Andrés Clavijo: “Bogotá es el principal destino turístico de Colombia”
El director del Instituto Distrital de Turismo de Bogotá habló sobre la oferta de la ciudad, además de temas relacionados como la seguridad y la cultura.
Laura Camila Arévalo Domínguez
¿Qué hace el Instituto Distrital de Turismo de Bogotá? ¿Cuál es su principal función?
Es la autoridad de turismo de la ciudad, la que se encarga de dirigir las políticas públicas con respecto a estos temas. Tiene tres grandes líneas misionales de trabajo: desarrollo y competitividad, que en términos más turísticos se encarga de la gestión del destino: trabajar con todos los empresarios, monitorear la calidad de los servicios y los temas de cultura y responsabilidad turística. La otra línea misional tiene que ver con mercadeo y promoción turísticos. Las personas que trabajan allí se encargan de mostrar todo lo que la ciudad tiene para ofrecer a los diferentes destinos nacionales e internacionales y motivar a que los visitantes y turistas lleguen a la ciudad. También tenemos a Fondetur, que es un fondo para entregar estímulos e incentivos directamente a los empresarios de la cadena de valor del turismo.
Dicen ustedes que están afiliados a la Organización Mundial de Turismo (OMT), ¿qué es?
Es la organización rectora del turismo a nivel mundial, adscrita a la Organización de las Naciones Unidas. Allí se dan líneas teóricas de cómo se debe manejar este tema. Son muy fuertes en turismo sostenible, por ejemplo. Todas las tendencias a nivel mundial se trabajan desde la OMT y son ellos quienes dan esos lineamientos a todos los países miembros. Nosotros como país lo somos, pero el Instituto Distrital de Turismo de Bogotá está afiliado. Eso nos abre la posibilidad de tener acceso a documentación privilegiada, de primera mano, a tener acceso a conferencistas, etc.
¿Cómo llegó a liderar el Instituto? Hablemos de usted y su experiencia…
Soy cucuteño, pero llevo más de 15 años viviendo en Bogotá. Estudié en Medellín y soy politólogo. Hice una especialización en opinión pública y marketing político, tengo algunos estudios en temas de paz y trabajé en el sector hace un tiempo en el Viceministerio de Turismo. Fui gestor regional de competitividad turística y ahí me convertí en los ojos, oídos y las manos del viceministro del momento en las regiones. Tenía a cargo seis departamentos. Eso lo hice durante casi dos años, luego me fui a trabajar al Ministerio del Interior en asuntos electorales y de paz. Con la administración de la alcaldesa Claudia López, ayudé en el empalme de la entidad y, después de un tiempo, entré como subdirector. En ese momento la subdirección se llamaba Gestión del destino, ahora por una reestructuración es la Subdirección de desarrollo y competitividad. Estuve ahí dos años y medio y ya llevo casi un año como director en el Instituto.
Además de ser la capital del país, ¿cuáles son los valores turísticos más atractivos de Bogotá? ¿Por qué elegirla?
Me atrevería a decir que a Bogotá solo le falta el mar para tener una oferta turística completa. En naturaleza tenemos unos atractivos increíbles. Tenemos los cerros orientales, todo el complejo de humedales y nuestro Jardín Botánico, uno de los más importantes de América Latina. El 75 % del territorio bogotano es rural y muchos de los atractivos que están allí se pueden disfrutar sin tener que salir del perímetro urbano de la ciudad para visitarlo. No hay que ir a ningún pueblo, todo lo encontramos en Bogotá, a una hora, hora y media máximo, del centro de la ciudad, así que en naturaleza tenemos esa ventaja sobre otros destinos. Ni hablar del sector de la cultura. Hace algunos años se reconocía a nivel internacional que Bogotá era como la Atenas Suramericana, obviamente un poco pretensioso en su momento, pero eso habla de la oferta cultural. Los museos de la capital no tienen comparación con los de ninguna otra ciudad del país, además de que compiten a nivel internacional con grandes exposiciones que se hacen en diferentes temáticas. Tenemos los parques de diversiones, que son de muy alto nivel en Colombia y que están empezando a tener relevancia en todo el mundo, sobre todo en América Latina. Por estas y muchas razones somos el principal destino turístico de Colombia, el que más visitantes y turistas recibe en el país y una de las ciudades que cada vez se proyecta como un destino muy deseado.
