Una atípica carrera por elegir al nuevo rector de la Universidad de Antioquia

La carrera por la rectoría de la Universidad de Antioquia (UdeA), la universidad pública más antigua de Colombia, es quizás una de las muestras más claras de la polarización política por la que atraviesa el país. Aunque no son los únicos actores que participan en la elección del nuevo rector, a un costado de la mesa está el gobernador actual, Andrés Julián Rendón, afín a la derecha y al Centro Democrático; al otro, está el gobierno nacional, en cabeza del presidente Gustavo Petro.

La carrera por la rectoría de la Universidad de Antioquia (UdeA), la universidad pública más antigua de Colombia, es quizás una de las muestras más claras de la polarización política por la que atraviesa el país. Aunque no son los únicos actores que participan en la elección del nuevo rector, a un costado de la mesa está el gobernador actual, Andrés Julián Rendón, afín a la derecha y al Centro Democrático; al otro, está el gobierno nacional, en cabeza del presidente Gustavo Petro.

Este proceso inició el 12 de febrero, con la publicación de los nueve candidatos por este puesto, quienes, como lo explica Olga Lucía Lopera Quirós, secretaria general de la UdeA, deben contar con una serie de requisitos como ser colombiano, no ser condenado por hechos punibles o sancionado en el ejercicio de su profesión o disciplinariamente por faltas graves. También, en el momento de la inscripción, deben tener un mínimo de respaldo de estudiantes, profesores y trabajadores.

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Carlos Fernando Arroyave, John Mario Muñoz, Elvia María González, Luquegi Gil Neira, Natalia Gaviria, Ramón Mesa Callejas, Jaime Cano Salazar, Javier Fernández Ledesma y John Jairo Arboleda, son quienes hoy aspiran al cargo de rector. Es la primera vez que hay una cantidad tan grande de aspirantes, cuenta Juan David Ortiz, exdirector de De La Urbe, el laboratorio de periodismo de la UdeA.

Pero, para que se lleve a cabo esa elección, faltan aún varios pasos. El 12 de marzo, se llevará a cabo la consulta entre los estudiantes, profesores, egresados, personal no docente y jubilados de la institución. En la UdeA estos resultados únicamente tienen una representación simbólica. “Estos votos pueden guiar al Gobierno y darle luces de lo que quiere la comunidad educativa”, señala David Álvarez, estudiante de historia.

Eso quiere decir que, todo el peso de designación del nuevo rector o rectora queda en manos del Consejo Superior Universitario (CSU), donde hay ocho votos en juego. Quienes lo conforman son el gobernador, Andrés Julián Rendón; la ministra de Educación, Aurora Vergara; un representante de la Presidencia (Salomé Restrepo); un representante de las Directivas Académicas (Wber Orlando Ríos); un representante profesoral (Pablo Cuartas); un representante de los egresados (José Gustavo Jiménez); un representante del Sector Productivo (Marcos Ossa Ramírez); y un representante de los exrectores (Jaime Restrepo). El actual rector, John Jairo Arboleda, tiene voz, pero no voto.

Además, este consejo cuenta con otra particularidad: desde 2004 la silla de representante estudiantil está vacía. El último en ocupar ese cargo fue Wilma Mejía, a quien, asegura Ortiz, “lo acusaron de haberse dejado comprar por las directivas de la universidad y de haber traicionado a los estudiantes”. Desde entonces, a los alumnos no les ha interesado este cargo. Una de las razones, dice Hernando Muñoz, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales, es porque “alegan que no les interesa ese tipo de poder, pero es una faltante en el CSU, que ellos no tengan voz, ni representación de sus intereses”.

Aunque este es el máximo órgano de gobierno en las universidades públicas, durante muchos años los estudiantes han realizado varios reclamos porque, como dice Álvarez, no sienten que el poder adentro del CSU esté distribuido, principalmente porque “sienten que allí se toman las decisiones más importantes de la institución y quienes lo conforman no representan los intereses estudiantiles. Terminan siendo los agentes externos al plantel los que tienen mayor peso sobre la designación de rector”.

A todo este panorama se le suma otro ingrediente. Esta es una de las pocas veces en las que el gobierno nacional y departamental no están alineados. Como lo explica Max Yuri Gil, Profesor Instituto de Estudios Políticos y de la Unidad Especial de Paz de la UdeA, históricamente el Gobierno Nacional y el regional era de derecha y no había evidencia de una tensión política.

A los ojos de Álvarez, esta situación atípica sería una ventana de oportunidad, porque, dice, la institución “ha tenido tendencias que la han gobernado y eso incide directamente en la política antioqueña. La UdeA, sin duda, es el escenario más potente en términos políticos del departamento”.

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El gobernador Rendón lo ha demostrado con algunos ejemplos. En una reunión con el Consejo, pidió conocer la lista de las personas que llevan más de 14 semestres inscritos, a los cuales tildó de “estudiantes eternos”. En su cuenta de X señaló que “por alguna razón nunca se gradúan. Me temo que aquí podrían estar los que van a la universidad a cosas diferentes a estudiar”.

