Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Descuentos

                                                                                                    Idiomas

                                                                                                    EE ADS

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Blogs

                                                                                                          Especiales

                                                                                                            Descarga la App

                                                                                                              Edición Impresa

                                                                                                                Suscripción

                                                                                                                  Eventos

                                                                                                                    Foros El Espectador

                                                                                                                      Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                        Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                            Avisos judiciales

                                                                                                                              Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                Contenido Patrocinado
                                                                                                                                02 de octubre de 2021 - 04:00 p. m.

                                                                                                                                Antonio Caballero: el arte de la columna

                                                                                                                                Que difícil resulta escribir sobre un amigo que ha muerto: ¡ah!, el horror de las notas necrológicas. Y resulta aún más difícil cuando se trata de Antonio Caballero, el brillante columnista, incisivo y feroz, que regresó a la placidez de la nada de la muerte.

                                                                                                                                Antonio Caballero vivió largos años en España, país por el que profesaba gran admiración. / Cristian Garavito
                                                                                                                                Foto: Cristian Garavito/ El espectador
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Cuando murió Diego Montaña, Antonio escribió que había muerto “el Enemigo Malo del Establecimiento”. Lo mismo se podría decir de él: precoz traidor de clase, no se arrellanó en la comodidad de unos privilegios heredados sino que se dedicó a estudiar el país que no figura en los medios de comunicación ni en los programas de gobierno; un país que, como el Saturno de Goya, devora a sus propios hijos. Conoció a la clase obrera, desde los sindicalistas de Ecopetrol, hasta los corteros de caña de los ingenios del Valle, pasando por guardianes de prisión, trabajadores de Col puertos, campesinos desplazados, curas guerrilleros, policías de pueblo. Un país que el país no conocía y que Antonio iba mostrando en las páginas de la revista Alternativa.

                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Eso molestó al Establecimiento: que la gente supiera que en Colombia había pobres. Y que los pobres supieran que había una clase política parasitaria que los explotaba. Y en consecuencia las huelgas, y las marchas: las protestas al calor del tropel.

                                                                                                                                Antonio Caballero fue la voz de la segunda mitad del siglo XX en Colombia y parte del XXI. Una voz recia, sin eufemismos, que no buscaba tumbar gobiernos sino crear conciencia. No creo que fuera un pesimista –como se dice con facilidad- sino un desencantado, como esa generación de poetas de los años 70 con quienes compartió páginas en antologías y manifiestos.

                                                                                                                                Le sugerimos: Así nació la ópera prima de un grupo de excombatientes de las Farc

                                                                                                                                Su desencanto no provenía del existencialismo francés sino de su lectura de la realidad. Hay quienes dicen que Antonio desperdició su talento de escritor en la columna semanal; que en vez de escribir literatura se perdió por los vericuetos del artículo de periódico. Yo no lo creo así. Creo más bien que Antonio, gracias a su talento sin límites, logró elevar la columna de prensa a la categoría de obra de arte. Una columna de Antonio –por su musicalidad, por el esqueleto interno que la sostiene, por su cerrada estructura literaria- compite hombro a hombro con una escultura, una pieza de danza o una pintura moderna.

                                                                                                                                Una columna de Antonio Caballero se puede leer 30 ó 40 años después y se mantiene fresca. Porque el secreto está en su lenguaje. No importa la anécdota efímera que le dio origen a la columna, es el lenguaje lo que le da universalidad, lo que la mantiene vigente contra el deterioro del tiempo. Y ese lenguaje proviene de sus tempranas lecturas de los clásicos españoles: de Quevedo y Góngora, pero también de Garcilaso y San Juan de la Cruz. Del teatro español. De los modernistas. Es cierto que Antonio fue un lector ecléctico, pero si señalo aquí solo a los poetas españoles –y me faltan las Elegías de Jorge Manrique y las crónicas de Indias y el Diario de Colón, etc.- es porque sabía muy bien que para dominar la columna de prensa –ese toro esquivo- hay que dominar el idioma. Y para dominar el idioma hay que estudiar a fondo a quienes lo inventaron. No se puede escribir en español sin conocer a los poetas del Siglo de Oro que Antonio sabía de memoria. Parece una tontería pero a veces a los periodistas se les olvida que el español es un cuerpo vivo, con sistema nervioso, con hueso y músculo, y no esa cáscara vacía con la que a veces se llenan las páginas de los periódicos.

