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A propósito del Día Mundial del Braille: orígenes y método de su creador

Louis Braille creó este sistema a raíz de su ceguera, que se produjo después de un accidente en el taller de su padre cuando tenía tres años de edad.

04 de enero de 2023 - 05:17 p. m.
Louis Braille nació el 4 de enero de 1809, en Coupvray, Francia. Por esta razón, todos los días de este mes se celebra el sistema creado por él para la lectura y escritura de las personas invidentes.
Louis Braille nació el 4 de enero de 1809, en Coupvray, Francia. Por esta razón, todos los días de este mes se celebra el sistema creado por él para la lectura y escritura de las personas invidentes.
Foto: Archivo particular
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Han pasado años, casi siglos, para que algunos inventos que han mejorado la vida de los seres humanos, se concreten y se reconozcan. Esto fue lo que ocurrió con el método Braille: sistema de lectura y escritura táctil para personas ciegas. Su nombre se debe a su inventor, Louis Braille, quien se quedó ciego siendo un niño: a los tres años, en 1812, y mientras jugaba en el taller de su padre, el niño salió corriendo con dos cuñas en sus manos. Al caerse, se hirió un ojo, pero la infección fue tan agresiva que se extendió al ojo sano. Al poco tiempo, quedó completamente ciego.

A pesar de la nueva circunstancia, el niño asistió al colegio de su pueblo, Coupvray, en Francia, y su profesor lo conectó con una escuela para ciegos de París: Institución Nacional de Jóvenes Ciegos, en la que conoció a Valentín Hauy, quien tenía un sistema que le enseñó al recién llegado: veintiséis letras que fabricó con unas ramas y debían ser palpadas con las yemas de sus dedos.

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A pesar de que era un avance, no había muchas obras para leer con la técnica enseñada por su profesor: menos de dos docenas de libros componían aquella biblioteca, que además no alojaba más obras por el tamaño de cada una de ellas. Al principio, los caracteres de las letras eran en tela, se pegaban sobre papel y debían quedar en un tamaño ideal para el tacto de cada una de las letras. A pesar de que era un código que acercaba a los libros, faltaba una serie de ajustes para que fuese una lectura fluida que, además, permitiera un acceso a la escritura: “Cada letra tenía unos siete centímetros de largo por cinco de ancho. A causa de estas enormes dimensiones, la fábula de Renard El zorro llenaba unos siete volúmenes de unos cuatro kilos de peso cada uno”, anotó el portal Primera edición, de Argentina.

Después, este método pasó a llamarse escritura en relieve: grandes letras invertidas con una pluma de hierro sobre papel grueso.

Antes de que se llegara este punto, las ocupaciones de las personas sin visión se reducían a las artesanías. Casi nadie, hasta el año 1749, se había interesado por su calidad de vida. Fue Denis Diderot, un escritor francés, quien publicó una carta en la que el tema comenzó llamar la atención: “Carta sobre los ciegos para uso de los que ven”.

En 1785 fue entonces cuando Valentín Hauy fundó el primer colegio para invidentes de Europa. En 1821, y después de que Braille hubiese explorado todos los libros escritos en relieve de su escuela, el capitán Barbiere se acercó a la institución con un sistema de puntos y trazos en relieve que sirvieron para que los soldados leyeran y escribieran en la oscuridad.

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Según el video Louis Braille y la escritura para invidentes - La historia del braille, el director adoptó la idea de Barbiere, que mostró cómo, con la ayuda de un punzón, ejercía presión sobre un papel grueso hasta que, en la parte contraria, se notaran las protuberancias.

El código de Barbiere se componía de seis filas y dos columnas. A cada uno de los 36 sonidos de la lengua francesa, le asignó un grupo de dos a doce puntos, que estaban marcados en relieve. Y a pesar de que fue otro avance, el sistema seguía siendo difícil para los estudiantes que debían aprender el método, al que le comenzaron a hacer cambios. Cuando el capitán supo de las ideas nuevas, se ofendió. Fue en este momento cuando Braille usó el dado de madera que le fabricó su padre: los lados estaban hundidos con un máximo de seis puntos y, para él, era sencillo reconocer el símbolo. Así fue como reventó este sistema, un proceso que, según algunos, le tomó dos años. Otros hablan de seis.

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En el ya citado video, se explica con detalle el sistema: seis puntos para que pudieran reconocerse fácilmente con las yemas de los dedos. Dos columnas con tres filas que permitía muchísimas combinaciones. Cada símbolo con una distinta. Letras del alfabeto en vez de los sonidos porque lo que quería era enfocarse en el lenguaje escrito. De la A a la J, se usaban los puntos de arriba. Desde la K a la T, las combinaciones se decidieron con el punto de abajo a la izquierda, y para el resto se incluía el punto de abajo a la derecha. En el caso de los números, del cero al nueve había una matriz previa y las combinaciones que se usaban de la A a la J. Los puntos pueden ponerse o quitarse, así que son 64 combinaciones posibles, un número suficiente para el alfabeto y caracteres especiales franceses.

Con ayuda de su padre, Braille también creó un utensilio de madera para escribir con su respectivo soporte. Mucho después de que se convirtiera en profesor y hubiese enseñado a sus alumnos a leer y escribir con su invento, se determinó que ese sería el sistema oficial de escritura para invidentes. De hecho, esto ocurrió a los dos años de la muerte de su creador (1854).

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