Se “rebosó la copa” en la facultad de Economía de la U. del Rosario
La Facultad de Economía de la Universidad del Rosario ha sido blanco de críticas en los últimos días. Varios profesores señalan que su decano, Miguel Gómez Martínez, no está tomando decisiones acertadas, propias de un académico. El despido de dos docentes rebosó la copa. La universidad asegura que esos casos obedecen a decisiones administrativas.
María Paula Lizarazo
Este año comenzó con tensiones al interior de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario. Lo que hasta ahora se había conocido por redes sociales era la inconformidad de estudiantes con la gestión del decano Miguel Gómez Martínez. Pero la semana pasada ocurrió algo que, al parecer, terminó de rebosar la copa no solo por la desazón de los estudiantes, sino porque puso al descubierto las inconformidades que también tienen los profesores desde hace cinco meses, cuando nombraron en el cargo a Gómez Martínez.
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Este año comenzó con tensiones al interior de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario. Lo que hasta ahora se había conocido por redes sociales era la inconformidad de estudiantes con la gestión del decano Miguel Gómez Martínez. Pero la semana pasada ocurrió algo que, al parecer, terminó de rebosar la copa no solo por la desazón de los estudiantes, sino porque puso al descubierto las inconformidades que también tienen los profesores desde hace cinco meses, cuando nombraron en el cargo a Gómez Martínez.
Juan Fernando Vargas, docente de la facultad y PhD en Economía por el Royal Holloway de la Universidad de Londres, resumió lo que había sucedido en su cuenta de Twitter: los profesores Santiago Sautúa, argentino, y Stanislao Maldonado, peruano, fueron despedidos sin justa causa ni preaviso de la facultad de Economía, tras hacer parte del personal desde el segundo semestre de 2015. Tenían un contrato a término indefinido.
A esto se sumó una carta firmada por estudiantes y egresados del pregrado y la maestría en Economía de la U. del Rosario, en la que expresaban sus inquietudes frente a la gestión del decano. A los despidos de Sautúa y Maldonado, señalaba el documento,”se suman a las reiteradas acciones del nuevo decano, quien ha tomado decisiones que han sido contradictorias con la construcción de calidad académica, prospectiva y con miras en el largo plazo, que habían sido tomadas por las decanaturas anteriores y la comunidad académica e investigativa”.
Para quienes firmaban la carta, los dos despidos ponían en riesgo la estabilidad y viabilidad a futuro de la Facultad. Además, escribieron, en los últimos meses se habían presentado”procesos y decisiones irregulares”. Como parte de la solución, pedían la renuncia del decano Gómez, que pasó por la presidencia de Fasecolda y es máster en Economía Internacional y Ciencia Política por el Instituto de Sciences Po de París.
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Sautúa y Maldonado también ven con sorpresa lo que sucedió en sus casos. El primero cuenta que habían adelantado el proceso para ascender de categoría al interior de la Universidad y, luego, fueron citados a una reunión. No tenían información de cuál era el motivo. “No había ninguna directiva de la universidad ni de la facultad, solo estaba la directora administrativa y financiera”, recuerda.
“Cuando nos despidieron, apelaron a la razón sin causa justa y a que nos iban a reconocer la respectiva indemnización. Fue completamente sorpresivo. Cuando me llamaron a reunión, pensé que se trataba del proceso de ascenso”, dice Maldonado.
Parte de su asombro tiene que ver con otra persona que estaba en la reunión: un funcionario de recursos humanos. “Eso claramente está fuera de los estándares de cualquier universidad que se precie tener reputación internacional”, agrega.
El inicio de las discordias
Las inconformidades al interior de la facultad de Economía de la U. del Rosario empezaron con el proceso de elección de Gómez. Juan Fernando Vargas y el profesor Santiago Saavedra, PhD en Economía por la Universidad de Stanford, recuerdan que fue a través de un correo como les informaron que Gómez reemplazaría al reconocido economista Carlos Sepúlveda, entonces decano.
