Gide escribía, jugaba, y solía relacionarse con quienes tuvieran algo que decirle. Su refugio eran los libros, y una vez por semana, comenzaron a ser los “Martes de Mallarmé”, uno de los salones artísticos más conocidos de Francia.
Foto: Ilustración: Nátaly Londoño Laura
Por Fernando Araújo Vélez
De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.Faraujo@elespectador.com