¿Cuál es el porcentaje de turistas que llegan a la ciudad?
A 2022 recibimos aproximadamente nueve millones de visitantes y turistas, de los cuales casi millón y medio fueron extranjeros. Eso representa casi la tercera parte de los turistas que llegaron a Colombia, un dato que no es menor teniendo en cuenta que muchas ciudades tienen conectividad internacional como Medellín, Cali, Barranquilla, San Andrés, Cartagena, etc. Como lo dijiste, además de que Bogotá es atractiva para el turismo, es la capital del país. Hay algunos trámites que todavía se hacen exclusivamente en esta ciudad y esto también se traduce en muchos visitantes que son considerados turistas porque permanecen en la ciudad más de un día y utilizan los servicios que tiene la ciudad para ofrecer.
¿De qué lugares llegan las personas a las que les interesa Bogotá?
A nivel internacional, de Estados Unidos son casi el 20% de los visitantes que recibimos. Con México hubo un incremento casi del 10% de las visitas internacionales. También está Ecuador, España y Perú, que están sobre el 5%. Brasil, Chile y Argentina están entre el 3 y el 4%. De Panamá también recibimos muchos turistas. A nivel nacional está Villavicencio y los demás municipios de Cundinamarca. De Boyacá recibimos muchas visitas y, por la conectividad aérea, llegan muchas personas de Medellín, Barranquilla y de Cali, que son las ciudades con las que Bogotá está más conectada de manera aérea y terrestre.
Los residentes de la ciudad también se han convertido en turistas, pero se concentran en el Centro Histórico...
Sí, así es, aunque uno se lleva sorpresas: hay muchos bogotanos que ni siquiera conocen el centro histórico de la capital. Precisamente, eso es lo que hemos trabajado durante estos años: diversificar la oferta turística. La pandemia nos permitió eso: cuando se empezó a abrir gradualmente toda la oferta, se reforzó el término de turismo local, que no es muy aceptado por algunos teóricos, pero es una realidad. En ciudades tan grandes como Bogotá hay personas que nunca han salido de su localidad por diferentes razones, así que moverse de un extremo a otro de la ciudad genera una experiencia en la cual conocen otros atractivos.
Hace poco la secretaria de Cultura de Bogotá, Catalina Valencia, le dijo a este medio que, a pesar de la percepción de inseguridad, los bogotanos estaban asistiendo a los eventos culturales, ¿cómo ve esto en términos de turismo?
Eso no se puede esconder. Esa realidad no solamente la vive Bogotá, sino grandes ciudades como Ciudad de México, Buenos Aires, Nueva York, etc. Son lugares que, al tener tantos habitantes, enfrentan la inseguridad como un factor con desafíos mayores. Pero lo que dijo la secretaria es cierto: en Bogotá puede haber dos o tres conciertos de alto nivel y las personas asisten y los disfrutan. Nosotros tenemos una línea de seguridad turística y, claro, institucionalmente no es mucho lo que podemos hacer, pero trabajamos articuladamente con la Policía, la Secretaría de Seguridad y con los empresarios para compartir información, permitir el acceso a cámaras e intentar darle un control mayor al problema. También creo que nada genera más seguridad que apropiarse de los espacios: si alguien tiene bicicleta y tiene miedo de usarla en la ciudad, al salir y darse cuenta de que muchas más personas están usando la ciclorruta, la percepción de seguridad cambia.
Hablemos de la cultura y el turismo, de porqué el turismo no solamente es una actividad recreativa, sino también enriquecedora en estos términos…
Cada vez que uno conoce un nuevo destino, la vida le cambia. Gracias al desarrollo turístico, localidades como Ciudad Bolívar ahora tienen facilidades y ofertas para ser visitadas. Todo lo que hemos hecho en torno a la rehabilitación urbana del Transmicable, y las demás acciones que se han realizado, motivan a las personas para que conozcan otras realidades. Imagínate toda la cultura que uno puede intercambiar en una ciudad de 10 millones de habitantes.