                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Antonio se molestaba mucho cuando un periodista escribía “el día anterior”, por “el día de ayer”. ¿Anterior a qué?, se preguntaba. Y por el dequeísmo en exceso, y su contrario, el queísmo. Decía también que “una columna, al menos una de lasque yo escribo, está equilibrada y pensada para que una cosa permita concluir la siguiente”.

                                                                                                                                Le puede interesar: SITIO: un experimento de arte al aire libre en el espacio público

                                                                                                                                No dejaba cabo suelto en las columnas. Usaba una sola metáfora que la desarrollaba a lo largo del texto. Una metáfora, no dos, porque la columna queda recargada. Y si se mira bien, Antonio llevó el mecanismo de relojería del cuento, ala columna de opinión.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Elevó la columna a la categoría de arte, dije. Y como prueba de lo que afirmo, busquen en google una titulada Agua caliente, o lean en Paisaje con figuras, El estrangulador filósofo.

                                                                                                                                -Creo que Antonio Caballero, él solo, representa nuestro Siglo de Oro en el periodismo colombiano. Una forma singular y heroica de devolverle a la columna de prensa (y al columnista), un espacio en la historia del arte.

                                                                                                                                Le sugerimos: El Atlantis moderno de Jason deCaires Taylor

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Y ahora que se ha incorporado a los gérmenes de la tierra, que se ha puesto punto final a una de las existencias más fecundas y nobles de su generación, que mereció por igual el respeto de enemigos y admiradores; ahora que el amigo partió hacia ese viaje inevitable y definitivo, y que nos hará falta leerlo los domingos en la mañana, lo lloraremos en silencio, rezando Sin Remedio como una larga letanía de 600 páginas, para preservar su memoria.

                                                                                                                                Y para que descansen sus huesos.

                                                                                                                                Le puede interesar: “Jericó, el infinito vuelo de los días”: un caleidoscopio de la memoria

                                                                                                                                Antonio Caballero vivió largos años en España, país por el que profesaba gran admiración. / Cristian Garavito
                                                                                                                                Foto: Cristian Garavito/ El espectador
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Cuando murió Diego Montaña, Antonio escribió que había muerto “el Enemigo Malo del Establecimiento”. Lo mismo se podría decir de él: precoz traidor de clase, no se arrellanó en la comodidad de unos privilegios heredados sino que se dedicó a estudiar el país que no figura en los medios de comunicación ni en los programas de gobierno; un país que, como el Saturno de Goya, devora a sus propios hijos. Conoció a la clase obrera, desde los sindicalistas de Ecopetrol, hasta los corteros de caña de los ingenios del Valle, pasando por guardianes de prisión, trabajadores de Col puertos, campesinos desplazados, curas guerrilleros, policías de pueblo. Un país que el país no conocía y que Antonio iba mostrando en las páginas de la revista Alternativa.

                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Eso molestó al Establecimiento: que la gente supiera que en Colombia había pobres. Y que los pobres supieran que había una clase política parasitaria que los explotaba. Y en consecuencia las huelgas, y las marchas: las protestas al calor del tropel.

                                                                                                                                Antonio Caballero fue la voz de la segunda mitad del siglo XX en Colombia y parte del XXI. Una voz recia, sin eufemismos, que no buscaba tumbar gobiernos sino crear conciencia. No creo que fuera un pesimista –como se dice con facilidad- sino un desencantado, como esa generación de poetas de los años 70 con quienes compartió páginas en antologías y manifiestos.

