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En un comunicado, el senador de Cultura, Joe Chialo, anunció la introducción de una cláusula antidiscriminación que demandará de las instituciones culturales que suscriban una declaración a tal efecto.
"El arte es libre, pero no carece de reglas. De esta forma, las instituciones culturales y quienes las financian son responsables de que, con el dinero público, no se promuevan expresiones racistas, antisemitas, LGTB-fóbicas o discriminatorias de otro modo", declaró.
Los potenciales receptores de ayudas deberán así expresar su compromiso "contra toda forma de antisemitismo" según la definición de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA) y de su ampliación por parte del Gobierno alemán, señaló Chialo.
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Esta definición describe el antisemitismo como una percepción "que puede expresarse en forma de odio contra los judíos" y describe como antisemitas actitudes como hacer responsables de forma colectiva a los judíos por los actos del Estado de Israel o comparar la política israelí con los crímenes del nacionalsocialismo.
La definición ampliada aprobada por el Gobierno alemán establece que "el Estado de Israel también puede ser objetivo de tales ataques al ser entendido como colectividad judía".
La decisión del senador de Cultura se produce después de varias polémicas vinculadas al ataque de Hamás contra Israel y a la subsiguiente invasión de la Franja de Gaza por las fuerzas israelíes.
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En noviembre, el Senado de Cultura decidió retirar la financiación al centro cultural Oyoun, situado en el multicultural distrito de Neukölln, después de que éste se negara a cancelar un evento de la organización Voz Judía para una Paz Justa en Oriente Medio por considerar las presiones del ayuntamiento un ataque contra la libertad de expresión.
En los medios se ha acusado a este grupo de activistas judíos que luchan por los derechos de los civiles palestinos de mantener vínculos con el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), considerado antisemita en Alemania.
Otras controversias incluyen la suspensión de varias ceremonias de entrega de premios a destacadas figuras del mundo de la cultura que han criticado la política israelí, entre ellos la escritora palestina Adanía Shibli o la autora estadounidense Masha Gessen.