo ha considerado y que será el próximo 10 de octubre, cuando se cierren las inscripciones para el proceso, cuando tome la decisión.
*Nombres modificados por petición de las fuentes.
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En 2007, Julia* era estudiante del programa de medicina veterinaria y zootecnia en la sede que la Universidad de la Amazonia tiene en Florencia, la capital de Caquetá. En ese entonces denunció que uno de los profesores de planta del programa las acosaba a ella y a sus compañeras. Quince años después, Julia es profesora del mismo programa del que se graduó y el profesor que en ese entonces la acosó, ahora su colega, tiene el mismo comportamiento con las actuales estudiantes, según han denunciado algunas de ellas. (Lea: El camino de la Universidad Sergio Arboleda tras la suspensión de la acreditación)
La historia de Julia no es la única, dice por teléfono Camila*, estudiante de la Universidad y quien en los últimos meses ha asumido un liderazgo dentro del movimiento estudiantil que denuncia la negligencia de la institución educativa para atender los presuntos casos de abuso y acoso en contra de las estudiantes y docentes. Este fue uno los principales motivos que las llevó, a comienzos de mes, a realizar plantones y asambleas en algunas de las sedes que tiene la institución pública en los distintos departamentos del sur del país.
Para Camila, el problema inició hace un par de años, cuando la administración del actual rector, Fabio Buriticá Bermeo, rechazó la política de género que había sido elaborada por las estudiantes. “Ahora la universidad tiene una ruta transitoria de atención inmediata, pero de inmediata no tiene nada. La hemos activado varias veces con diferentes casos y ya tenemos un caso exacto que lleva más de un año de haberla activado y hasta ahorita, que empezamos con los plantones, volvieron a retomar el caso y a decir que estaban para apoyar“.
Buriticá, en entrevista con El Espectador, aclaró que la política fue rechazada porque la oficina jurídica de la universidad le aconsejó al Consejo Superior hacerlo, pues no contaba con conceptos jurídicos, financieros y de planeación favorables. Aunque el rector reconoce que la actual ruta es transitoria, apunta que la institución ya cuenta con una política de género viable que será implementada en los próximos meses. (Puede leer: Estas son las mejores universidades de Colombia, según el ranking mundial QS)
Sin embargo, las estudiantes insisten en que actualmente deben seguir compartiendo espacio con quienes las han violentado. Buriticá asegura que en este momento la universidad no cuenta con herramientas para sancionar ni abrir procesos disciplinarios contra las personas a las que se les demuestre que incurrieron en conductas de acoso y abuso. Apunta que es una situación que también cambiará en los próximos meses.
Los problemas administrativos
A la par de los plantones adelantados por los estudiantes, uno de los tres sindicatos que existen en la universidad ha denunciado que los manejos que el rector Buriticá le ha dado a la institución no han sido los adecuados.
Parte de las denuncias realizadas por el sindicato tienen que ver con que, bajo la actual administración, se habrían cerrado 22 programas de educación, la mayoría de estos posgrados, así como reducido el número de docentes y estudiantes de pregrado y posgrado en los últimos tres años. El rector de la universidad señala que si bien es cierto que se han dejado de ofrecer programas, las cifras no corresponden a la realidad y que, además, existen razones válidas para los cierres.
“No se han cerrado 22 programas. Son 14, todos ellos de posgrado, sean maestrías o especializaciones. Para ocho ya contamos con la notificación por parte del Ministerio de Educación, mientras que los otros seis están en ese proceso”, afirma Buriticá. Las razones, dice el funcionario, corresponden en su mayoría a que los programas se ofrecían, pero no se matriculaban suficientes estudiantes, lo que llevó al Consejo Superior a tomar la decisión de cancelar su oferta. (Le puede interesar: Las imágenes de la primera clase de Juan Manuel Santos en la Universidad Nacional)
Otro de los problemas identificados por el sindicato tiene que ver con la reducción de la planta de docentes. Según las cifras que manejan, de 748 que había en 2019, pasaron a ser 630 este año. Esto, aseguran maestros y estudiantes, ha afectado las labores de docencia e investigación, pues la carga laboral ha aumentado para quienes siguen en la institución educativa.
Aunque Buriticá asegura que la cifra entregada por Siprouniamazonia es muy alta y no correspondía a la realidad, en un documento enviado que fue enviado por la universidad se evidencia que de 742 profesores en 2019, se pasó a 617 en 2022; 118 de los 125 profesores que fueron desvinculados de la universidad eran catedráticos. Sin embargo, aclara la institución, “la reducción de estos 108 docentes no impacta desfavorablemente en la prestación del servicio de cátedra a los programas de pregrado”.
En lo que sí parecen estar de acuerdo tanto los docentes como la administración es en la reducción que ha habido por parte de los estudiantes. Según las cifras entregadas por el sindicato, 2019 cerró con 9.327 estudiantes de pregrado matriculados, mientras que 2021 finalizó con 9.124, una reducción de 2,2 %. El panorama es más drástico en posgrados.
De 728 matriculados hace tres años, quedaron 363 durante 2021, es decir, la mitad. Para Javier Martínez, vicerrector académico de la institución, la reducción responde, en gran parte, a la pandemia por covid-19. Buriticá asevera que aún están buscando las explicaciones para entender por qué, pese a ofrecer alivios económicos durante la emergencia sanitaria, la cantidad de estudiantes de pregrado se redujo. “Es algo para lo que aún no tenemos respuesta, pero que no es exclusivo de nuestra universidad”.
Para Jhon Faiver Sánchez, profesor del programa de literatura y lengua castellana y miembro de la junta directiva del sindicato, de las cosas que más les preocupa “es que hay un impacto en la región sobre procesos de investigación y de ciencias. Se está quedando corta la universidad en esos procesos investigativos”. Otra de las preocupaciones, que también comparten desde el movimiento estudiantil, es la negativa de la rectoría a participar en reuniones públicas donde se piden explicaciones de lo que está sucediendo. (Lea también: Murió Carlos Eduardo Vasco, uno de los grandes educadores en Colombia)
Uno de los ejemplos más recientes ocurrió el 16 de septiembre cuando los estudiantes convocaron a una asamblea triestamentaría, es decir, donde participarían, además de ellos, los profesores y la rectoría. Al coliseo de Florencia, donde se llevó a cabo la reunión, llegaron todos menos el rector. Al preguntarle el motivo de su ausencia, Buriticá le dijo a este medio que no sentía que tuviera las garantías para participar del espacio, “pues a través de redes sociales han circulado muchas cifras que no son ciertas”.
Ante las tensiones y denuncias que se han ido conociendo en las últimas semanas, el sindicato y el movimiento estudiantil han solicitado la intervención de la Contraloría, la Procuraduría y el Ministerio de Educación, a quien invitaron para participar en una Audiencia Pública. Esta, esperan los jóvenes, debería realizarse antes del 28 de octubre, pues es la fecha en la que se eligirá al nuevo rector. Aunque diversos sectores de la comunidad universitaria apuntan a que Buriticá aspira a la reelección, este le confirmó a El Espectador que, por el momento, no lo ha considerado y que será el próximo 10 de octubre, cuando se cierren las inscripciones para el proceso, cuando tome la decisión.
*Nombres modificados por petición de las fuentes.
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