¿Qué hace el Instituto Distrital de Turismo de Bogotá? ¿Cuál es su principal función?
Es la autoridad de turismo de la ciudad, la que se encarga de dirigir las políticas públicas con respecto a estos temas. Tiene tres grandes líneas misionales de trabajo: desarrollo y competitividad, que en términos más turísticos se encarga de la gestión del destino: trabajar con todos los empresarios, monitorear la calidad de los servicios y los temas de cultura y responsabilidad turística. La otra línea misional tiene que ver con mercadeo y promoción turísticos. Las personas que trabajan allí se encargan de mostrar todo lo que la ciudad tiene para ofrecer a los diferentes destinos nacionales e internacionales y motivar a que los visitantes y turistas lleguen a la ciudad. También tenemos a Fondetur, que es un fondo para entregar estímulos e incentivos directamente a los empresarios de la cadena de valor del turismo.
Dicen ustedes que están afiliados a la Organización Mundial de Turismo (OMT), ¿qué es?
Es la organización rectora del turismo a nivel mundial, adscrita a la Organización de las Naciones Unidas. Allí se dan líneas teóricas de cómo se debe manejar este tema. Son muy fuertes en turismo sostenible, por ejemplo. Todas las tendencias a nivel mundial se trabajan desde la OMT y son ellos quienes dan esos lineamientos a todos los países miembros. Nosotros como país lo somos, pero el Instituto Distrital de Turismo de Bogotá está afiliado. Eso nos abre la posibilidad de tener acceso a documentación privilegiada, de primera mano, a tener acceso a conferencistas, etc.
¿Cómo llegó a liderar el Instituto? Hablemos de usted y su experiencia…
Soy cucuteño, pero llevo más de 15 años viviendo en Bogotá. Estudié en Medellín y soy politólogo. Hice una especialización en opinión pública y marketing político, tengo algunos estudios en temas de paz y trabajé en el sector hace un tiempo en el Viceministerio de Turismo. Fui gestor regional de competitividad turística y ahí me convertí en los ojos, oídos y las manos del viceministro del momento en las regiones. Tenía a cargo seis departamentos. Eso lo hice durante casi dos años, luego me fui a trabajar al Ministerio del Interior en asuntos electorales y de paz. Con la administración de la alcaldesa Claudia López, ayudé en el empalme de la entidad y, después de un tiempo, entré como subdirector. En ese momento la subdirección se llamaba Gestión del destino, ahora por una reestructuración es la Subdirección de desarrollo y competitividad. Estuve ahí dos años y medio y ya llevo casi un año como director en el Instituto.
Además de ser la capital del país, ¿cuáles son los valores turísticos más atractivos de Bogotá? ¿Por qué elegirla?
Me atrevería a decir que a Bogotá solo le falta el mar para tener una oferta turística completa. En naturaleza tenemos unos atractivos increíbles. Tenemos los cerros orientales, todo el complejo de humedales y nuestro Jardín Botánico, uno de los más importantes de América Latina. El 75 % del territorio bogotano es rural y muchos de los atractivos que están allí se pueden disfrutar sin tener que salir del perímetro urbano de la ciudad para visitarlo. No hay que ir a ningún pueblo, todo lo encontramos en Bogotá, a una hora, hora y media máximo, del centro de la ciudad, así que en naturaleza tenemos esa ventaja sobre otros destinos. Ni hablar del sector de la cultura. Hace algunos años se reconocía a nivel internacional que Bogotá era como la Atenas Suramericana, obviamente un poco pretensioso en su momento, pero eso habla de la oferta cultural. Los museos de la capital no tienen comparación con los de ninguna otra ciudad del país, además de que compiten a nivel internacional con grandes exposiciones que se hacen en diferentes temáticas. Tenemos los parques de diversiones, que son de muy alto nivel en Colombia y que están empezando a tener relevancia en todo el mundo, sobre todo en América Latina. Por estas y muchas razones somos el principal destino turístico de Colombia, el que más visitantes y turistas recibe en el país y una de las ciudades que cada vez se proyecta como un destino muy deseado.
