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Alessandro Basile, nuevo director del FICCI, habla sobre la transición del festival

El nuevo director general del Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICCI), habló para El Espectador sobre su trayectoria profesional, los cambios de roles de quienes fueron sus directivos y su postura con respecto a la competencia: “Este comité curador se mantiene, se ratifica y se fortalece de aquí hacia adelante”, dijo.

Laura Camila Arévalo Domínguez
19 de mayo de 2023 - 09:21 p. m.
"Además de un gran amigo, Alessandro es un ser humano excepcional y estoy convencido de que hará un gran trabajo, armando su equipo y leyendo el mundo y el cine contemporáneo para mantener el Festival", dijo Felipe Aljure, quien fue hasta 2023 director artístico del FICCI.
"Además de un gran amigo, Alessandro es un ser humano excepcional y estoy convencido de que hará un gran trabajo, armando su equipo y leyendo el mundo y el cine contemporáneo para mantener el Festival", dijo Felipe Aljure, quien fue hasta 2023 director artístico del FICCI.
Foto: Osky Contreras J.
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Comencemos con usted y su trayectoria: usted hacía parte del comité curador del festival, ¿qué hacía antes?, ¿cómo llegó al FICCI?

Mi camino ha sido variado, el gran bloque de mi carrera profesional fue en RCN, donde hice un poquito de todo: asistente de dirección, producción, producción ejecutiva y terminé como gerente de producción al lado de Fernando Gaitán. Al canal entré por una carambola de la vida como asistente de dirección para los cabezotes, yo hacía comerciales. Ahí conocí a Óscar Azula, quien era el director de las transmisiones en Reinado de belleza, así que también terminé trabajando en este evento un gran número de años. Recientemente, codirigí con Ramsés Ramos un par de series que tuvieron algo de resonancia como “Déjala morir”, para Telecaribe. Podría decir que las amistades y las relaciones han ido haciendo espejo en los distintos lugares donde he trabajado. He sido, sobre todo, productor ejecutivo, gerente de producción y también fui director. Mi primera película “El Cielo” la estrenamos en el festival, pero hace muchos años, fue en 2007.

Le dije que lo llamaba para hablar sobre, además de su nuevo cargo, la salida de Lina Rodríguez como directora general, de Felipe Aljure como director artístico y de Lorena Ordosgoitia como productora, es decir, sobre los cambios del festival, pero a usted esa palabra no le gustó. No cree que esté cambiando nada, ¿por qué?

Este no es un cambio porque yo llevo cinco años en el festival. A mí me convocó Felipe Aljure para su equipo y conozco a Lina (Rodríguez) desde sus primeros años como directora, cuando yo estaba en RCN y tenía que, desde la gerencia de producción, apoyar a los premios India Catalina, entonces son relaciones de mucho cariño y mucho tiempo atrás. En el comité curador llevo cinco años y viví muy de cerca el proceso del festival, entonces realmente es una transición muy orgánica en el sentido de que ellos tres (Rodríguez, Aljure y Ordosgoitia) pasan a la asamblea, pero no se van. Lina seguirá trabajando por reconfigurar esta junta de miembros corporativos, Felipe seguirá siendo consultado y pues Lorena, obviamente, en producción tendrá mucho que decir. Esto es, sobre todo, una intención por seguir construyendo sobre cimientos muy sólidos, por eso creo que la palabra cambio no aplica.

Hablemos de su experiencia en el comité curador. Este 2023 lo presidió, así que, por favor, explíquenos cómo funciona el trabajo allí: reciben las películas, las ven, las eligen, las presentan. ¿Cómo es esto en el detalle?

El comité actual fue convocado por Felipe Aljure desde finales de 2018 para el festival de 2019. Él armó un combo de las personas que él creía, podían hacer parte de ese comité. Nosotros procesamos un volumen enorme de las películas que se inscriben en la plataforma, además de las que llegan por otras fuentes. Arrancamos a recibir material desde septiembre-octubre y eso continúa hasta diciembre, en donde todo el mundo llega con su preselección. Tenemos un tiempo muy corto y muy antipático: estamos en Navidad viendo todas las películas de todos, sacándole tiempo al buñuelo y a la natilla y a la carta al niño Dios para vernos cada uno la preselección del otro, y a principios de enero hacemos un comité de deliberación donde todos hemos visto todas las películas. Así es que comenzamos a armar las selecciones. Es una votación muy sencilla y muy directa, una conversación muy abierta de un comité que ya es un equipo sólido, ya sabemos un poco a quién le va a gustar qué y dónde van a estar las peleas, amables todas y con mucha discusión. Es el momento más íntimo del festival y el más potente porque de ahí sale la selección. Nos esforzamos para que la calidad logre romper esas barreras de prejuicios. Termina siendo un grupo de películas con contenidos muy anchos, como con una visión totalmente universal y global, con nuestro énfasis claro en Iberoamérica y, obviamente, en Colombia porque somos la plataforma de lanzamiento colombiana más antigua.

