Wiliam Faulkner, quien se dio a conocer en 1929 con “La ciudad y la furia”.
Foto: Archivo particular
“—¡Escucha! —gritó Shreve—; ¡espera, espera, espera! (mirando con ira a Quentin, jadeando también, como si tuviera que dar a su sombra, además de palabras, aliento para que le obedeciese). ¡Aquí también se equivocó tu padre! Él dijo que Bon había sido herido, pero no fue así. ¿Quién se lo hubiera dicho? ¿Quién le dijo a Sutpen, o a tu abuelo, cuál de los dos fue el herido?”. -William Faulkner
Por Mónica Acebedo
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