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El proyecto surgió como una imitación de las bienales de arte en Venecia, en “donde se resaltan las obras más importantes del mundo que hablan sobre temas coyunturales a través de la creación artística”, mencionó Tasneem Shatat, una joven de 26 años que ha impulsado la iniciativa, para el medio The Guardian. Este evento se piensa como una “prueba de vida artística, para hacer contrapeso a los intentos de despojar la humanidad de los habitantes de Gaza”, y es producto de la conversación de colegas artistas que indagaron sobre el cómo hacer arte en un contexto de guerra y hambre.
Según The Guardian, apenas una cuarta parte de los artistas han logrado emigrar a Egipto, mientras los demás intentarán enviar sus piezas a través de corredores humanitarios, mediante fotografías o con el apoyo de artistas en Cisjordania para reconstruir su arte a distancia. También reportan que los organizadores están actualmente buscando galerías de arte que acojan esta iniciativa.
Esta búsqueda no solo se limita a los territorios cercanos a Palestina, sino es un “llamamiento a institutos de arte alrededor del mundo”, mencionan los organizadores en una campaña de financiación colectiva. Resaltan que estos fondos irán destinados a los artistas participantes y la promoción de sus obras, labores que ya vienen realizando con fondos limitados.
Los organizadores de la bienal se mostraron optimistas, ya que si encuentran a un anfitrión, podría ser un “evento sin precedentes en tiempos modernos”, además de que “el trabajo de los artistas verá la luz, traspasando fronteras, barreras y leyes para llegar a los ojos del mundo. Ese es el poder del arte”, mencionó Shatat para The Guardian.