Mario Jaramillo escribió esta novela biográfica con algunos recursos de crónica y ensayo.
Foto: Archivo particular
Cuando Albert Camus regresó a Argelia, su país natal, luego de haber recibido el Premio Nobel de Literatura, notó que el taxista lo miraba con insistencia por el espejo retrovisor. Al cabo de un rato le preguntó su nombre y le confesó que su cara le parecía familiar. Cuando el escritor se lo dijo, el conductor, aliviado, exclamó: “¡Claro, claro! ¡Qué bien jugaba usted en el Racing Universitario!”.
Era cierto: antes de meter goles en las letras, Camus fue futbolista. Portero, para ser exactos, pues se acostumbró a esa posición desde pequeño...
Por José María Paz Gago*
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