Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Las imágenes, que reflejan el horror de la vida en el gueto, fueron captadas por Helmy Spethmann, entonces de 50 años, que trabajaba en el hospital en Varsovia de las fuerzas armadas de la Alemania nazi, la Wehrmacht.
Le recomendamos: ‘La espada de Bolívar estaba secuestrada por la oligarquía. Nosotros la liberamos’
“Tomó fotos de la ciudad y de sus colegas. Sus pasos la llevaron con su cámara al gueto porque tuvo que ir allí varias veces”, dijo el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, en un discurso pronunciado con motivo de la entrega de las fotos.
“¿Por qué lo hizo? ¿En qué pensaba? ¿Quería conscientemente dar testimonio del horror? No lo sabemos. No confió en nadie y vivió recluida hasta su muerte”, agregó.
Años más tarde, la sobrina de Helmy Spethmann, Ingelene Rodewald, descubrió las 23 fotos escondidas en un álbum que le regaló su tía antes de su muerte, en 1979.
Le recomendamos: “La fortaleza es aprender a sentir hasta eso que nos incomoda”: Juliana Acosta
El Museo POLIN, fundado en 2005 en Varsovia, albergará ahora las fotos en blanco y negro que muestran, entre otras cosas, los cadáveres transportados en carretillas.
Steinmeier recordó como las fuerzas de ocupación alemana encerraron a la población judía de Varsovia, unas 400.000 personas, en el distrito de Muranow, el antiguo barrio judío de la ciudad, donde “las mataron de hambre, las torturaron, las maltrataron sistemáticamente y luego deportaron a la mayoría de ellas a campos de concentración y exterminio”.