Antes de ser reconocida, Ana Blandiana fue prohibida
A propósito del anuncio de la poeta rumana como la ganadora del Premio princesa de Asturias, recogemos su trayectoria como escritora, activista y rebelde del régimen comunista en la Europa del siglo XX.
El pasado 23 de mayo se anunció que Ana Blandiana fue galardonada con el Premio princesa de Asturias de las letras 2024. Este galardón se le entregó por la trayectoria literaria de la autora, que tiene mucho que ver con la historia de resistencia social y política de la segunda mitad del siglo XX en Rumanía. Sus libros se tradujeron a más de veinte idiomas y según varios medios y portales culturales, fue candidata al Premio Nobel en una ocasión.
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El pasado 23 de mayo se anunció que Ana Blandiana fue galardonada con el Premio princesa de Asturias de las letras 2024. Este galardón se le entregó por la trayectoria literaria de la autora, que tiene mucho que ver con la historia de resistencia social y política de la segunda mitad del siglo XX en Rumanía. Sus libros se tradujeron a más de veinte idiomas y según varios medios y portales culturales, fue candidata al Premio Nobel en una ocasión.
Orígenes y primeros pasos
Otilia Valeria Coman, mejor conocida como Ana Blandiana, nació en Timișoara, en 1942. Es una escritora de poemas, cuentos, ensayos y novelas, pero su principal causa literaria es la poesía. Su contexto familiar estuvo marcado por su padre, quien fue un comandante militar que participó en la liberación del norte de Transilvania, Hungría y Checoslovaquia durante la Segunda Guerra Mundial. Luego se hizo sacerdote ortodoxo, hasta que fue apresado bajo la acusación de ser enemigo del Estado. Quizás desde este momento, en Blandiana se empezó a tejer un sentimiento de resistencia y oposición frente a los regímenes que presenció.
A sus 17 años publicó su primer poema Originalidad, que fue prohibido por el gobierno de Nicolae Ceaușescu bajo la excusa de ser “la hija de un enemigo del pueblo”. Cabe aclarar que, entre 1965 y 1989, Ceaușescu fue el máximo dirigente en la república socialista de Rumanía, lo que significó un periodo marcado por el nacionalismo extremo, el deterioro de las relaciones internacionales y la censura a todo aquel que no estuviera de acuerdo con las ideas que promulgaba la dictadura.
Censura y resistencia bajo el régimen de Ceaușescu
Durante los años de Ceaușescu al mando del país, Blandiana tuvo un reconocimiento particular por su poesía anticomunista en los inicios de su camino como escritora, esta apuesta literaria en contra de la cruda realidad de la dictadura demostró una rebeldía en sus letras, lo que la obligó a recluirse dentro de su propio país: durante años vivió escondida y vigilada.
Se dedicó a escribir y a explorar su propia concepción de la poesía, según muchos “romántica, contemplativa y visionaria”. Con el tiempo y según algunos de los traductores de su obra, se tornó sencilla e irónica, lo que resultó en textos más “sinceros y concretos”. Blandiana perteneció al neomodernismo, un movimiento artístico que tuvo su auge a mitad de la década de 1960 y buscó revitalizar las ideas y técnicas del modernismo del siglo XX. Desde la poesía, se evidenció una mayor libertad expresiva que rompió con la línea tradicional dentro del contexto estricto de la Unión Soviética, además de explorar la alienación y la sociedad de consumo.
Entre sus primeras obras conocidas, se destacan La primera persona del plural (1964), El talón de Aquiles (1966), El tercer sacramento (1969), Octubre, noviembre, diciembre (1972), El sueño dentro del sueño (1977), El ojo del grillo (1981) y Estrella predadora (1985).
En una entrevista en la que la autora recordó la censura de su obra en Rumanía durante los tiempos de la dictadura, mencionó que sus poemas circularon clandestinamente, fueron copiados a mano y distribuidos entre sus simpatizantes. Contó que, con frecuencia, se encontró durante algún tiempo a personas desconocidas que al verla le señalaron el bolsillo en el pecho, lo cual tuvo un símbolo claro: esas personas llevaban sus poemas en los bolsillos, posiblemente transcritos a mano.
