El profesor del MIT que llegó a un municipio de Antioquia para enseñar sobre liderazgo
Otto Scharmer es un reconocido profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en Estados Unidos. Hace unas semanas estuvo en Colombia, participando en un programa para formar a líderes que escuchen con atención, reflexionen y finalmente se vuelvan agentes de cambio.
Catalina Sanabria Devia
Hace un par de semanas, al municipio de Venecia llegó un profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts de Estados Unidos. Su nombre es Otto Scharmer y por años se ha dedicado a investigar métodos innovadores de aprendizaje y liderazgo. Además, es reconocido por su trabajo en cambio organizacional y desarrollo sostenible.
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Hace un par de semanas, al municipio de Venecia llegó un profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts de Estados Unidos. Su nombre es Otto Scharmer y por años se ha dedicado a investigar métodos innovadores de aprendizaje y liderazgo. Además, es reconocido por su trabajo en cambio organizacional y desarrollo sostenible.
Scharmer fue a las montañas de Antioquia invitado por la Fundación Mi Sangre, en alianza con Amazon Conservation Team, ECCO y la caja de compensación Comfama. Estas organizaciones, junto al Presencing Institute (fundado por dicho profesor), llevaron a cabo un programa de formación de líderes denominado “Tejiendo Culturas Regenerativas”.
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El profesor recuerda que, al inicio del encuentro, nadie conocía a nadie. Sin embargo, después del primer día, los participantes se situaron en un proceso profundo, “como si fuera una red de conexiones ocultas que está muy relacionada con el mundo de la regeneración, no sólo en un sentido ambiental, sino también social”, de acuerdo con el académico.
Allí se reunieron más de 100 personas de todas las regiones de Colombia, entre representantes de comunidades indígenas, afro, campesinas, organizaciones ambientales y también miembros del sector empresarial. Su objetivo fue aprender los principios de la Teoría U, creada por Scharmer, la cual plantea unas herramientas concretas para aprender a liderar desde la conciencia y en conexión las posibilidades emergentes. Así lo explica Catalina Cock, cofundadora y presidente de la Fundación Mi Sangre.
Para entender esto un poco mejor, Scharmer se remonta a su investigación para la creación de la teoría. En ese proceso, el profesor dio con que existen dos fuentes de aprendizaje: mientras que una se basa en el pasado, la otra en el futuro emergente. Según él, la mayoría de instituciones, como los colegios y las universidades, se basan en la primera, lo que significa que el aprendizaje se da tras reflejar experiencias propias del pasado. Aunque para el investigador esto puede ser necesario, no es suficiente.
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De ese modo, la Teoría U es realmente sobre cómo aprender de posibilidades futuras emergentes. “Podríamos decir que es un proceso para liderar un cambio profundo, un cambio de sistema, no solo de estructuras, sino también de conciencia y de la calidad de la presencia con la que nos presentamos ante una situación”, explica.
Su teoría, además, plantea tres etapas. La primera es la atención; observar y escuchar lo que está pasando alrededor. La segunda fase consiste en la intención, en la cual las personas pueden conectar con eso a lo que prestaron atención, tomar conciencia y decidir el futuro del que quieren ser parte. La tercera etapa es la agencia, es decir la capacidad de desarrollar esa intención hasta convertirse en resultados en el entorno de los líderes. Pero, ¿cómo aterrizar estos conceptos a la realidad de los líderes en Colombia?
Sanar el dolor desde el liderazgo
Durante casi dos décadas, la Fundación Mi Sangre ha buscado desarrollar capacidades para que las y los colombianos sean agentes de construcción de paz, y los planteamientos de Scharmer han aportado a ese proceso. En particular, Cock habla sobre una de las metáforas del profesor, la de “sembrar el campo social” para lograr cambios sistémicos, es decir, abordar las causas estructurales de los problemas y no únicamente sus síntomas, por medio de liderazgos conscientes y tejedores.
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Cock describe este tipo de liderazgo como aquel que tiene la capacidad de pausar, reflexionar y conectar con el contexto con el fin de tomar mejores decisiones. Pero además de ello, debe haber una conexión con el otro. “Las personas luchan entre sí desde su propio punto de vista, pero con una pequeña apreciación de dónde vienen los demás”, resalta Scharmer.
Lo anterior, dice la presidente de la Fundación Mi Sangre, abre las puertas para dialogar, por ejemplo, con quienes han sido víctimas del conflicto armado en Colombia, que además pueden estar sufriendo las consecuencias de la crisis climática. Tanto Cock como Scharmer recuerdan del encuentro en Antioquia las conversaciones sobre el trauma colectivo a causa de la violencia.
Por un lado, algunas personas han experimentado de cerca la guerra. En cambio, otras, no han tenido una conexión personal con ello, han vivido en lo que el académico describe como un mundo diferente. Según el profesor, es como si viviésemos en una realidad fragmentada, donde cada quien vive sus propias experiencias. Eso, dice Scharmer, es lo que está separando cada vez más las sociedades y lo que está amplificando la polarización.
“La única manera de abordar esa situación es algo que en la Teoría U llamamos “escucha generativa”. Esto es escuchar desde un lugar más profundo, crear un proceso de apertura y de confianza para emerger, lo cual los participantes mismos lo experimentan como el comienzo de un proceso de sanación”, asegura el investigador.
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Y es que cuando hay distintos sectores, como el empresarial, por un lado, y la sociedad civil o el sector público, por el otro, puede que los intereses sean distintos. Sin embargo, para una regeneración profunda, como la propuesta por Scharmer, se requiere avanzar más allá de la polarización.
“Esa fue una experiencia muy profunda para ver cómo los bloques de la sociedad que están bastante separados, en su experiencia de vida, comenzaron a crecer juntos, no solo como un concepto, sino como un puente de conexión”, cuenta el académico. “Para regenerar las bases de nuestras formas de vivir y trabajar juntos, realmente necesitamos unirnos a través de las fronteras”.
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