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André Gide: Vivir, escribir y morir a contramano

Cuando Gide falleció, el 19 de febrero del año de 1951, cuatro años después de haber recibido el Nobel de literatura, acababa de escribirle un telegrama a François Mauriac para decirle que se podía tranquilizar: el infierno no existía.

Fernando Araújo Vélez
24 de mayo de 2021 - 07:33 p. m.
Gide escribía, jugaba, y solía relacionarse con quienes tuvieran algo que decirle. Su refugio eran los libros, y una vez por semana, comenzaron a ser los “Martes de Mallarmé”, uno de los salones artísticos más conocidos de Francia.
Gide escribía, jugaba, y solía relacionarse con quienes tuvieran algo que decirle. Su refugio eran los libros, y una vez por semana, comenzaron a ser los “Martes de Mallarmé”, uno de los salones artísticos más conocidos de Francia.
Foto: Ilustración: Nátaly Londoño Laura
Fernando Araújo Vélez

Por Fernando Araújo Vélez

De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.Faraujo@elespectador.com

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Melibea(45338)25 de mayo de 2021 - 03:30 p. m.
Que obra podría recomendar de André Cuide.Gracias por su ensayo invita a leer este autor.
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