Alvaro Barrios: “Soy un profeta”, La multiplicación de los cuadros
La multiplicación de los cuadros es la exposición reciente del artista, una muestra en donde utiliza de referente el milagro de Jesús cuando tomó cinco panes y dos pescados, los multiplicó y se los dio a sus discípulos para dar de comer a cinco mil personas.
María Elvira Ardila
Cuando le pregunto el por qué, el artista me responde riendo porque “soy un profeta”. Etimológicamente el término de profeta nos remite a un intermediario, un mensajero o un portavoz, entre la divinidad y la humanidad, el ser que profetiza algo que va a pasar. No hay que olvidar que Barrios es un artista médium y canalizador de espíritus, que muchas veces lo han guiado en su obra. Es conocedor del Tarot y la editorial Taschen publicó uno de los Arcanos realizado por el artista, La Templanza, un bello ángel que aparece en la edición del libro dedicado al Tarot.
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Cuando le pregunto el por qué, el artista me responde riendo porque “soy un profeta”. Etimológicamente el término de profeta nos remite a un intermediario, un mensajero o un portavoz, entre la divinidad y la humanidad, el ser que profetiza algo que va a pasar. No hay que olvidar que Barrios es un artista médium y canalizador de espíritus, que muchas veces lo han guiado en su obra. Es conocedor del Tarot y la editorial Taschen publicó uno de los Arcanos realizado por el artista, La Templanza, un bello ángel que aparece en la edición del libro dedicado al Tarot.
Al pensar en Barrios como un profeta, siento que es uno de los artistas que nadó como pez en el agua, entre la frontera de lo moderno y lo contemporáneo, un creador que guio como maestro a una generación, para entrar sin miedos en las nuevas dinámicas que exige el arte. Barrios está por encima del bien y del mal, no es una vaca sagrada que se ha quedado en un solo estilo, ni inflando su obra, sino que ha explorado diferentes ideas, técnicas, soportes y prácticas para realizarla.
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Para esta exposición tomó una de las pinturas que había presentado en su retrospectiva La leyenda del sueño y la intervino, se trata de una pintura de 9 metros, titulada La multiplicación de los cuadros. La escena de la pintura supone un naufragio, y aparecen unos hombres en lanchas y otros nadando rescatando las pinturas de diecisiete artistas reconocidos como: Pablo Picasso, Robert Indiana, Jackson Pollock, Keith Haring, Beatriz González, e incluye en esta nueva versión el Colombia de Antonio Caro. Barrios saca del naufragio el Colombia y lo reproduce, en una instalación de dieciséis pinturas, será que con este gesto hace alusión a los artistas que han muerto y su legado alcanza precios exorbitantes, o aludiendo al título será que nuestro país ha estado fragmentándose y sólo vemos los espejismos de esa multiplicación, pues el Colombia se lee al revés.
Con la exposición surgen preguntas y reflexiones por qué las pinturas naufragaron y por qué Barrios seleccionó estos artistas. La mayoría de las obras que aparecen son apreciadas por el artista. Por otro lado, en toda su obra, Barrios nos invita a reflexionar en torno a las imágenes y aquí es evidente la catástrofe, el hundimiento de la modernidad, lo tangible se ha vuelto líquido, igual y reproducible como los panes y los peces. En la exposición también aparece una frase capciosa del artista Richard Prince, un creador muy cuestionado, ya que ha tomado fotos de personas desconocidas, las ha intervenido y vendido en miles de dólares. Al igual, en la muestra está una bandera con el Colombia de Caro intervenido por cuatro rayos y estrellas a sus lados, que se puede asociar con el museo que Richard Prince realizó y que lo atravesó un rayo y lo quemó.
