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Seguramente, desde ayer en la mañana, ha visto toda clase de titulares sobre los resultados de Colombia en las pruebas Pisa 2022. Mientras algunos medios se preguntaban por qué Colombia sigue sin levantar cabeza en estas pruebas, que en esta edición evaluó las competencias en 81 países y economías asociadas de los jóvenes de 15 años en matemáticas, ciencia y lectura, otros afirmaban que los bachilleres se “rajaban”, nuevamente, en estas pruebas. (Puede leer: Publican los resultados de las Pruebas Pisa: así le fue a 81 países, incluido Colombia)
Pero, ¿es verdad que Colombia nada que levanta cabeza y que nuestros jóvenes se siguen “rajando” en estas pruebas? Hernando Bayona, quien fue viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media, hasta mediados de este año, tiene una buena analogía para explicar lo complejo que puede ser intentar responder a esta pregunta: “Uno puede ver estos resultados semejante a como se ve un vaso a la mitad: puede estar medio vacío o medio lleno”. Verlo medio vacío o medio lleno depende, según dice, de qué miremos.
Sin embargo, antes de tratar de resolver esa pregunta, es importante resaltar los principales hallazgos de esta edición. Después de todo, las pruebas Pisa 2022 eran esperadas con ansias en el sector educativo, pues, por primera vez a nivel mundial, tendríamos una “foto” que nos permitiría ver, con datos, qué tan afectada resultó la educación por cuenta de la pandemia de covid-19.
Aunque podríamos ahondar en cientos de datos que ofrece la OCDE, hay uno que resume poderosamente los resultados del examen y que puede ver en la gráfica a continuación:
Para hacerse una idea, nunca antes, en las dos décadas que se han adelantado las pruebas Pisa, la puntuación media en estas áreas había caído en más de cuatro o cinco puntos entre evaluaciones consecutivas. “La dramática caída en el rendimiento sugiere un choque negativo que afecta a muchos países, al mismo tiempo que el covid-19 pareciera ser un factor obvio”, apuntó la Organización. (Le puede interesar: Pruebas Pisa: así le fue a Colombia en ciencias, matemáticas y lectura)
En el caso de Colombia, para retomar la pregunta inicial, los resultados de 2022 también muestran un declive frente a los obtenidos en 2018; sin embargo, la caída no es tan fuerte como en el promedio de la OCDE. Para Bayona, entonces, “algunos ven el vaso medio lleno porque, a pesar de que bajamos en los puntajes, subimos en la posición relativa con otros países. Esto significa que empeoramos, pero menos que otros países, lo que puede ser un simple consuelo”.
Esta parece ser la perspectiva que tiene Mercedes Mateo, jefe de División de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Aunque Mateo reconoce que en Colombia “se frenó la mejora que se venía experimentando y aumentó el porcentaje de estudiantes que no adquiere el nivel mínimo de competencias que les permitirían usar las matemáticas (así como las ciencias y la lectura) para resolver problemas sencillos de la vida real”, también destaca que el país, en el largo plazo, es de los pocos que viene presentando avances.
“De todas maneras, el país se ubica en un grupo muy reducido de 10 países a nivel global que, aunque desaceleró su ritmo, continúa teniendo una tendencia positiva en el aprendizaje de matemáticas”, agrega Mateo. (También puede leer: Pruebas Pisa: las lecciones que dejó el coronavirus en los sistemas educativos)
La OCDE destaca a Colombia en un sentido similar. En uno de los apartados, la Organización señala que, si bien la pandemia produjo la caída en el rendimiento más abrupto de los últimos años, el declive ya se venía sintiendo desde 2012.
Sin embargo, solo cuatro países y economías “se oponen a esta tendencia de descenso a largo plazo”: Macao (China), Perú, Catar y Colombia. “Sus resultados han mejorado de media en las tres materias durante todo el periodo que han participado en Pisa”, asegura la OCDE. Acá puede ver cómo ha sido el comportamiento del país desde que participa en estas pruebas (2006):
Ahora, pese a esta tendencia en el largo plazo, es cierto que los resultados siguen mostrando que en Colombia, frente a la OCDE, “estamos rezagados”, como dice Gloria Bernal, directora del Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana.
Una forma de ver esto, es comparando los rendimientos medios entre el promedio de los países de la OCDE y Colombia (que puede ver en la tabla más arriba). La diferencia, para 2022, en matemáticas fue de 89 puntos; de 74 en ciencias y de 67 en lectura. Petro sobre las pruebas Pisa: “El sistema educativo en Colombia ha fracasado”
Otra forma de ver la brecha que existe entre los países de la OCDE y el nuestro, es comparando el porcentaje de estudiantes que alcanzaron los niveles 2 de competencia, considerados los niveles básicos en las tres áreas evaluadas. Esta fue la opción por la que se decantó el presidente Gustavo Petro, durante una rueda de prensa en la tarde del martes, en la que analizó los resultados.
Mientras en Colombia, el 29 % de los estudiantes alcanzó este nivel en matemáticas, la media de los países de la OCDE es del 69 %. En lectura ocurre algo similar: el 49 % de los jóvenes de 15 años del país se ubicaron en el nivel 2, frente al 74 % de los de la Organización. Los porcentajes en ciencia son casi idénticos: tan solo el 49 % de los estudiantes colombianos están en ese nivel, frente al 76 % de media en la OCDE.
Para Petro, estos resultados ponen de manifiesto que el “sistema educativo colombiano ha fracasado”. Según el mandatario, “las reformas hechas en el pasado no han apuntado a que la población colombiana realmente se pueda educar con calidad”, por lo cual, agregó, “el derecho a la calidad en la educación en Colombia no existe”. Ante este panorama, el presidente aseguró que “no se trata de ponernos a llorar sobre los resultados, sino ver qué podría construirse para cambiar”. (Puede leer: Petro sobre las pruebas Pisa: “El sistema educativo en Colombia ha fracasado”)
Hace cuatro años, por estas mismas épocas, el matemático colombiano y exrector de la Universidad Nacional, Ignacio Mantilla, recordaba en un blog de este diario que “los resultados conocidos ayer no son los de una evaluación de los tres últimos años, sino de las dos últimas décadas” y que las pruebas Pisa no deberían ser una obsesión, porque no pueden ser un fin en sí mismo.
Por su parte, Mateo, del BID, asegura que los resultados deberían, sobre todo, para hacer un llamado urgente a la acción. “La educación, hoy más que nunca, tiene que ser una prioridad para los países de la región. Hay que acelerar aprendizajes desde los primeros años. Los estudiantes que no aprenden al principio a leer y escribir y los conceptos básicos de matemáticas van acumulando rezagos hasta llegar a lo que captura PISA: adolescentes de 15 años que están 5 años por detrás de sus pares de la OCDE”.