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En el sitio, situado concretamente en una granja que se utilizó como hospital de campaña de las tropas de Wellington, los investigadores hallaron en 2022 un esqueleto humano completo, el segundo encontrado después de la batalla, lo que supuso todo un acontecimiento, ya que se han localizado pocos huesos de los entre 10.000 y 30.000 soldados que fallecieron en la batalla, según señala la arqueóloga Véronique Moulaert.
La también directora de la excavación ubicada en la conocida como "Granja del Mont-Saint-Jean" destaca igualmente los hallazgos recientes: “Hemos descubierto lo que parecía ser un vertedero de residuos hospitalarios con caja de munición, miembros amputados y también caballos que habían sido sacrificados en la trinchera”, lo que supone una prueba documental de la fiereza de la batalla.
Según Moulaert, los restos óseos, que posteriormente serán analizados en el laboratorio, pueden servir para comprender las técnicas de amputación de la época así como para conocer si los caballos fueron utilizados para el transporte de tropas o carros, y cuáles fueron las razones de su fallecimiento.
Una investigación de un grupo de historiadores y arqueólogos belgas, publicada hace dos años, explicó los escasos hallazgos de cadáveres de los miles de soldados y caballos muertos en la batalla de Waterloo porque los habitantes de la zona desenterraron los restos y los vendieron a la industria azucarera para blanquear el azúcar de remolacha.
La arqueología como bálsamo
Además del propósito histórico, la asociación "Waterloo Uncovered", que es parte principal de este proyecto arqueológico, tiene como objetivo ayudar a veteranos militares o personal en servicio a superar lesiones o problemas surgidos a causa de su profesión.
“Waterloo Uncovered es una organización benéfica que utiliza la arqueología como medio para ayudar a la recuperación del personal de servicio y veteranos heridos o lesionados”, señala Charles Foinette, teniente coronel en servicio del Ejército británico y fundador de esta asociación.
Para Foinette, la batalla de Waterloo tiene una importancia enorme en la historia europea y es ideal para su organización porque concentró una gran actividad militar en un espacio muy pequeño si se la compara con contiendas de otros conflictos como la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), en la que los campos de batalla ocupaban más de 20 kilómetros de largo.
"En Waterloo Uncovered, además de tener un propósito en la actividad, hay una comunidad de personas con ideas afines, así que aunque no nos conozcamos, hablemos idiomas distintos y tengamos uniformes diferentes hay mucho en común", señala Foinette, que ha servido como militar en diferentes conflictos a lo largo del mundo.
Cerca de donde se ubica el teniente coronel, bajo una carpa situada a pocos metros del edificio principal de la granja, voluntarios mayormente ingleses, además de holandeses y belgas, se afanan en la excavación con la ayuda de cucharas y pinceles para desenterrar restos de animales y de seres humanos más de 200 años después de la batalla.
Sam Balmond, un oficial de la marina de guerra británica con 14 años de experiencia, está presente en la excavación gracias a este proyecto que le ayuda a superar el acoso laboral al que ha sido sometido durante los dos últimos años, según dice.
"Siempre he tenido interés por la historia, la historia antigua y la arqueología, que hasta ahora veía siempre a través de los libros y la televisión. Cuando llegué aquí me di cuenta de que podía aunar mi evidente interés con la arqueología en una práctica real", señala Balmond.
Según Foinette, la arqueología es una disciplina muy amplia y adecuada para su organización porque permite incorporar a personas de distintos orígenes y que sufren distintos tipos de lesiones porque siempre hay algo útil que pueden hacer para colaborar en la excavación.
“Una parte importante de este proyecto es que es multinacional, del mismo modo que la batalla de Waterloo fue una gran alianza y, por supuesto, las campañas en las que participamos en el siglo XXI también son operaciones de coalición”, opina el teniente coronel del ejército británico.