Acqua Tofana, el temido tónico de Giulia Tofana
Una botella de dudosa procedencia con una calavera al frente y un líquido verdoso dentro es la imagen comúnmente asociada con el veneno, la historia ha visto varios de estos surgir y morir. Pero, uno de los que resuenan hasta el día de hoy es, por la historia que lo precede, aquel que mató a 600 hombres durante el siglo XVII y lleva el nombre de su creadora, el Acqua Tofana.
Andrea Jaramillo Caro
Veinte años fue el tiempo que estuvo activo el negocio de Giulia Tofana y que convirtió en viudas a 600 mujeres en la Italia del siglo XVII. La vida de la envenenadora serial está sumida en misterios, la información sobre su vida es poca y dispersa. Acqua Tofana era el popular veneno que fue apetecido por esposas a lo largo y ancho de Europa, cuya creación se atribuye a ella y otra mujer siciliana, y aunque no hay un consenso, se sabe que la base de la sustancia que hizo a Tofana famosa fue el arsénico.
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Veinte años fue el tiempo que estuvo activo el negocio de Giulia Tofana y que convirtió en viudas a 600 mujeres en la Italia del siglo XVII. La vida de la envenenadora serial está sumida en misterios, la información sobre su vida es poca y dispersa. Acqua Tofana era el popular veneno que fue apetecido por esposas a lo largo y ancho de Europa, cuya creación se atribuye a ella y otra mujer siciliana, y aunque no hay un consenso, se sabe que la base de la sustancia que hizo a Tofana famosa fue el arsénico.
Algunas fuentes afirman que fue su madre, o al menos la mujer que se cree fue su madre Teofania di Adamo, quien inventó el Acqua Tofana original. A sus trece años la futura envenenadora profesional presenció la muerte de la mujer que pudo haber sido su madre. Diferentes versiones de los eventos cuentan que Giulia Tofana huyó a Roma donde lideró un grupo de aproximadamente seis mujeres que la ayudaban a vender esta pócima letal.
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Sin embargo, las primeras receptoras o clientas del Acqua Tofana no fueron mujeres de la nobleza o princesas, fueron mujeres del común. Eran aquellas que buscaban una salida desesperada de matrimonios arreglados o relaciones violentas. Era “un veneno perfecto, por tanto, que sin embargo no es para todos: campeona de la justicia, Giulia solo se lo vende a las mujeres para deshacerse de maridos pesados y abusivos que no han elegido”, relataba la escritora Adriana Assini en un libro dedicado a la figura de Giulia, citada por El Universal.
El líquido, a diferencia de la imagen común, era inoloro, incoloro y transparente, dependiendo de la dosis administrada podía suponer una muerte lenta. “Unas cuatro a seis gotas eran suficientes para acabar con un hombre. Su ingrediente principal era el arsénico y, aunque su uso se extendió por gran parte del sur de Italia, por lo general lo administraban las mujeres a sus maridos, más comúnmente para enriquecerse. Los venenos a menudo se conocían como “polvos de herencia” en esos días”, escribió el historiador Mike Dash.
La primera vez que se registró el uso de este agente asesino fue, según el profesor emérito de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Philip Wexler, en un juicio en Palermo en 1632. La versión que ofrece Wexler en su libro “Toxiclogía en la Edad Media y el Renacimiento” afirma que la primera en morir por un crimen cometido con Acqua Tofana, que mató a su víctima en tres días, fue Francesca la Sarda y a ella la siguió di Adamo en 1633. Según el autor ambas mujeres fueron cómplices, con di Adamo acreditada como la creadora del veneno y la Sarda como su asistente, de acuerdo con las investigaciones de 1881 lideradas por Salvatore Salomene-Marino y consultadas por Wexler.
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Volviendo a Giulia Tofana, estando en Roma la mujer y sus compañeras conseguían el suministro de arsénico del párroco Girolamo de Sant’Agnese ya que el hermano de este era apotecario y tenía acceso al veneno. El polvo asesino lo enmascaraban en botellas que contenían una versión líquida del químico y que prometían ser “Manna di San Nicola”, un aceite curativo que supuestamente emanaba de los huesos del santo que son conservados en una iglesia en Bari.
En 1890 la revista Chambers Journal publicó una historia en la que detallaba la forma en la que funcionaba el agente letal:
“Administrado en vino o té o algún otro líquido por el traidor halagador, [producía] un efecto apenas perceptible; el marido se ponía un poco de mal humor, se sentía débil y lánguido, tan poco indispuesto que apenas llamaría a un médico. Después de la segunda dosis de veneno, esta debilidad y languidez se hacían más pronunciadas.
La hermosa Medea que expresaba tanta ansiedad por la indisposición de su marido, apenas sería objeto de sospecha, y tal vez prepararía la comida de su marido, según lo prescrito por el médico, con sus propias manos hermosas. De esta manera se administraría la tercera gota y postraría incluso al hombre más vigoroso”.
Los detalles son elusivos en esta historia, incluso en su desenlace. Hay versiones que afirman que el fin de Giulia Tofana llegó por mano de una de sus clientas, quien arrepentida de querer suministrar el veneno a su esposo la entregó a las autoridades. A pesar de los esfuerzos de sus otras clientas por defenderla, está versión cuenta que la envenenadora serial fue castigada con la máxima pena. Mientras que otros creen que Tofana murió pacíficamente en su cama en 1651, sin que se conocieran sus acciones o relación con el tónico mortal. Hay versiones que afirman que vivió hasta el año 1730 y otras dicen que la sometieron a incontables torturas.
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Durante siglos el legado venenoso atormentó a hombres en Europa. Los rumores de sus efectos y síntomas surgieron una y otra vez. El miedo frente a este químico se esparció hasta que incluso Mozart aseguró días antes de su muerte que le habían administrado acqua Tofana y calcularon el momento exacto en el que fallecería. Bajo misteriosas circunstancias el compositor murió en 1791 y aunque su muerte no se le puede acreditar a la pócima tóxica de Tofana, el desenlace de la vida de 600 hombres si tuvo origen en este líquido. A pesar de que el legado de este tónico ya no existe físicamente, quedó consignado en múltiples recuentos. Mientras que la vida y muerte de esta envenenadora serial permanece en el misterio.