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La suspensión de clases presenciales ha sido una de las consecuencias más preocupantes de la pandemia. El 2021 terminó con cerca de 2 millones de niños sin asistir a clases presenciales. Aún no sabemos en qué va la reapertura de colegios, pero se escuchan voces de preocupación porque los colegios sean fuentes de contagio, lo que pondría en riesgo un regreso a la educación presencial. Prolongar aún más la apertura total de la educación sería devastador para el desarrollo de niños, niñas y adolescentes. Es imperativo tener información sobre los riesgos en salud para poder implementar una apertura segura. (Lea “Los colegios deben estar abiertos a pesar de ómicron”: Unicef)
A nivel internacional se ha mostrado que los riesgos de contagio del virus en entornos escolares son bajos. Sin embargo, a nivel nacional, la información sobre las condiciones de salud de la reapertura de colegios ha sido limitada por no decir que inexistente. Buscando llenar este vacío para contar con información para la comunidad educativa a nivel territorial sobre el proceso de reapertura, un consorcio de la Universidad de los Andes, RedPapaz, Fundación CINDE, Educapaz y Save the Children está realizando una encuesta a una muestra representativa de colegios oficiales en 10 secretarías de educación. Ya se cuenta con información de lo sucedido en el segundo semestre de 2021 en cinco de estas secretarías: Arauca, Antioquía, Norte de Santander, Manizales y Quibdó. Los resultados preliminares son bastante alentadores. (Lea Las medidas que debe tener en cuenta para el retorno a las clases presenciales)
El estudio hasta ahora deja tres mensajes principales. La primera buena noticia, es que la educación presencial se hizo por fin realidad para la mayoría de los estudiantes en el segundo semestre del año anterior. Cerca de la mitad de las sedes en estas secretarías de educación (46%) ofreció educación presencial. A final del año, la mayoría de sedes (71%) ofrecía clases presenciales a todos los estudiantes todos los días, y al colegio asistió casi la totalidad de los docentes y más del 80% de los estudiantes.
El segundo mensaje positivo es que la educación presencial se logró de manera segura en la gran mayoría de sedes educativas. La tasa de incidencia de casos de Covid-19 para las sedes que ofrecieron clases presenciales fue muy baja para todos los estudiantes: 0.2% en preescolar y primaria, 0.5% en secundaria y media. En el caso de docentes y personal administrativo, las tasas de incidencia fueron 6.6% y 3.3% respectivamente. El hecho de que las tasas de incidencia para docentes y personal administrativo estén por encima de lo que se observa para estudiantes, resalta la importancia de seguir avanzando su vacunación como población priorizada. Esto, pues en la mayoría de las sedes se reportaron 0 casos: 77% y 85% de las sedes reportaron 0 casos de Covid-19 entre docentes y personal administrativo respectivamente.
El tercer mensaje es que la inasistencia escolar es alta, principalmente por el miedo de contraer Covid-19 en la escuela. En la mitad de las sedes encuestadas se presenta el problema de inasistencia escolar, y en 42% de los casos es por temor de las familias a que sus hijos contraigan el virus. Esto resalta la importancia de entregar a madres y padres de familia información veraz sobre los riesgos en salud de asistir al colegio de manera presencial.
Estos resultados preliminares reafirman lo que se ha conocido en otros países: el colegio es un espacio seguro y se puede ofrecer educación presencial sin poner en riesgo a los niños, niñas y adolescentes, y a la comunidad educativa en general. Los próximos resultados de este estudio ayudarán a entender qué medidas han tomado las instituciones educativas para lograrlo.
*Profesora Asociada, Escuela de Gobierno Universidad de los Andes
**Investigador en NORC at the University of Chicago