¿Cuál es el porcentaje de turistas que llegan a la ciudad?
A 2022 recibimos aproximadamente nueve millones de visitantes y turistas, de los cuales casi millón y medio fueron extranjeros. Eso representa casi la tercera parte de los turistas que llegaron a Colombia, un dato que no es menor teniendo en cuenta que muchas ciudades tienen conectividad internacional como Medellín, Cali, Barranquilla, San Andrés, Cartagena, etc. Como lo dijiste, además de que Bogotá es atractiva para el turismo, es la capital del país. Hay algunos trámites que todavía se hacen exclusivamente en esta ciudad y esto también se traduce en muchos visitantes que son considerados turistas porque permanecen en la ciudad más de un día y utilizan los servicios que tiene la ciudad para ofrecer.
¿De qué lugares llegan las personas a las que les interesa Bogotá?
A nivel internacional, de Estados Unidos son casi el 20% de los visitantes que recibimos. Con México hubo un incremento casi del 10% de las visitas internacionales. También está Ecuador, España y Perú, que están sobre el 5%. Brasil, Chile y Argentina están entre el 3 y el 4%. De Panamá también recibimos muchos turistas. A nivel nacional está Villavicencio y los demás municipios de Cundinamarca. De Boyacá recibimos muchas visitas y, por la conectividad aérea, llegan muchas personas de Medellín, Barranquilla y de Cali, que son las ciudades con las que Bogotá está más conectada de manera aérea y terrestre.
Los residentes de la ciudad también se han convertido en turistas, pero se concentran en el Centro Histórico...
Sí, así es, aunque uno se lleva sorpresas: hay muchos bogotanos que ni siquiera conocen el centro histórico de la capital. Precisamente, eso es lo que hemos trabajado durante estos años: diversificar la oferta turística. La pandemia nos permitió eso: cuando se empezó a abrir gradualmente toda la oferta, se reforzó el término de turismo local, que no es muy aceptado por algunos teóricos, pero es una realidad. En ciudades tan grandes como Bogotá hay personas que nunca han salido de su localidad por diferentes razones, así que moverse de un extremo a otro de la ciudad genera una experiencia en la cual conocen otros atractivos.
Hace poco la secretaria de Cultura de Bogotá, Catalina Valencia, le dijo a este medio que, a pesar de la percepción de inseguridad, los bogotanos estaban asistiendo a los eventos culturales, ¿cómo ve esto en términos de turismo?
Eso no se puede esconder. Esa realidad no solamente la vive Bogotá, sino grandes ciudades como Ciudad de México, Buenos Aires, Nueva York, etc. Son lugares que, al tener tantos habitantes, enfrentan la inseguridad como un factor con desafíos mayores. Pero lo que dijo la secretaria es cierto: en Bogotá puede haber dos o tres conciertos de alto nivel y las personas asisten y los disfrutan. Nosotros tenemos una línea de seguridad turística y, claro, institucionalmente no es mucho lo que podemos hacer, pero trabajamos articuladamente con la Policía, la Secretaría de Seguridad y con los empresarios para compartir información, permitir el acceso a cámaras e intentar darle un control mayor al problema. También creo que nada genera más seguridad que apropiarse de los espacios: si alguien tiene bicicleta y tiene miedo de usarla en la ciudad, al salir y darse cuenta de que muchas más personas están usando la ciclorruta, la percepción de seguridad cambia.
Hablemos de la cultura y el turismo, de porqué el turismo no solamente es una actividad recreativa, sino también enriquecedora en estos términos…
Cada vez que uno conoce un nuevo destino, la vida le cambia. Gracias al desarrollo turístico, localidades como Ciudad Bolívar ahora tienen facilidades y ofertas para ser visitadas. Todo lo que hemos hecho en torno a la rehabilitación urbana del Transmicable, y las demás acciones que se han realizado, motivan a las personas para que conozcan otras realidades. Imagínate toda la cultura que uno puede intercambiar en una ciudad de 10 millones de habitantes.