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Barrios posee una fascinación por las ideas y estrategias utilizadas por Marcel Duchamp, un amor que siempre perdurará. Y la multiplicación puede ser similar a la Fuente, una ingeniosa idea que pueden pasar desapercibida, ya que Duchamp codificó intencionalmente sus ideas. Hay que anotar, que anteriormente el artista realizó los Sueños con Marcel Duchamp, hizo un autorretrato como Marcel Duchamp, como Rrose Sélavi, como L. H. O.O. Q, fotografía que fue la primera adquisición del artista por el MOMA de Nueva York. En 1983 realiza La Oración en el Museo, un performance en el que como un peregrino viaja al Museo de Arte de Filadelfia donde se encuentran una colección de Marcel Duchamp y frente al Botellero se arrodilla como su discípulo.
Barrios no solo es un profeta, es uno de los grandes dibujantes latinoamericanos y posee la erudición de un historiador del arte y fue capaz de proponerle a Marta Traba a finales de los 60 realizar la primera exposición de instalaciones en Colombia: Espacios Ambientales llevada a cabo en el Museo de Arte Moderno de Bogotá donde presentó: Meteorito que consistía en una gran esfera realizada a partir de tiras cómicas y contenía una serie de sillas con una instalación de bombillos rojos, en un momento que aún, en nuestro país se cuestionaba sí Picasso era un artista.
Su serie Mares lo sitúa entre los mejores conceptualistas del arte contemporáneo, instalaciones realizadas a partir de serigrafías cuadradas que se cuelgan en una cuerda a ras del techo, dando la sensación que el mar se mece y se fusiona con el cielo. El primero lo presentó en la VII Bienal de París, cada hoja era un pedazo del mar y contenía las coordenadas de la delimitación del mar. En el Mar de Cristóbal Colón aparecen las hojas de color azul por un lado y por el envés son de color rojo. El primero representa el mar por el que navegó Cristóbal Colón con la idea de hallar otras tierras y con el imaginario de ampliar los territorios españoles, explotar el nuevo mundo e imponer un pensamiento monoteísta frente a las cosmogonías de los nativos. El lado rojo simboliza los cientos de muertes que llevó el Almirante a cuestas de regreso a España. No cabe duda, que esta instalación es una de las obras icónicas del arte político en nuestro país.
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También fue uno de los socios de la Galería Alvaro Barrios en Barranquilla, que funcionó frente al Hotel El Prado en los años 70. Espacio donde se expuso el arte conceptual de la Costa caribe como la Alacena con zapatos del Grupo El Sindicato, obra que recibió el primer premio para un colectivo en el Salón de Artistas de 1978.
La Multiplicación de los cuadros, lleva a Barrios a multiplicar su obra para los lectores de El Espectador, La libertad guiando al pueblo, reinterpreta la famosa pintura de Eugène Delacroix, en esta versión aparecen algunos personajes que nos recuerdan los grabados militantes de Clemencia Lucena, los personajes ondean la bandera con el Colombia de Caro, la Libertad los dirige y caminan en un lecho de rosas rojas. Hay que subrayar que, en 1972, Barrios concibe los Grabados populares que cambian la idea tradicional del grabado en su concepción y realización, estos nacen a partir de la publicación de un encargo publicitario de una marca de café.
Barrios realizó los dibujos a lápiz, pero las pruebas que se realizaban anteriormente en los periódicos perdían la calidad y los detalles del dibujo. Sin embargo, el resultado le gustó y pensó que los dibujos no debían ir con su firma y si la empresa quería que firmara el anuncio debía costar mucho más. La impresión salió bien y del resultado y su disertación con la firma nacieron los Grabados populares. Barrios logra expandir el término de grabado y llevarlo a otros públicos.
Para aquellos que deseen iniciar o continuar una colección el MOMA adquirió su serie de Grabados populares en el 2005. El primer año de su publicación no tiene valor comercial, pero después de firmado y pasado un año su valor comercial se podría duplicar. Alvaro Barrios firmará los grabados el sábado 25 de octubre, en la Galería El Museo. Calle 80 N. 11-42 de 3 a 5 p.m.