Historia de la literatura: Absalón, Absalón
William Faulkner, quien influyó en gran parte de los escritores de América de la segunda mitad del siglo XX, centró su obra en la Guerra de Secesión de Estados Unidos.
Mónica Acebedo
“—¡Escucha! —gritó Shreve—; ¡espera, espera, espera! (mirando con ira a Quentin, jadeando también, como si tuviera que dar a su sombra, además de palabras, aliento para que le obedeciese). ¡Aquí también se equivocó tu padre! Él dijo que Bon había sido herido, pero no fue así. ¿Quién se lo hubiera dicho? ¿Quién le dijo a Sutpen, o a tu abuelo, cuál de los dos fue el herido?”. -William Faulkner
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“—¡Escucha! —gritó Shreve—; ¡espera, espera, espera! (mirando con ira a Quentin, jadeando también, como si tuviera que dar a su sombra, además de palabras, aliento para que le obedeciese). ¡Aquí también se equivocó tu padre! Él dijo que Bon había sido herido, pero no fue así. ¿Quién se lo hubiera dicho? ¿Quién le dijo a Sutpen, o a tu abuelo, cuál de los dos fue el herido?”. -William Faulkner
Esta novela de Faulkner, publicada en 1936, es una de las novelas más ricas, barrocas y obviamente una de las más complejas desde la perspectiva narratológica. Va más allá de El ruido y la furia (1929), ya que incluye elementos históricos, sociológicos y, sobre todo, presenta una nueva técnica historiográfica a partir de una nueva visión del pasado, la memoria y el dolor colectivo. Una mirada original a esa Guerra de Secesión (1861-1865) que marcó la historia de Estados Unidos de América: un conflicto bélico que se convierte en un elemento identitario y fundacional, y que selló una división social que se mantiene incluso hasta hoy.
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Además, se convirtió en una de las novelas referenciales de muchos autores, entre ellos Gabriel García Márquez. De hecho, en esta novela encontramos muchos elementos que el autor de Cien años de soledad pudo haber adoptado (pueblo ficticio, incesto, repeticiones, referencias bíblicas, destrucción de una familia…). Afirma Andreu Jaume: “Más que ninguna otra de su tiempo, la obra de William Faulkner (1897-1962) sirvió a muchos escritores de la segunda mitad del siglo XX para refundar el estatuto de la novela y encontrar una salida después del gesto conclusivo de la vanguardia europea, en la que por otra parte el mismo Faulkner había querido incardinarse” (La literatura admirable, Pasado & Presente, 2018, p. 583).
El nombre completo y apellido original de William Faulkner era: William Cuthbert Falkner. Nació el 25 de septiembre de 1897 en New Albany (Misisipi), en el seno de una familia sureña que había perdido todo su patrimonio durante la Guerra Civil. Creció en Oxford (también Misisipi) que, probablemente, inspiró el pueblo ficticio de Jefferson (en el condado de Yoknapatawpha), el cual ha servido de escenario para muchas de sus obras. En algún momento dejó los estudios y trabajó junto a su padre como empleado de correos. Pasó brevemente por la Facultad de Derecho de la Universidad de Yale, donde se acercó a la literatura y a la escritura.
Cuando arrancó la Primera Guerra Mundial quiso participar, pero fue rechazado por el ejército norteamericano. Luego logró vincularse a la Fuerza Aérea Canadiense y obtuvo un entrenamiento corto (porque se acabó la guerra). Regresó a Oxford en 1919 y se matriculó en la Universidad de Misisipi, pero no terminó porque empezó a escribir y a viajar por Europa. Escribió algunas novelas y cuentos, aunque su gran éxito llegó con El ruido y la furia (1929), que lo posicionó como uno de los escritores más representativos de Estados Unidos. Ganó diversos premios y publicó una vasta obra. Fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1949 y murió en 1962.
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La novela está estructurada en nueve capítulos y tiene como eje central la interpretación de varios narradores sobre la historia de Thomas Sutpen, un hombre que llega a Jefferson en 1833, junto con un grupo de esclavos y un arquitecto, con la intención de fundar una plantación y establecerse en la zona. Se casa con Ellen, la hija de un comerciante bien posicionado en el pueblo, y tiene dos hijos, Henry y Judith. Más adelante, Henry se va a la universidad, donde conoce a Charles Bon, con quien regresa para Navidad. Este se enamora de su hermana Judith y le propone matrimonio, sin embargo, Thomas le manifiesta a Henry que Judith no se puede casar con Bon porque este tiene una amante y un hijo en New Orleans. Henry no le cree y se pelea con su padre. No obstante, después comprueba que era cierto. Por la misma época estalla la guerra, y tanto Thomas como Henry y Charles Bon deben unirse al ejército sureño que aboga por la esclavitud. En el capítulo séptimo el lector se da cuenta de que lo que ocurre es que Charles Bon es en realidad el hijo de Thomas Sutpen, que había tenido en Haití con su primera esposa, a la que había repudiado por haber descubierto que tenía un octavo de sangre negra. Charles espera que su padre reconozca su paternidad para detener el matrimonio incestuoso, pero como nunca lo hace decide seguir adelante con su plan. Henry y Bon se dirigen a la hacienda de Sutpen, pero cuando Henry se entera de que Bon tiene sangre negra le dispara y lo mata.
El título hace alusión al episodio bíblico (Absalón, el hijo de David, mata a su hermano Amnon por haber violado a su medio hermana). La novela está narrada desde varios puntos de vista: el de Rosa Coldfield, la hermana pequeña de Ellen, que en 1909 le pide a Quentin Compson (un personaje que conocemos desde El ruido y la furia) que escuche lo que ella, ya mayor, tiene que contarle sobre su familia; el del señor Compson, el padre de Quentin, a quien su padre (el abuelo de Quentin) le contó, por haber sido amigo de Sutpen, y, por último, la de Shreve McCanon, un canadiense, compañero de cuarto de Quentin en la Universidad de Harvard. Estos puntos de vista se dan a partir de suposiciones y van dejando ver temas fundamentales de la historia de Estados Unidos, el sur y el norte, las clases sociales, las relaciones familiares, la educación, el sueño americano, el racismo y, obviamente, el esclavismo. Justamente, en una de las explicaciones de Shreve al porqué del asesinato es que para Henry el incesto no es el problema fundamental. No. Lo grave es que el hombre que quería casarse con su hermana tenía sangre negra.
En resumen, se trata de una novela que explora la relación entre la sociedad y su propio pasado. Es una obra psicológica, pero al mismo tiempo folclórica e histórica. Presenta una estructura fragmentada y confusa, en especial la primera vez que uno se enfrenta a ella. No obstante, muy pronto el lector se verá inmerso en una serie de sentimientos y diversas interpretaciones de la trama central de la novela. Lo que importa en esta historia es el cómo y no necesariamente el qué, aunque sea, precisamente, de ese “qué” de donde extraemos el núcleo de la crítica de Faulkner a la sociedad sureña.
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