Anna Ajmátova, una de las poetas rusas más reconocidas en Occidente, nacida en 1889 y fallecida en 1965.
Habrá tenido que reprimir sus deseos de escupir a aquel hombre en uniforme y sus infinitas ganas de decirle que no, que no y mil veces que no a cada una de sus propuestas, y habrá tenido que morderse los labios para no insultarlo, y a través de sus insultos, pisotear el nombre de Iosef Stalin, y su imagen y su pasado y lo que le quedara de futuro. Habrá tenido, en fin, que vencer sus pulsiones para escuchar a aquel alto emisario del régimen soviético y decirle, en voz muy baja, que al día siguiente le daría una respuesta.
Por Fernando Araújo Vélez
De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.Faraujo@elespectador.com