Luego criticó con dureza a Arboleda, el actual rector, al reprocharle que hubiese dicho que “estudiar es un derecho de los estudiantes”, sin importar que lleven más de 14 semestres inscritos. “Esta administración lleva siete años o más en esa posición. Ven pasar los temas y no les ponen la debida atención. Eso no pasará conmigo”, contó Rendón en una entrevista con Semana.

El del gobernador nombró, además, a un viejo conocido de la UdeA como secretario de Educación: Mauricio Alviar, que fue rector entre 2015 y 2018 y se caracterizó por tomar medidas más conservadoras, como limitar el ingreso al campus de la institución. Pero, en su intento de reelección, Arboleda, hoy rector, le ganó la contienda.

¿Cómo están las fuerzas políticas?

A pesar de que pareciera que esta fuera una contienda política, Ortiz hace énfasis en que es muy difícil relacionar a alguno de los candidatos a la rectoría con un partido político específico. “Muy difícilmente se puede decir que uno de ellos va con el Centro Democrático o que otro tiene intereses del Pacto Histórico”, añade. Por supuesto, comenta, que hay conexiones y relaciones entre los aspirantes y algunos políticos.

Un ejemplo de ello es lo que sucede con el candidato John Mario Muñoz Lopera, quien es hermano de León Fredy Muñoz, embajador en Nicaragua, y tío de Juan David Muñoz, diputado del Pacto Histórico en la Asamblea de Antioquia. Pero, cuenta Ortiz, profesor de periodismo, “John Mario Muñoz es un profesor titular de la universidad, fue decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas y es el presidente de la Asociación de Profesores. Ha hecho una carrera en el plantel”.

Muñoz, por su parte, asegura que no entiende en qué momento esta campaña se tornó tan compleja y señala que en los 30 años que lleva en la UdeA como docente nunca había visto una contienda como esta. “Primero son 10 candidatos y segundo tanta información y tan compleja que, en algunos casos, ha rayado en la dignidad de los que aspiramos al cargo”, dice y enfatiza en que no es correcto ideologizar la universidad y lo público.

En este caso puntual, añade, podría ser contraproducente porque la institución funciona con portafolios y consultorías, es decir, con la venta de servicios de extensión. Por eso, dice, “tiene que haber una sinergia entre el departamento y el gobierno, porque impacta positivamente a los territorios, al presupuesto a la base de la UdeA y, por lo tanto, a los jóvenes que necesitan educarse”.

Otro caso es el de la profesora Natalia Gaviria, quien es hija de Carlos Gaviria Díaz, exmagistrado de la Corte Constitucional y vicerrector de la UdeA. Ella es profesora vinculada a la Facultad de Ingeniería y fue directora de la sede de investigaciones universitarias. Pero, cuenta una fuente que prefiere no ser citada, entre los “pasillos se habla de que podría ser la candidata del Gobernador, solo por sus relaciones familiares”. También la ha afectado haber tenido un vínculo laboral con Alviar.

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Ante estos rumores, Gaviria cuenta que, en esta contienda, su apellido la ha llevado a estar en ambas orillas políticas. “Por un lado, dicen que yo traicioné el pensamiento de mi papá y que hoy soy la candidata de la extrema derecha. Pero por el otro, también se dice que soy la de la extrema izquierda y la del petrismo porque soy hija de mi papá”. Además, asegura que han surgido videos y comunicados agresivos que la vinculan con el Centro Democrático y con la extrema derecha. “Han llegado a asegurar que este es un proyecto narcoparamilitar. La mía es una propuesta netamente académica”, puntualiza.

Gaviria recuerda que rara vez ha habido una división o diferencias tan partidistas entre el Gobierno nacional y el departamental, pero, insiste en que estas diferencias no deberían afectar esta designación y concluye que “si bien es un proceso que pasa por diferentes instancias, ante todo debe ser un proceso de orden académico”.

¿Pueden garantizar desde la universidad que esta designación no esté permeada por la política? Lopera, secretaria general, asegura que desde el planten tratan al máximo de garantizar la transparencia de todo el proceso y entregar igualdad de condiciones.

Lo cierto es que ser el rector de esta universidad es un puesto muy importante, pues, como dice Max Yuri, es un plantel que está adscrito a la Gobernación y que al año puede mover cerca de $1,6 billones. “Es una institución que tiene un papel muy importante, no solo en la región, sino en el país. Tiene presencia en las nueve subregiones del departamento. Es un cargo relevante”, agrega.

Mientras el 19 de marzo se conocerá quién será el nuevo rector, los profesores confiesan que en los pasillos de la UdeA se siente incertidumbre y decepción. “Es la primera vez que veo un panorama complejo, de 9 candidatos, pero si hay tres que pudieran asumir son muchos”, señala el profesor Muñoz.

La persona que asuma este cago se enfrentará a una serie de retos, como el déficit estructural, que es un poco más de $350 mil millones y los relacionados con los profesores de cátedra y los de planta. “Estamos pidiendo la estabilización laboral con las garantías de los derechos políticos”, cuenta Ramiro H Giraldo, presidente del Nuevo Sindicato de Profes Universidad de Antioquia, ASIPROUA y docente de la UdeA desde hace más de 25 años, y, añade, que también están alegando para que se replanteen las categorías de los docentes, porque, según dice como están ahora, hay muchas dudas.

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