“ARTBO es la celebración del ecosistema de las artes plásticas en nuestro país”
María Paz Gaviria habló sobre cómo este evento ha transformado las artes en el país desde su inicio en 2004, el cual celebra este año su vigésimo aniversario.
Andrea Jaramillo Caro
Durante cuatro días, el centro de convenciones Ágora Bogotá se llena de arte con los 20 años de la feria ARTBO. Este evento, que reúne a galerías colombianas al igual que de Argentina, Brasil, Cuba, Chile, Panamá y República Dominicana, también contará con secciones como Artecámara, Encuentros, Proyectos, Referentes, Sitio y Libro de artista, que fueron curadas por agentes nacionales e internacionales.
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Durante cuatro días, el centro de convenciones Ágora Bogotá se llena de arte con los 20 años de la feria ARTBO. Este evento, que reúne a galerías colombianas al igual que de Argentina, Brasil, Cuba, Chile, Panamá y República Dominicana, también contará con secciones como Artecámara, Encuentros, Proyectos, Referentes, Sitio y Libro de artista, que fueron curadas por agentes nacionales e internacionales.
Más allá de las piezas expuestas en los cinco pisos de Ágora, este año se decidió realizar un homenaje al artista nonagenario David Manzur, quien presentará algunas de sus obras nuevas.
María Paz Gaviria, directora de la feria durante los últimos doce años, habló para El Espectador sobre el posicionamiento de este evento dentro del circuito del arte colombiano y sus reflexiones frente al impacto que ha tenido.
¿Cómo se desarrollaron las primeras conversaciones para la celebración de los 20 años de ARTBO?
Nosotros identificamos a ARTBO como una celebración del ecosistema de las artes plásticas en nuestro país. Está pensado para atravesar todos los programas que hemos hecho este año. Tiene mucho que ver con la inclusión, por ejemplo, de otros subsectores en el marco de ARTBO Fin de Semana, que es una apuesta de salas itinerantes en lugares inusuales en donde esa posibilidad de expansión se materializa. Todo esto ha llevado a generar una feria que celebre lo que significa la democratización de las artes plásticas en el país y todos los procesos de internacionalización de las artes en Colombia.
¿Cómo han realizado esos procesos de cara a la democratización y el acceso a las artes?
Creo que hablamos de una feria que tiene en el corazón el comercio de las galerías, pero abre también un salón de arte, una feria editorial y otro tipo de espacios que cobijan todo el ecosistema de las artes plásticas en el país. Es clave recordar que, aunque somos la Cámara de Comercio de Bogotá, hemos hablado de producción y concepción indígena en las artes y se han implementado programas asociados a la artesanía. Por otro lado, se ha tenido en cuenta la formación de artistas, no solo profesionales, sino también empíricos y esto va ligado a la parte educativa de las visitas guiadas gratuitas.
En una sociedad y un mundo tan cambiante, ¿cómo se mantienen actualizados como programa y como feria?
Creo que eso nace a partir de la visión que tenemos en la Cámara de Comercio de Bogotá de recoger las necesidades de sectores que tenemos priorizados, como las artes plásticas. Tenemos el objetivo central de posicionar a Bogotá como lugar y destino para la cultura y los negocios, además de fortalecer este programa como un espacio de reflexión y diálogo para la ciudadanía. También somos conscientes de buscar a agentes expertos, como curadores, que conozcan las diferentes tendencias en la industria.
¿Qué ha sido lo más desafiante de concebir esta versión del programa y cargar con un legado que lleva 20 años desarrollándose? ¿Cómo ve esto hacia el futuro?
Todas las aristas que tiene el programa ARTBO responden a las necesidades que tiene la cadena de valor de las artes plásticas en nuestro país. Por un lado, apoyamos procesos asociados a la creación artística, así como la formación de otros profesionales del sector. Ellos atraviesan todos los programas asociados a la circulación, la visibilización y la difusión de las artes plásticas. Esto y la dimensión expositiva que concebimos están íntimamente ligados a la comercialización, centrado en las galerías que no solo son claves para los negocios del arte, sino para la producción artística y expositiva del país. También pasamos por los coleccionistas, los compradores, las instituciones y generamos programas para ellos. Y seguiremos generando esos espacios de crecimiento para el sector.
Usted asumió la dirección de ARTBO en 2012. ¿Qué es lo que más la ha sorprendido en estos doce años de gestión?
Creo que en mi gestión he buscado profundizar en que ARTBO ha sido fundamental para generar foco y apertura del ecosistema de investigación de las artes plásticas, pero también ha creado una vitrina para la conexión con sus audiencias a través de espacios de encuentro y democratización del arte. Me emociona que este espacio sea como una primera puerta de entrada hacia el mundo del arte. Los procesos culturales, sea por goce, placer, aprendizaje y reflexión, generan en mí cierta esperanza y una idea de que podamos volver a nuestra esencia.
¿Cómo se ha enmarcado ARTBO en el circuito de arte internacional en estos 20 años?
ARTBO ha sido fundamental para la internacionalización de la escena artística del país. Nos hemos consolidado como una de las ferias más importantes de América Latina y ha sido muy resaltada por su enfoque y el alto porcentaje de representación latinoamericana. Por lo cual se convirtió en un espacio de encuentro y mercado que se genera en Bogotá. Y esto es evidente con los galeristas, artistas y profesionales e instituciones que nos hemos empeñado en traer. Así fue como se volvió un lugar clave para dar a conocer artistas, curadores y galerías colombianas que también participan en el intercambio con sus pares internacionales.
Una de las secciones, Referentes, se enfoca este año en hacer un recuento de la historia del galerismo en Colombia. ¿Cómo cree que ARTBO se está enmarcando en esa historia del mercado primario en el país?
La feria es el gran momento para la comercialización del mercado primario. Es el momento en el año donde las galerías, al estar congregadas en un solo espacio y cobijadas bajo estas dinámicas, presentan sus mejores obras. Esto también genera unos procesos de internacionalización del mercado primario y de intercambio entre artistas. Ha sido un espacio clave para la formalización del mercado, la generación de audiencias y el entendimiento de lo que significa la representación a través de las galerías.
¿Cuál es la lección más importante que ha aprendido a través del arte y que aplica en su vida?
Me he sentido profundamente conectada con un lugar que tiene esa posibilidad de generar procesos culturales tan profundos. En medio del papel que creo que juega la cultura en la sociedad, considero que este tipo de plataformas que generan posibilidad de cambio, intercambio e impacto, solo logran su propósito cuando hay una colaboración profunda con el ecosistema, donde, de cierta manera, eres una sombrilla que convoca acciones de todo el ecosistema. Ahí está la clave: cuando los proyectos en red crean una promoción amplia de ciertos actores y se da esa unión de voces, uno puede tener impacto sobre un sector y una ciudad.