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A pocas horas del estreno mundial en el Festival de Cannes de la película Amparo, Simón Mesa Soto y Sandra Melissa Torres comenzaron las actividades de prensa en avanzada. Los nervios y las emociones salieron a cuentagotas, pero allí estuvieron y no es para menos: se trataba de un estreno por partida doble: el de Mesa Soto con un largometraje y el debut en la actuación de Torres.
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Seleccionada para el programa de la Semaine de la Critique, Amparo cuenta la historia de una madre soltera dispuesta a todo para salvar a su hijo del servicio militar. Desarrollada en la Medellín de los años 90, el filme refleja las corruptelas en el Ejército, el machismo endémico y sistemático, los ramalazos del conflicto armado, así como la indefensión, pero también el coraje de una mujer sola que intenta sacar adelante a sus hijos.
“Amparo y yo somos dos polos opuestos”, cuenta la actriz Sandra Melissa Torres. “Ella es muy seria y centrada, yo soy más extravertida, más en las risas”. Durante el rodaje, paulatinamente, la sensación de vértigo fue disminuyendo. Parece fácil, pero no lo es, puesto que ella es el rostro y el motor de la historia escrita por Mesa Soto.
En la vida real, Sandra está casada, tiene dos hijos y es vendedora en un almacén de eléctricos residenciales e industriales. “La empresa donde trabajo me ha dado la confianza para participar en la película”, admite, ya que necesitaba tiempo para aprender las herramientas básicas de la actuación. El director reconoció en Sandra la mirada y la expresividad de su madre cuando era joven. Sin dudas, dio con la Amparo perfecta. “Tuve gente a mi lado que confió en mí, que supo llevarme, guiarme y sacar eso de mí que no sabía que tenía. Fue algo maravilloso, una experiencia muy bonita”. En el momento de esta conversación Sandra tenía otras preocupaciones, como “no caerme al caminar con tacones”.
Después de la experiencia de la filmación de Amparo, llegaron al Festival de Cannes. Para Simón, esta es su tercera vez en la Riviera francesa, donde fue premiado con la Palme d’Or por su cortometraje Leidi, en 2014. El hecho de que su primer largometraje haya llamado la atención del festival lo considera una oportunidad única para darle mayor visibilidad a la película, además de abrir la posibilidad de que se venda a otros mercados. “El Festival de Cannes tiene una relevancia muy grande, así que nos alegra mucho”, afirma el director medellinense.
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Sin embargo, llegar hasta Cannes no fue fácil. “Francia cataloga a los países por color y Colombia es rojo, lo que quiere decir que estamos graves con la pandemia”, explica Mesa Soto. “Tuvimos que luchar para obtener una especie de salvoconducto y así poder viajar, luego hicimos una cuarentena de diez días antes del festival”.
Sandra y Simón no estuvieron solos en Cannes; los acompañó parte del equipo, como el productor y director de fotografía Juan Sarmiento, el compositor Benedikt Schiefer, así como la coordinadora de producción Juliana Zuluaga, el productor Manuel Ruiz y los co-productores de Flare Film (Alemania) y de Momento Films (Suecia).
El domingo, cuando se realizó esta entrevista, Simón y Sandra estaban comenzando con las jornadas de entrevistas. “Apenas ahora estamos cumpliendo con nuestras responsabilidades”, explica el director. “El hecho de estar aquí ya es muy emocionante: la gente, la playa, el sol, el calor impresionante y todas las atenciones”.
Hasta llegar al estreno en la Semana de la Crítica transcurrieron cinco años. Aunque Amparo posee muchos elementos de la vida de Simón Mesa Soto, él dice que no se puede considerar autobiográfica. “La historia partió del interés de hacer algo basándome en las experiencias con mi madre, en la relación madre e hijo”. “Hay muchos momentos, sobre todo en la intimidad, en la cotidianidad, que son cositas guardadas que van saliendo y encajan en la historia”, describe el director y guionista, quien también hizo una reconstrucción de la Medellín de los años 90. “Crecí en esa época, fue mi adolescencia, y muchas situaciones eran bastante cercanas. Había otras cosas específicas, como lo del ejército, por lo que tuve que hablar con militares y hacer una labor periodística para recopilar información, pero basada mucho en una visión o perspectiva personal de situaciones que me pasaron o que son cercanas”.
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Amparo aborda todo un crisol de males de la sociedad, lo cual invita a que se reflexione sobre la evolución de Colombia en temas como el machismo, la violencia y la corrupción. “Ha habido cambios. En muchos sentidos puede haber una sensación de mejora, en otros no”, considera el realizador, recordando el malestar social actual, mostrando, asimismo, preocupación hacia la tendencia a normalizar el caos. “Hemos aceptado la corrupción hasta en lo más cotidiano, así como el machismo y la violencia. El conflicto que ha vivido Colombia se ha vuelto parte de un paisaje y aunque no hablamos directamente de guerra, la película aborda cómo esta afecta a una familia de una ciudad como Medellín”.
Puede que un filme influya en las opiniones de las personas, les ayude a ver desde otro punto de vista ciertos aspectos de la vida, de las sociedades donde se desenvuelven y hasta puede que les cambie la vida. A Sandra Melissa Torres esta vez le tocó canjear el puesto de espectadoras por el de actriz. Ante la pregunta de si cree que en ella se produjo un cambio de pensamiento y actitud, no duda en responder afirmativamente, en particular sobre el machismo. La actriz dice que se dio cuenta de lo permisivas que son las mujeres al aceptar todo lo que digan los hombres sin cuestionarlos. “Tenemos el derecho de ser escuchadas y de expresarnos. La verdad es que muchas se callan por el miedo a estar equivocadas”.
Lo más seguro es que varias personas salieron del Teatro Miramar, donde tuvieron lugar las proyecciones de la Semaine de la Critique, con la sensación de que algo se ha movido dentro de ellas. Amparo habrá sido la causa.