La ciencia de la autenticación del arte
En subastas, ventas o colecciones privadas, galerías y museos, la autenticación de obras de arte es un elemento crucial para determinar la autoría real de una pieza y solidificar su valor en el mercado.
Andrea Jaramillo Caro
Tal vez es un estilo particular en la pincelada, un tipo de lienzo o base, una marca al reverso o un material específico lo que hace que una pintura sea atribuida a la mano de un artista. Mediante elementos como estos coleccionistas, galeristas, museos y casas de subasta se esfuerzan por validar que una pieza verdaderamente haya sido creada por el artista, en un mercado donde la falsificación es un riesgo latente.
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Tal vez es un estilo particular en la pincelada, un tipo de lienzo o base, una marca al reverso o un material específico lo que hace que una pintura sea atribuida a la mano de un artista. Mediante elementos como estos coleccionistas, galeristas, museos y casas de subasta se esfuerzan por validar que una pieza verdaderamente haya sido creada por el artista, en un mercado donde la falsificación es un riesgo latente.
Obras de artistas como Vincent van Gogh, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Amedeo Modigliani o Jackson Pollock, entre otros, han sido registradas como las más falsificadas. La autenticidad de una obra puede elevar su valor en gran medida o hacer que sea nimia. “Un certificado de autenticidad impacta directamente el valor de la obra en el mercado, ya que incrementa la seguridad y confianza del comprador sobre la procedencia y veracidad de la pieza. No obstante, también es posible vender obras sin esta certificación, aunque en tales casos el valor puede verse reducido, y la transacción puede estar sujeta a mayores cuestionamientos y desconfianza por parte de los compradores”, escribió en un artículo Catalina Martínez, abogada y directora ejecutiva de Lefebre Subastas.
Con un artista vivo es más fácil hacer la verificación, pues él mismo da el visto bueno, pero con su fallecimiento esto se convierte en un proceso más arduo y complicado, ya que es necesario el conocimiento extenso y detallado de la obra de un artista. “Una obra de arte está autentificada cuando se demuestra que fue realmente realizada por el artista. Un certificado de autenticidad, que equivaldría a la tarjeta de identificación de una obra de arte, puede acompañar la venta para respaldar la autenticidad de la pieza. Puede ser realizada por el artista, por la galería de arte que lo representa o por un experto especializado en ese artista”, se lee en la plataforma Artsper.
Para Martínez, la autenticación incluye no solo asegurarse de que una obra en efecto fue creada por el artista que dice, sino que también involucra la investigación en profundidad de su procedencia y las manos por las que ha pasado. En el caso de la casa de subastas, el proceso preliminar de adquirir la documentación necesaria de la proveniencia se realiza para luego ir a uno de los expertos en su base de datos y verificar que sean verdaderos. “Tenemos un listado de expertos que avalan la autenticidad de cada una de las obras. Muchas veces son galerías, otras son los mismos herederos o fundaciones. Nos comunicamos con ellos para que nos digan si una obra es buena o no y susceptible de generar un certificado”, dijo.
En Colombia, se estableció que, al fallecer un artista, los derechos patrimoniales de explotación y salvaguarda de la integridad de la obra pasarían a sus herederos. Según escribió Martínez en un artículo: “El mercado de las certificaciones de autenticidad ha crecido en Colombia, impulsado por la demanda de coleccionistas, galerías y casas de subastas. No obstante, la ausencia de una regulación estricta ha llevado a la proliferación de prácticas que, en muchos casos, carecen de la validez técnica y jurídica necesaria. Algunos individuos o instituciones ofrecen certificados de autenticidad sin tener la autoridad o los conocimientos suficientes, generando un problema de credibilidad y devaluación del mercado. Para abordar esta problemática, sería fundamental implementar una regulación que exija requisitos mínimos de idoneidad, transparencia y verificación de antecedentes para aquellas personas o entidades que se dedican a la certificación de obras de arte”.
Por su parte, Francisco Ariza, hijo y uno de los herederos del artista Gonzalo Ariza, aseguró que para certificar una obra de su padre siempre exige verla en persona. Adicionalmente, se enfoca en criterios de estilo, materiales y técnica para determinar si una pieza fue creada por su padre. “Al estar familiarizado con la obra, uno identifica los trazos, cómo son hechos, en qué orden son hechos; son cosas muy familiares. También los archivos que tenemos nos sirven para identificar obras. La letra también es un indicador. En mi caso, suelo verificar la autenticidad de una obra de mi padre por los materiales. Él utilizó el papel japonés en sus acuarelas, sus primeras obras fueron hechas con óleos importados de Holanda o Alemania, antes de la Segunda Guerra Mundial. Estos son los tipos de detalles que me dicen si una obra es auténtica o no”, afirmó.
Según la abogada, ningún país tiene una reglamentación clara sobre quién o quiénes estarían facultados para emitir este tipo de veredictos, y mencionó que en Colombia, en ocasiones, hay varios autenticadores para la obra de un mismo artista. “Algunos sí tienen la potestad legal para hacerlo, basados en la normativa, que serían los herederos, pero otros simplemente dicen: yo lo puedo hacer porque tengo el conocimiento. Creo que Colombia tiene un vacío legal enorme en cómo y quién puede hacerlo y que en realidad el documento que están presentando tenga una óptima validez, porque son muy pocos artistas los que han hecho un trabajo organizado de dejar un inventario o catálogo razonado de sus obras”, afirmó.
Ariza, por su parte, comentó que, aunque los catálogos razonados son necesarios para llevar el inventario de las obras de un artista, el proceso es largo y costoso, por lo que afirmó que sería útil para este propósito una alianza entre lo público y lo privado. Más allá de esto, cree que una herramienta que funcionaría para el objetivo de la autenticación sería tener una base de datos colaborativa en la que se alberguen las obras atribuidas a diferentes artistas que ya han sido identificadas como falsas.
La autenticación de una obra de arte no solo afecta el valor comercial de la pieza. Aunque algunos, como Ariza, pueden dar su veredicto en poco tiempo, en otros casos los análisis pueden tardar meses e involucrar a expertos en un proceso determinante para comprender el legado de un artista.