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No es la primera vez que Ai Weiwei, a quien reconocen en el mundo del arte, entre otras cosas, por la lucha por los derechos humanos y la libertad de expresión, utiliza miles de bloques coloridos para producir una obra. Ya lo había hecho con piezas como El Banquete del Emperador, en la que usó las fichas de Lego y las combinó con el zodiaco. Ahora, el artista se ha dado a la tarea de hacer lo propio pero para recrear los famosos nenúfares del impresionista Claude Monet. Así, Water Lilies #1 (2022) es una obra de 15 metros de largo, configurada por 650,000 bloques de Lego en 22 colores.
Según el comunicado de prensa, la intención de incorporar los coloridos ladrillos para esta reinterpretación es “despojarse de las pinceladas de Monet en favor de un lenguaje despersonalizado de piezas industriales y colores [...] Estos bloques que parecen píxeles sugieren las tecnologías digitales contemporáneas que son fundamentales en la vida moderna, y en referencia a cómo se difunde a menudo el arte en el mundo contemporáneo”.
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Sin embargo, Weiwei añade un elemento extra, una puerta oculta en la imagen, que representa el refugio que compartió con su padre, el poeta Ai Qing, durante el exilio en la década de los sesenta. “Su infernal hogar en el desierto perfora el paraíso acuático”.
En entrevista con Forbes, el jefe de conservación del Museo del Diseño de Londres, donde se presentará la obra, Justin McGuirk aseguró que la obra “presenta una visión alternativa: un jardín paradisíaco. Por un lado, lo ha personalizado insertando la puerta de su desértica casa de la infancia. Por otro, lo ha despersonalizado utilizando un lenguaje industrial de bloques modulares de Lego”.
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