¿Y durante el festival?

Durante el festival los miembros del comité acompañan las proyecciones presentando la película y, al final, la idea es que siempre haya un coloquio, un conversatorio. Hacemos un esfuerzo grande para que las películas estén acompañadas de sus realizadores, directores, etc. Eso al final se agradece mucho porque hay un foro donde la gente comparte sus impresiones, hace sus críticas, dice lo que le gustó, pregunta.

Voy a devolverme un poco para insistirle con algo que acaba de mencionar: dice que no son cambios porque Rodríguez, Aljure y Ordosgoitia no se irán del festival, pero ¿cuáles son entonces las razones de estos ajustes? ¿Por qué pasa usted a dirigir?

La explicación la tendrían que dar ellos con más precisión, pero yo desde este presente te puedo decir que el origen es la tranquilidad de ellos. De saber que es una transición que le dará continuidad a la política ya marcada, tanto en la parte artística como en la parte de producción y administración. Ellos han hecho esfuerzos impresionantes, así que se merecen todo el crédito. Por el lado de Lina, fueron 16 años de trabajo continuado en donde tuvo que pasar por los gloriosos y los dolorosos. Te cuento una anécdota: Felipe Aljure, desde el primer año, dijo “yo vengo aquí solo por esta edición” y mira, fueron cinco. De todas formas, los directores artísticos son aves de paso en el sentido de que son personas que pertenecen al gremio. Insisto en que no hay crisis, no hay fracturas, no hay cataclismo. Esta es una rama que le sale a un árbol que está muy enraizado y no habrá cambios, por lo menos no en esencia. Claro, habrá un nuevo un director artístico, pero vendrá a seguir la línea que ya está en la hoja, en el mapa de ruta.

¿Fue una decisión de ellos? Me refiero a Rodríguez, Aljure y Ordosgoitia...

Sí, la decisión fue de ellos. Habiendo pasado por los bautizos de fuego por los que pasó el festival en estos años difíciles (la pandemia fue un golpe durísimo), tienen todo el reconocimiento. Es que resucitaron a un muerto en el sentido de que la suspensión nos dejó muy, muy, muy lesionados, entonces una vez vieron que había un futuro posible, se sintieron tranquilos para delegar las funciones directivas. Y bueno, de alguna manera la Asamblea y la Junta vieron que en mí había una posibilidad de que eso se garantizara, de que hubiese continuidad. Vamos a seguir cuidando el festival para que crezca, para que se fortalezca, para que sea más sostenible, para que siga siendo el faro en el Caribe de la cultura cinematográfica. Lina, Felipe y Lorena pasan de una silla a la otra. Es decir, siguen teniendo incidencia sobre las decisiones que vienen.

Muchos creerán que como Aljure se va de la dirección artística, el festival volverá a la competencia, por ejemplo, ¿qué les diría?

Que siempre he estado totalmente de acuerdo con las decisiones de Felipe. De hecho, por eso nos convocó en ese primer año y nos indicó la creación de un festival producto de su propuesta artística, obviamente, pero construido en el colectivo de las conversaciones con Lina, con Lorena, con nosotros en el comité. Este es un trabajo en conjunto en su mayor expresión. No hay islas. Todas son ecuaciones que dependen de muchas variables en las que debemos encontrarnos. La propuesta de que no haya competencia, de que las secciones tengan los nombres que ya tienen, de que tengamos muestras indígenas y afros, de que haya tributos. Todo esto se mantendrá.

En esencia, no hay cambios, pero supongo que tiene anhelos, que sueña con asuntos que, desde la dirección, podría llevar a cabo con un poco de más incidencia...

Mencionaría un sueño que teníamos con Felipe Aljure. Hay una mano levantada del gremio cartagenero que dice: el festival no nos representa y no nos atiende. Desde 2019 los quisimos escuchar para que tuviesen voz, voto y presencia. Ese es un trabajo que hemos hecho, pero queremos mejorarlo. De todas formas, ya hemos hecho avances importantes: la muestra de india, que solo tiene que ver con productos locales; cine en los barrios; un día de la agenda académica dedicado a la ciudad. Mi sueño es que Cartagena, en su gremio audiovisual y en su periferia, sienta que el festival le pertenece. Concluyo diciéndote que mi mayor sueño es continuar formando un equipo sólido, así estemos cambiando de roles. Es solo eso. Esto no ha sido fácil nunca. Tal vez ha sido menos difícil algunas veces, pero eso es todo. Así que seguimos.

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Laura Camila Arévalo Domínguez

Por Laura Camila Arévalo Domínguez

Periodista en el Magazín Cultural de El Espectador desde 2018 y editora de la sección desde 2023. Autora de "El refugio de los tocados", el pódcast de literatura de este periódico.@lauracamilaadlarevalo@elespectador.com

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