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Ann Radcliffe nació en Holborn, Londres, el 9 de julio de 1764 y murió el 7 de febrero de 1823. Fue una mujer arriesgada en su época, se aventuró por el mundo de la escritura, pero no con temas románticos sino por novelas gótica de terror. Tenía una amplia imaginación y es considerada una de las pioneras de ese tipo de narración.
Radcliffe es hija de un comerciante y su verdadero nombre es Ann Ward. En su infancia estuvo entre los negocios de su padre, la lectura y su pasión por la escritura. En 1788 contrajo matrimonio con William Radcliffe, editor del English Chronicle, periódico de la ciudad de Bath. La pareja no tuvo hijos, pero la autora tuvo el apoyo de su esposo, quien la impulsó a escribir.
En 1789, publicó una de sus primeras obras, ‘The Castles of Athlin and Dunbayne’, que no tuvo mucha acogida por la crítica y el público. La novela cuenta la historia de dos familias que pertenecen a los castillos de Athlin y Dunbayne. Todo se inicia con la muerte del viejo y noble conde de Athlin durante una emboscada a manos de Malcom, el barón de Dunbayne, un hombre orgulloso, opresivo y vengativo. Entonces, la viuda Matilda se asusta y decide criar a sus hijos en el seno de su pueblo y familia. Al crecer deciden regresar y tomar acciones.
En esa obra la autora fijó el tono de sus siguientes producciones, en las que aparece una joven heroica, el misterio, secretos, un mundo oscuro y lleno de hechos terribles. Ella definía sus libros como un romance y retrató a sus personajes femeninos, permitiéndoles dominar y superar a los villanos y héroes masculinos típicamente poderosos, creando nuevos roles para las mujeres en la literatura. Sus escritos fueron muy populares en la clase alta y media alta, en especial por las mujeres más jóvenes, que se sentían identificadas con las heroínas de sus novelas.
La escritora permaneció durante 26 años aislada y con el dinero que ganó producto de su trabajo viajó junto a su esposo y su perro, Chance. En algún momento se rumoró que estaba loca como resultado de sus anecdóticas y terroríficas historias.
Su solitaria vida se hizo más notable después de su muerte, ya que encontraron un escrito, que fue publicado al fallecer, titulado ‘Lo sobrenatural en la poesía’, en el que detalla la sensación de terror que plasmó en sus escritos y define el terror como un objetivo para estimular a los lectores por medio de la imaginación y los males percibidos.
Se caracterizó por incluir elementos sobrenaturales, pero al final de sus obras les daba una explicación lógica a sus seguidores. Esa forma de narración condujo sus creaciones al suspenso. Además, fue reconocida como anticatólica, especialmente por ‘El italiano’, escrita en 1797, novela gótica que tiene un tono oscuro, misterioso y sombrío que se centra en los temas del amor, devoción y persecución durante la Santa Inquisición.
Las descripciones de paisajes y lugares que hacía en sus anécdotas fueron influenciadas por los pintores Claude Lorrain y Salvator Rosa.En su libro ‘Los misterios de Udolph’ se puede ver su admiración por los artistas.
Ann Radcliffe tuvo gran influencia en autores como Matthew Lewis (1775-1818) y el marqués de Sade (1740-1814).También están Harriet Lee y Catherine Cuthbertson, Jane Austen, Edgar Allan Poe (1809-1849), considerado el inventor del género de ficción de detectives y en Sir Walter Scott (1771-1832).
Murió el 7 de febrero de 1823 de insuficiencia respiratoria, probablemente derivada de una neumonía. En 1826, apareció una reflexión de sí misma y de su trabajo que fue publicado. Es de destacar que en total publicó cinco libros: ‘Los castillos de Athlin y Dunbayne’ (1789), ‘Un romance siciliano’ (1790), ‘El romance del bosque’ (1791), ‘Los misterios de Udolpho’ (1794), ‘El italiano’ (1797).
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