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Una, dos, tres abatidas
Manos al frente, piel en tensión.
El mundo esperando delante
Una, dos, tres abatidas
El retumbar debajo
Los pasos dando
Abatida, tras abatida
y una caída al terminar.
Eres como rocío sobre suelo,
que cae, que se estanca, que desaparece.
Eres como rocío sobre suelo,
que se eleva en círculos
uno, dos, cinco, siete círculos hace
y cae como agua en medio de la nieve
Eres como una gota que se aferra al alféizar.
Que se abomba, que se niega a morir
Una, dos, tres abatidas,
la gota se niega, se aferra,
una cuarta batida,
la gota finalmente cae.
Cae como aquella vez que caíste
Una, dos, tres abatidas
Una cuarta, otra de más.
Una caída que no debía ver
y aún así oyó un retumbar
Pum, pum
Plaf, plaf, cae una gota suicida.
La gota suicida no muere.
Plaf, plaf,
no se aplasta.
Es una gota que ya es rocío
y como rocío sube
Sube uno, dos, seis círculos.
Un séptimo, uno de más.
En cada círculo la asaltan sueños,
cuentos de princesas de boca de la noche,
tiempos que se repiten como ciclones,
el trueno que estoquea los patios,
el monstruo que está debajo de la cama
aunque solo exista lo que ves,
y también amores que son mareas que golpean
poco a poco,
poco a poco.
Que van y vienen y golpean y reviven al besar las rocas.
Y también las esperanzas infundadas que tiene sobre ti,
aunque te hubiese visto caer.
Eres una gota que se aferra al alféizar
Eres una gota que se niega a morir
a pesar de haber caído,
cubramos el retumbar
Pum, pum
cubrámoslo en una sola sombra eterna.
Si cabalgamos sobre gigantes
en lugar de caer, caminaremos
Escalaremos esos mismos escalones sobre los cuales caminó quien te vio caer, y
hoy te recoge.