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La artista gráfica Beatriz González fue galardonada con el Regional Grant Award en el sexto International Award for Public Art 2024 en la sección de América Latina, reconocimiento otorgado por el International Institute of Public Art de la Universidad de Shanghái.
Este premio, organizado en colaboración con el Comité Nacional de la Sociedad para la Promoción del Arte y la Cultura en China, destaca los proyectos de arte público más relevantes a nivel global; aquellos que logran transformar espacios, generar impacto social y fortalecer el tejido comunitario.
En esta ocasión, la obra “Auras Anónimas” fue seleccionada como la mejor propuesta de América Latina, consolidándose como un ejemplo excepcional del poder del arte para resignificar la memoria histórica y fomentar la reconciliación.
En ediciones anteriores, este galardón ha reconocido proyectos como “Perception” de El Seed en 2019, que resignificó la imagen de una comunidad marginada en El Cairo mediante un monumental mural anamórfico visible solo desde un punto específico, y “Teeter-Totter Wall” de Rael San Fratello en 2021, que transformó el muro fronterizo entre México y Estados Unidos en un espacio de juego interactivo.
“Auras Anónimas”, concebida en 2009, es una intervención artística que transformó los columbarios del Cementerio Central de Bogotá en un espacio de memoria y sanación colectiva. La obra consistió en la instalación de 8.958 serigrafías de siluetas simbólicas sobre las lápidas de estos edificios históricos, basadas en imágenes de la reportería gráfica que documentan la violencia en Colombia.
Ante la amenaza de demolición de los columbarios, Beatriz González logró rescatar este espacio al otorgarle un propósito trascendental: honrar a las víctimas anónimas del conflicto armado colombiano, y ofrecer un lugar donde las comunidades pudieran reflexionar, recordar y sanar.
“Cada muerto que pasó por acá tiene su aura, y por eso decidí que la obra se titule Auras Anónimas”, explicó la artista. Esta intervención no solo preservó los columbarios, que en 2019 fueron declarados Patrimonio Nacional, sino que además los convirtió en un símbolo de resistencia frente al olvido y el abandono.