A ambos les pareció extraño que no se hubiera realizado una transición interna o una convocatoria abierta para elegir la persona que guiaría a la facultad. “Nos enteramos en medio de un seminario con un invitado de Polonia. Nos llegó el comunicado al tiempo que al resto de la universidad. No hubo un proceso abierto”, asegura Saavedra.
Para Vargas fue sorpresivo porque, dice, las decisiones de decanaturas al interior de las facultades “suelen ser internas y en casos raros traen gente externa. La universidad argumenta que ningún estatuto dice que tienen que nombrar a alguien interno y que eso es potestad del rector”. A su parecer, en vez de elegir a un académico, terminaron seleccionando a un político.
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Otra profesora de esta Facultad, Mariana Blanco, PhD en Economía por la Universidad de Londres, describe la situación como una pesadilla que “comenzó cuando sacaron a Carlos Sepúlveda. En los ránkings internacionales de investigación, la Facultad estaba en una posición a la que solamente la puede llevar y sostener un decano que conoce la gestión académica y los requerimientos necesarios para fomentar la investigación de excelencia. El decano actual no sabe nada de investigación, no tiene doctorado y no sabe de gestión académica”.
¿Qué opina el decano ante estas acusaciones? ¿Qué responde la Universidad del Rosario y su rector, Alejandro Cheyne? Desde el viernes de la semana pasada intentamos contactar ambos, pero, al cierre de esta edición había sido imposible conocer sus respuestas. Desde el departamento de prensa de la Universidad explicaron que ninguno de los dos se encuentra en el país e insistieron en la potestad administrativa que tiene el Rosario frente a despidos o nombramientos. “Se realizaron dos desvinculaciones que obedecen a decisiones administrativas que están avaladas bajo todos los parámetros de la ley y a la autonomía que le corresponde a la institución”, nos respondieron.
También intentamos contactar desde la semana pasada al rector a través de una llamada y por mensajes de WhatsApp, pero tampoco obtuvimos respuesta.
Una polémica cita de Winston Churchill
Hay otro episodio que varios y varias de las integrantes de la facultad de Economía de la U. del Rosario recuerdan con cierto disgusto. Durante su posesión, el decano Gómez citó una frase de Winston Churchill en la que compara un discurso con la falda de una mujer: “Un buen discurso debe ser como la falda de una mujer: suficientemente largo para cubrir el tema, pero suficientemente corto para crear interés”. Las estudiantes protestaron en las instalaciones de la institución, pero esto también agravó el ambiente en el Rosario.
Tal como lo denunció Carolina Botero Cabrera, directora de la fundación de derechos humanos Karisma, en una columna en marzo escrita para El Espectador, “la universidad grabó a las mujeres que protestaban pacíficamente en contra del decano. Algo inaceptable proviniendo de una institución educativa que debe propender por tener espacios para el disenso y la crítica”. A las estudiantes, continúa Botero, les dijeron que “registraban sus datos biométricos más sensibles para proteger la infraestructura de la universidad de… ¿qué? ¿de una horda de vándalas feministas? ¡Por favor!”.
Sofía Charry y Laura Clavijo, estudiantes de la maestría y egresadas del pregrado en Economía del Rosario, y presidentes del Consejo Estudiantil en 2022 y 2021, respectivamente, afirman que nunca recibieron una disculpa por parte de la universidad sobre el asunto de las grabaciones.
Al cabo de unos días, Gómez se disculpó y reconoció “la desafortunada selección” de sus palabras. “Ofrezco sinceras disculpas”, escribió en Twitter. Las profesoras Blanco y Julia Seither, PhD en Economía por la NOVA School of Business and Economics de Portugal, aseguraron que Gómez nunca se disculpó directamente con las docentes de la Facultad por haber mencionado la cita de Churchill durante su posesión.
