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Ser Pilo Paga, que funcionó entre 2014 y 2018, fue propuesto por Juan Manuel Santos, presidente de Colombia en ese entonces, y Gina Parody, su ministra de Educación, para garantizar el acceso a la educación superior a los 10.000 mejores estudiantes del país cada año, que no podían pagar sus estudios. Los requisitos eran obtener un puntaje igual o superior a 310 en las pruebas Saber 11, tener una puntuación especial en el Sisbén y escoger una universidad con acreditación de alta calidad. (Lea: Ser Pilo Paga: un programa que se convirtió en una deuda impagable para más de cuatro mil “pilos”)
En los cuatro años que funcionó el programa se beneficiaron a 39.382 jóvenes, de los cuales 2.041 no tomaron el cupo, 9.773 ya cumplieron con el requisito, 14.246 están susceptibles de condonación, 8.975 siguen estudiando y 4.347 desertaron.
Este último grupo de beneficiarios, de acuerdo al pagaré que firmaron con el gobierno, deberían retornarle al Estado el dinero que invirtió en su educación. Por ejemplo, si un estudiante cursó cuatro semestres de una carrera y deserta, le debe al gobierno esos cuatro semestres que estudió. En algunos casos, por ejemplo, hay beneficiarios con dedudas de $60 millones, $80 millones e, incluso, $100 millones. (También puede leer: Ser Pilo Paga: un programa que se convirtió en una deuda impagable para más de cuatro mil “pilos”)
Para buscar resolver la situación de este grupo de “pilos” desertores y de los rezagados, que son aquellos estudiantes que pidieron un crédito para financiar los semestres adicionales y poder finalizar sus estudios, un grupo de más de 100 beneficiarios del programa, de 18 universidades, le enviaron una carta a Gustavo Petro, presidente electo.
De acuerdo con los estudiantes, “los obstáculos en los procesos académicos y la deserción son producto de diversas situaciones sociales, culturales y psicológicas que afectaron a los y las estudiantes, y que el programa no tuvo en cuenta”.
Entre los factores que exponen los “pilos” está la diferencia en el nivel educativo de los y las beneficiarias, quienes en su mayoría estudiaron en colegios públicos. “Se enfrentaron a planes de estudios que tomaban como base temas que, se supone, deben dictarse en el bachillerato, pero que en realidad no se habían aprendido en esta etapa”, dicen. (Le puede interesar: ¿Por qué más de 78 millones niños y niñas en el mundo no van al colegio?)
En el caso de los “pilos” que desertaron, varios de ellos tienen deudas millonarias y no tienen un título universitario. “Es decir, están obligados a pagar por un título que nunca obtendrán”, señala el documento. Por eso, le piden a Gustavo Petro, presidente electo, y Francia Márquez, su fórmula vicepresidencial, que se estudie la posibilidad de condonar todas las deudas de los beneficiarios que no terminaron sus estudios y de los pilos “rezagados”.
Además, dicen, “se podría plantear un programa de apoyo, que tome en consideración las condiciones que afectaron y siguen afectando el óptimo desarrollo académico de los y las beneficiarias, para garantizar la culminación de sus estudios”. Esta es la carta completa de los beneficiarios.
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