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Desde que se conoció la designación de José Ismael Peña como rector de la Universidad Nacional para el período 2024 - 2027, se han generado varias controversias alrededor la decisión. Primero por el hermetismo que tuvo la sesión y la metodología que se empleó para la votación; y segundo, porque no se respetó el resultado de la consulta a la comunidad académica, donde el ganador fue el profesor Leopoldo Múnera.
Los estudiantes, por su parte, han señalado que se irán a paro indefinido, mientras que los representantes de los docentes no avalaron la designación de Peña. Incluso, se empezó a hablar de una constituyente universitaria, un término que ya es conocido en la institución.
Según explica Santiago Roldán, politólogo y especialista de políticas públicas de la Nacional, cuando hablamos de constituyente universitaria nos referimos a la transformación de la institución universitaria en un espacio más democrático.
Básicamente, dice, es construir un Congreso universitario, en un primer momento, “donde diferentes estamentos (trabajadores, estudiantes, egresados y profesores) decidan cuáles van a ser los estatutos en la universidad y generar un ambiente más democrático en las diversas elecciones, desde decanos hasta rectores”, complementa.
Pero, para ello, anota, se debe modificar la Ley 30 de 1992, que es la que rige el actual sistema de educación superior en Colombia. En la norma, además de definir el monto de dinero que el Estado le debe dar todos los años a las Instituciones de Educación Superior (IES) públicas, también se determina la autonomía universitaria.
Cuenta, además, que no es la primera vez que se habla de impulsar una constituyente universitaria, pues cuando fue representante estudiantil de la Nacional buscaron impulsar una. “Entre 2013 y 2015, dentro del movimiento estudiantil se planteó la necesidad de reformar los estatutos para que fuera más democrática, basados un poco en la reforma de Córdoba, que se impulsó en Argentina y buscaba democratizar la universidad y modernizarla”, añade.
En ese entonces, dice, no lograron constituir un movimiento social lo suficientemente fuerte y contundente, que lograra llegar a unos niveles de diálogo para constituir una constituyente universitaria. “Faltó un poco de claridad también sobre cuáles eran los pasos a seguir. Todos estos mecanismos y factores hicieron que no se tuviera suficiente posicionamiento de la idea”, confiesa y añade que tampoco contaron con la fuerza legislativa y política para llevarla a cabo.
Aunque en esa oportunidad la idea de impulsar una constituyente universitaria fracasó, Roldán señala que quedó rondando la propuesta dentro de la comunidad universitaria para que en algún momento se pueda retomar con más fuerza.
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