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Varios docentes de la facultad rechazaron la cita de Gómez en un comunicado, entre ellos Maldonado. “Me preocuparía que la decisión de culminar mi contrato esté asociado con el hecho de que firmé el comunicado de varios profesores condenando las expresiones machistas del decano”, afirma.
Sobre estas situaciones, relacionadas con despidos sin justa causa, Charry y Clavijo afirman que temen por la estabilidad laboral de sus profesores y porque nuevos docentes, con un buen curriculum de investigación, no quieran llegar a enseñar al Rosario. El viernes por la mañana ambas participaron en una reunión entre Gómez y estudiantes en la que el decano justificó el despido de los profesores Sautúa y Maldonado. Aseguró, dicen, que los docentes ya habían cumplido su ciclo.
Apoyo de otros profesores
La preocupación por la situación en la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario también se ha extendido a docentes de otras instituciones. Una de ellas es María José Álvarez, profesora de Sociología de la Universidad de los Andes y quien estuvo vinculada a la Facultad de Ciencias Humanas del Rosario entre 2008 y 2015.
La profesora cuenta que realizaba trabajos de la mano con la Facultad de Economía y fue testigo del “esfuerzo que hicimos para mejorar la calidad de investigación y formación de ambas facultades”. Álvarez resalta que Economía logró ser una facultad “competitiva en los últimos 20 años”.
También señala que los procesos transparentes de contratación son indispensables en la academia. “Es importante que existan concursos abiertos, de méritos, que pueda entrar profesores de otros países a competir. Tan importante como la claridad en los mecanismos que permiten ascender a los docentes en su carrera”. Por lo que, dice, ambas “cosas se acaban de romper en el Rosario. Esta inestabilidad pone en riesgo la continuidad del programa y denigra su reputación y la de la institución”.
Juanita Villaveces, que también enseñó en el Rosario y que actualmente es decana de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional, añade que a finales de los 90, con la llegada del profesor Manuel Ramírez Gómez, cuando María del Rosario Guerra era decana de Economía en el Rosario, inició un proceso de formación de los docentes que estaban allí y de contratación “de profesores con muy alto nivel y eso posicionó muy rápidamente a la Facultad entre las mejores en Colombia y a nivel de América Latina”.
A Villaveces ahora le preocupa que lo que está pasando en dicha Facultad no afecte únicamente al Rosario, sino la investigación en esta disciplina en Colombia. “Si estamos todos bien funciona mucho mejor la generación de conocimientos en Economía en el país, porque esto permite la posibilidad de interactuar entre diferentes y eso es muy importante”, señala.
A estos dos testimonios se suma el de José Guerra, un egresado de esa facultad, ahora profesor de Economía de Uniandes. Asegura que se vio beneficiado del esfuerzo que hizo la institución hace más de dos décadas de invertir en docencia excelente y desarrollo institucional. “Como egresado veo que eso corre riesgo porque la administración actual está tomando decisiones de contratación que no son transparentes ni acordes con esa apuesta que se hizo desde el 2.000″.
Otros profesores, como Darío Maldonado, de la Escuela de Gobierno de Uniandes, insisten en que son más de 20 años de esfuerzos en los que la Facultad de Economía del Rosario logró ser una de las más importantes de la región. “Hay una preocupación por los dos profesores que sacaron, pero además sería un problema grande para este país si se pierde una facultad tan importante y que ha hecho las cosas tan bien”.
También se han sumado mensajes de solidaridad por Twitter frente a la situación de la Facultad del Rosario, por parte de, por ejemplo, Juan Camilo Cárdenas, profesor y exdecano de Economía de Uniandes, y la exdecana María del Rosario Guerra.
Hasta el momento, además de la carta firmada por estudiantes y egresados, también está circulando una carta en español y en inglés firmada por académicos de Colombia y universidades de alto nivel en el mundo, en la que manifiestan su preocupación por las “decisiones sobre despidos y vinculación de sus integrantes, que parecen desconocer los parámetros de calidad académica”.
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