La censura a la obra de la escritora tuvo un nuevo capítulo con El todo, un poema que criticó directamente a la dictadura, además, marcó un espacio aparte que sirvió para ilustrar la obra de Blandiana desde su perspectiva de resistencia y oposición. En esta propuesta se distanció un poco del uso de metáforas o de mundos metafísicos. La descripción de la vida en Rumanía fue muy clara. Actualmente, y a partir de la lectura de estos versos, es posible reconstruir ese contexto histórico.
El título original es Totul, que se relacionó con una mención recurrente del lema en los discursos de Ceauşescu. En un fragmento del poema mencionó:
“a veces tranvías, colas para la harina
catarinas, botellas vacías, discursos”.
Compromiso político y social
Para 1982 se convirtió en la escritora más joven en recibir el Premio Gottfried Herder de la Universidad de Viena. En ese mismo año se publicó Proyectos del pasado, una obra ampliamente traducida que, a manera de crónica, contó la historia de Rumanía en la segunda mitad del siglo XX, acompañada de una reflexión sobre el totalitarismo.
En 1989 se desataron una serie de eventos transformadores en Rumanía. Se trató de una revolución interna precedida por un levantamiento popular que buscó derrocar el régimen comunista, los hechos se registraron en todo el país con protestas masivas que llevaron a la captura y ejecución de Ceaușescu y su esposa. Este fue el final de décadas de un gobierno totalitarista. Gran parte de las obras que Blandiana escribió en la década de los ochenta vieron la luz tras estos hechos.
Para esta poeta, su propuesta literaria tuvo un gran sentido ético y político. Desde su poesía indagó por la búsqueda de la existencia, el origen primigenio y los límites entre la vida y la muerte. Para muchos seguidores de su obra, el tono de sus versos se ha mantenido sincero y responsable con su contexto, con la realidad que vivió y deja un registro histórico a la memoria. En sus palabras, se dedicó a explorar esa naturaleza escondida para develar el misterio la vida. “La poesía es un instrumento que, dentro de la prosa, la vuelve más profunda, una brecha para llegar a lo hondo”, mencionó la autora en una entrevista realizada por Café Chéjov.
Después de la caída y disolución del régimen comunista, Blandiana lideró la creación de la Alianza Cívica que funcionó entre 1991 y 2001. Fue una organización independiente que tomó la bandera por la lucha democrática y se encargó de concretar la entrada de Rumanía en la Unión Europea. Además, con ayuda del Consejo de Europa, Blandiana creó en 1993, en la ciudad de Sighet, el Memorial de las Víctimas del Comunismo y de la Resistencia, que actualmente funciona como museo, centro de investigación y escuela de verano. Allí se encuentra una célebre frase de la autora: “Mientras la justicia no logre ser una forma de memoria, la memoria en sí misma puede ser una forma de justicia”.
Legado poético y visión metafísica
Blandiana ha sido reconocida con diferentes premios por su contribución a la cultura y su lucha a favor del reconocimiento de los derechos humanos: en 2009 fue nombrada Chévalier de la Légion d’Honneur, la más alta distinción de la República Francesa; en 2016 recibió el Premio Poeta Europeo de la Libertad y en 2017 le entregaron el Griffin Excellence in Poetry Award como reconocimiento a toda su obra.
La poesía de Ana Blandiana es un referente contemporáneo para analizar la historia europea del siglo XX. Decididamente, sus versos mantienen un tono que busca la pureza del sentido y la rigurosidad en la elección de las palabras deja abierta la puerta al mundo de la imaginación. Textos que expresan reflexiones metafísicas que solo existirían por medio de su evocación poética. En sus palabras: “Lo fantástico no se opone a lo real, es solo una representación más llena de significado, finalmente el acto de imaginar es recordar”.