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Aquí caben muchas artes

Establecer redes latinoamericanas. Pensar. Experimentar. Esas son algunas de las propuestas de Plataforma Bogotá, un lugar gratuito para la difusión del arte, la ciencia y la cultura digital.

Isabella Portilla
07 de agosto de 2011 - 09:00 p. m.
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¿Qué pasa cuando el arte, la ciencia y la tecnología trabajan en común en pro de la creación? Posibles respuestas a esa pregunta originaron un espacio para la investigación y el desarrollo de distintas manifestaciones artísticas, instaurado en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño. Su nombre: Plataforma Bogotá.

Desde este laboratorio interactivo, reconocidos artistas han compartido sus conocimientos con cerca de 3.000 alumnos participantes de diez laboratorios y galerías-museo. Desde allí tanto talleristas como asistentes han tenido acceso al intercambio profesional de diversas áreas del conocimiento.

En sus dos primeros años, desarrollados de manera nómada e itinerante, Plataforma Bogotá logró reunir, por ejemplo, a artistas de destacada trayectoria en cada uno de sus campos. Dos grandes exponentes fueron Fernando Llanos de México, experto en video intervención urbana, quien dio muerte a su alter ego, Videoman en las instalaciones de Lia Lab, y el argentino Jorge Castro, conocedor del videoarte en tiempo real y arte digital.

Desde el 4 de agosto y como regalo en el cumpleaños número 473 de Bogotá, la Fundación Gilberto Alzate Avendaño presenta su propio centro operativo. Se trata de una casa ubicada en el barrio La Candelaria, en la calle 10 Nº 4-28, que fue obtenida gracias al Banco de la República.

Allí, cinco artistas contarán con un espacio propio para trabajar tres líneas de investigación diferentes: Biolab, donde se crearán dispositivos para la manipulación del entorno vital articulando especialidades como la arquitectura, la química, la biología y el arte; Laboratorio social, que pretende asociar ramas multidisciplinares del conocimiento con las del arte para crear prototipos que arrojen variables y menciones en contextos preestablecidos a escala, y Audio y videolab, la creación y reutilización de dispositivos técnicos y teóricos de audio y video que permite crear espacios colaborativos de producción audiovisual con tecnologías tanto de punta como obsoletas.

Para Andrés García La Rota, coordinador de la propuesta, la idea surge con la intención de propiciar un espacio donde se acogen y se forjan obras de tecnología. “Generamos piezas de trabajo que se crean por medio del ensayo y error, el error como ente creativo o como poética propia, porque incluso los artistas desconocen a dónde van a llegar”.

Los proyectos han sido numerosos y diversos: músculos para robots, inserciones de video en espacio público, la activación del alumbrado de las calles, o incluso, la creación de reservas energéticas.

Ese es el caso del mexicano Arcángel Constantiti, pionero en el uso creativo de la red, quien es el encargado del taller Wire wrap, una técnica utilizada en los años 60 para, en sus palabras, “construir prototipos de circuitos electrónicos como computadoras, utilizando químicos no contaminantes y ahorrando recursos energéticos en beneficio del medio ambiente”.

Raúl Marroquín, pionero del videoarte en Colombia, por su parte, dictará un taller para 25 personas denominado Paisajeando. El maestro, que ha desarrollado la mayor parte de su obra en Holanda, pretende “utilizar la práctica del paisaje, pero no de manera tradicional, sino recibiendo la información para su proceso a través de medios virtuales hasta llegar a una posible conclusión”.

Este tipo de experiencias realizadas en el laboratorio constituyen para Marroquín un aprendizaje doble, en el que los bogotanos demuestran su avidez por el conocimiento y por explorar nuevas posibilidades.

Algo similar afirma el artista argentino Carlos Trilnick, para quien este es un encuentro que permite, debido al vigente proceso cultural y tecnológico, “actualizar a los alumnos en temas en los que las universidades o las escuelas de arte no están aún familiarizadas”.

Además, explica Trilnick —cuya obra se caracteriza por la búsqueda expresiva y experimental— que Plataforma Bogotá constituye una especie de permuta artística continental: “Como artistas podemos intercambiar experiencias, en los talleres apreciar la obra de los jóvenes colombianos y como curador independiente puedo, en mi caso, tomar nota de los productos de Colombia para exponerlos en Argentina”.

El maestro rosarino que desarrolla su obra en el videoinstalación, la multimedia y la fotografía, presentará un taller seminario de video y arte digital. El objetivo principal, explica, es “construir una historiografía y reformar una arqueología de los medios digitales, buscar sus antecedentes más antiguos, incluso atrás en la historia, empezando con ciertas experiencias de instalaciones de la época de los egipcios”.

La cuota joven del arte colombiano está representado por los colombianos Hamilton Mestizo y Pilar Santamaría. Mestizo trabaja con fotobiorreactores: elementos que producen energía propia a partir de rayos de sol. Su mérito recae en su procedimiento: recolecta algas de los charcos de la Avenida Jiménez y otros lugares de la ciudad para que a través de la eliminación de contaminantes atmosféricos se vuelvan purificadoras del ambiente.

Además, cuenta Andrés García que Mestizo ha tenido logros tan admirables como los de extraer el virus del cólera para, con su energía, elaborar pilas y baterías.

Por su lado, el trabajo de Pilar Santamaría, bióloga y artista visual, consiste en cultivar la piel de su familia, analizarla bajo conceptos naturalistas y llevar ese análisis a la propuesta fotográfica.

Este repertorio de artistas estará en la nueva sede de Plataforma Bogotá comunicando sus conocimientos hasta mediados de septiembre. Todos los talleres son gratuitos y la forma de acceder a ellos es mediante la página web de la Fundación Alzate Avendaño: http://www.fgaa.gov.co/ y en el correo electrónico: plataformaconvocatoria@gmail.com.

No existen restricciones de edad ni niveles de formación artística. El único requisito es mostrarse interesado en realizar proyectos para el desarrollo y uso del software libre, el código abierto y tener conocimientos en arte, ciencia y tecnología.

Por Isabella Portilla

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