Los impresionistas se destacaron por retratar escenas de la vida cotidiana con pinceladas rápidas, enfocándose en la luz y el color.
Foto: Eder Rodríguez
El 13 de noviembre de 1872, aproximadamente a las 7:35 a. m., Claude Monet estaba en el puerto de Le Havre, su ciudad natal. Con pinceladas rápidas, mezclaba los tonos gris, azul, blanco y naranja que le dieron color a un cielo que parecía brumoso, donde apenas se distinguían las siluetas de los barcos. El agua, que reflejaba el sol y las sombras de dos pequeñas embarcaciones, daba cuenta de la obsesión del artista con los efectos de la luz.
Por Andrea Jaramillo Caro
Periodista y gestora editorial de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en temas de artes visuales e historia del arte. Se vinculó como practicante en septiembre de 2021 y en enero de 2022 fue contratada como periodista de la sección de Cultura.@Andreajc1406ajaramillo@elespectador.com