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La respuesta de la pregunta del título de esta columna no es trivial, depende del país donde se nace. La evidencia muestra que en países desiguales es mejor nacer en un hogar con altos recursos económicos, pues esto aumenta considerablemente la probabilidad de tener mejor calidad de vida y éxito en la etapa adulta. En Colombia, uno de los países más desiguales del mundo, sin duda la respuesta es: nacer rico es mejor.
Un niño o niña que nace en un hogar rico, tiene acceso a mejores condiciones de salud, nutrición y educación. Por el contrario, un niño o niña que nace en un hogar con restricciones económicas, es muy probable que no acceda a educación inicial, que ingrese a un colegio público (los cuales en promedio son de menor calidad que los privados), que tenga un menor desempeño académico, que no aprenda inglés, que no realice actividades extracurriculares, que tenga menos habilidades digitales, que no ingrese a la universidad o al menos no a una de alta calidad y, por tanto, que tenga menores posibilidades de acceder a empleos formales y que gane menores salarios. Todo lo anterior, aunque sea el mejor de su clase. El talento no es suficiente para tener éxito en una sociedad como la colombiana.
El nivel socioeconómico está altamente ligado al desempeño académico. En Colombia, por ejemplo, es 10 veces más probable que un menor de 6 años, perteneciente a un hogar de estrato 6 asista a educación inicial, que un menor de estrato 1. Si comparamos dos estudiantes con similares características individuales, escolares y familiares, pero que viven en hogares con niveles socioeconómicos diferentes, encontramos que aquel de estrato 1 obtiene 20 puntos menos en las pruebas Saber11, que el de estrato 6. Los estudiantes que asisten a colegios públicos obtienen en promedio hasta 30 puntos menos en las pruebas Saber11, en comparación con sus pares de colegios privados. En el país, el 80% de los estudiantes asiste a colegios oficiales.
El nivel socioeconómico también está relacionado con la probabilidad de acceder a ciertas carreras y niveles educativos. Aquellos estudiantes de altos recursos económicos tienen más probabilidades de acceder y graduarse de carreras STEM (Ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés), las cuales tienen mayores oportunidades de empleo y salarios más altos en promedio que las No-STEM. Así mismo, estudiantes de hogares ricos tienen mayor probabilidad de convertirse en emprendedores, inventores y de realizar estudios de doctorado. Una publicación reciente muestra, usando datos de científicos americanos, que aquellos provenientes de hogares ricos tienen 38% más probabilidad de convertirse en estrellas, es decir, de hacer contribuciones significativas y reconocidas a la ciencia.
Los estudiantes de condiciones económicas favorables, tienen más posibilidades de acceder a universidades de alta calidad y prestigio, lo que les da ventajas, pues interactúan con compañeros y profesores influyentes, facilitando el acceso a oportunidades laborales y de negocios. Además, tener un título de una universidad reconocida abre puertas en el mercado laboral, ventajas en los procesos de selección y acceso a mayores salarios.
Para reducir las barreras y aprovechar las ventajas de acceder a instituciones de prestigio, algunos países, incluyendo Colombia, han implementado políticas públicas que consisten en otorgar becas a estudiantes de bajos recursos y alto desempeño académico para acceder a colegios privados y universidades de muy alta calidad. Las evaluaciones de impacto de estas políticas en términos de desempeño académico, graduación y retornos en el mercado laboral son positivas.
Una condición necesaria para romper ese círculo vicioso de pobreza y desigualdad, es garantizar el acceso a una educación pertinente y de alta calidad a todos los niños y niñas sin importar su condición socioeconómica, de manera que el esfuerzo y la dedicación permitan acceder a un mundo de posibilidades. Una educación de calidad es aquella que genera alta movilidad social, es decir, que permite mejoras en la calidad de vida y acceso a oportunidades a través del esfuerzo. El valor del esfuerzo, la dedicación y la motivación por querer ser una o un estudiante pilo, cobran importancia en un país donde no hay barreras económicas de acceso a una educación pertinente y de alta calidad. La educación de calidad es la mejor inversión que puede hacer una sociedad. Esto se logra con políticas públicas pertinentes, efectivas y consistentes en el largo plazo.
*Decana, Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas -Universidad Javeriana
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