                                                                                                                                Le sugerimos: Así nació la ópera prima de un grupo de excombatientes de las Farc

                                                                                                                                Su desencanto no provenía del existencialismo francés sino de su lectura de la realidad. Hay quienes dicen que Antonio desperdició su talento de escritor en la columna semanal; que en vez de escribir literatura se perdió por los vericuetos del artículo de periódico. Yo no lo creo así. Creo más bien que Antonio, gracias a su talento sin límites, logró elevar la columna de prensa a la categoría de obra de arte. Una columna de Antonio –por su musicalidad, por el esqueleto interno que la sostiene, por su cerrada estructura literaria- compite hombro a hombro con una escultura, una pieza de danza o una pintura moderna.

                                                                                                                                Una columna de Antonio Caballero se puede leer 30 ó 40 años después y se mantiene fresca. Porque el secreto está en su lenguaje. No importa la anécdota efímera que le dio origen a la columna, es el lenguaje lo que le da universalidad, lo que la mantiene vigente contra el deterioro del tiempo. Y ese lenguaje proviene de sus tempranas lecturas de los clásicos españoles: de Quevedo y Góngora, pero también de Garcilaso y San Juan de la Cruz. Del teatro español. De los modernistas. Es cierto que Antonio fue un lector ecléctico, pero si señalo aquí solo a los poetas españoles –y me faltan las Elegías de Jorge Manrique y las crónicas de Indias y el Diario de Colón, etc.- es porque sabía muy bien que para dominar la columna de prensa –ese toro esquivo- hay que dominar el idioma. Y para dominar el idioma hay que estudiar a fondo a quienes lo inventaron. No se puede escribir en español sin conocer a los poetas del Siglo de Oro que Antonio sabía de memoria. Parece una tontería pero a veces a los periodistas se les olvida que el español es un cuerpo vivo, con sistema nervioso, con hueso y músculo, y no esa cáscara vacía con la que a veces se llenan las páginas de los periódicos.

                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Antonio se molestaba mucho cuando un periodista escribía “el día anterior”, por “el día de ayer”. ¿Anterior a qué?, se preguntaba. Y por el dequeísmo en exceso, y su contrario, el queísmo. Decía también que “una columna, al menos una de lasque yo escribo, está equilibrada y pensada para que una cosa permita concluir la siguiente”.

                                                                                                                                Le puede interesar: SITIO: un experimento de arte al aire libre en el espacio público

                                                                                                                                No dejaba cabo suelto en las columnas. Usaba una sola metáfora que la desarrollaba a lo largo del texto. Una metáfora, no dos, porque la columna queda recargada. Y si se mira bien, Antonio llevó el mecanismo de relojería del cuento, ala columna de opinión.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Elevó la columna a la categoría de arte, dije. Y como prueba de lo que afirmo, busquen en google una titulada Agua caliente, o lean en Paisaje con figuras, El estrangulador filósofo.

                                                                                                                                -Creo que Antonio Caballero, él solo, representa nuestro Siglo de Oro en el periodismo colombiano. Una forma singular y heroica de devolverle a la columna de prensa (y al columnista), un espacio en la historia del arte.

                                                                                                                                Le sugerimos: El Atlantis moderno de Jason deCaires Taylor

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Y ahora que se ha incorporado a los gérmenes de la tierra, que se ha puesto punto final a una de las existencias más fecundas y nobles de su generación, que mereció por igual el respeto de enemigos y admiradores; ahora que el amigo partió hacia ese viaje inevitable y definitivo, y que nos hará falta leerlo los domingos en la mañana, lo lloraremos en silencio, rezando Sin Remedio como una larga letanía de 600 páginas, para preservar su memoria.

                                                                                                                                Y para que descansen sus huesos.

                                                                                                                                Le puede interesar: “Jericó, el infinito vuelo de los días”: un caleidoscopio de la memoria

                                                                                                                                Ver todas las noticias
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                Aceptar