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En Estados Unidos, el discurso de despedida de los bachilleres suele pronunciarlo aquel estudiante que ha obtenido las mejores notas. Y más allá de lo que diga, es una forma de reconocerlo a él por encima de todos los demás.
Pero esa tradición, arraigada y tan conocida que ha sido adaptada en innumerables lugares fuera de ese país, está ahora en discusión. La idea en algunos colegios es escoger a muchos estudiantes, no solo uno, como merecedores de ese honor. O incluso, en otros prefieren que ninguno lo sea.
Se trata de una forma de evitar que los alumnos se preocupen por ocupar los primeros lugares dentro de un escalafón –generalmente tácito- que puede terminar por desalentar a quienes queden en los últimos puestos.
Así lo informa el diario The Washington Post, que explica que “las escuelas secundarias del país están cambiando la manera de reconocer a sus mejores estudiantes esforzándose por balancear los elogios hacia ellos al tiempo que evita la competencia poco sana entre compañeros de clase”.
De esta forma cita varios ejemplos de colegios y testimonios de directivos escolares que han implementado esa medida, pero evidencia también que hay quienes se niegan a suprimir ese protocolo de las ceremonias anuales de grado. La razón de ellos es que permitir que muchos sean los encargados de pronunciar el discurso de despedida diluye el sentido del homenaje que se le hace a quien por se ha desempeñado mejor”.
Lo cierto es que está menguando la influencia de los escalafones que suelen hacer los colegios. La Asociación Nacional de Consejeros para admisiones en las Universidades, según testimonios que recoge el artículo, indica que los centros de educación superior los tienen en cuenta cada vez menos a la hora de escoger a sus nuevos estudiantes, “quizás porque muchas escuelas secundarias ya no los proveen”.